Los costos relacionados con los servicios de salud aumentan sin aparentes beneficios en la salud de los pacientes. Si bien esto es más evidente en algunos países, existe una clara tendencia a nivel mundial. ¿Por qué aumenta esta discrepancia entre costos de servicios médicos y evolución en la salud de los pacientes, a pesar de los desarrollos tecnológicos, la exactitud en los diagnósticos y la realización de intervenciones cada vez más precisas y menos invasivas?
Stephanie Taylor y Jorge Hagg
Un factor sorprendentemente común es el costo oculto de tratar a los pacientes durante su hospitalización. Este daño puede ser causado por eventos adversos a los pacientes (EAP), que incluyen, pero no se limitan a, infecciones hospitalarias (IH), caídas que resultan en lesiones, errores médicos graves y cirugías en sitios equivocados.
Se estima que, sólo en EUA, más de 400 mil muertes prematuras de pacientes pudieron haberse evitado cada año. El número de pacientes afectados seriamente es entre 10 y 20 veces superior.
Los EAP vienen con altos costos, no sólo para el presupuesto del hospital, sino para la salud humana y el bienestar. La buena noticia es que muchos de estos eventos son prevenibles. Salvaguardias instaladas y utilizadas adecuadamente dentro de la infraestructura de un hospital o clínicas de salud pueden dar lugar a mejores resultados clínicos y a un aumento en la satisfacción y seguridad del paciente; así como a una reducción general en costos hospitalarios. Por ejemplo, si un hospital redujera la ocurrencia de tres EAP prevalentes, experimentaría un ahorro total de más de 151 mil dólares por persona por año.
Entendiendo la desconexión
En un entorno hospitalario saturado, el personal del hospital puede cometer errores o no seguir los protocolos adecuados. Además, la infraestructura del hospital podría no estar diseñada o regulada para evitar EAP correctamente; sin embargo, las vidas de los pacientes están en juego y las consecuencias de dichos errores y omisiones pueden ser costosas y mortíferas. Digamos que, cuando se realizan exámenes diarios, un médico podría decidir que la estación de higiene de manos se ubica demasiado lejos y por ende no lavarse. Como resultado, el médico puede transmitir microorganismos peligrosos a un paciente a través de una incisión quirúrgica, causando una grave IH.
En cuanto al “ahorro de tiempo”, éste podría significar una afectación importante a la salud de los pacientes y también miles de dólares en la atención prolongada para el hospital. Otro ejemplo: un filtro de aire obstruido por moho que podría estar siendo transmitido a las habitaciones de los pacientes. Pacientes con sistemas inmunes comprometidos podrían desarrollar infecciones graves, incluso mortales, por este tipo de patógenos, una situación peligrosa evitable.
El personal clínico se centra principalmente en la prestación de atención a los pacientes, pero rara vez entienden cómo la estructura del hospital podría beneficiar el bienestar. De igual forma, el personal de gestión de un centro hospitalario no está involucrado con la atención clínica y podría no entender completamente cómo la estructura física puede y debe apoyar la seguridad y la curación del paciente.
El cuidado de los pacientes y los presupuestos hospitalarios han sufrido enormemente como resultado de esta falta de conexión. Estudios revelan que entre siete y 10 de cada 100 pacientes hospitalizados en países desarrollados adquieren una IH; tal proporción aumenta a 15 de cada 100 pacientes en países en vías de desarrollo.
A nivel mundial, los gastos incurridos por los hospitales debido a los EAP son inaceptablemente altos. De hecho, datos publicados en 2013 revelan que las IH en hospitales de EUA alcanzan los 147 mil millones dólares cada año.
La anatomía y la fisiología humana como modelo para la creación de un entorno de salud ideal
Al investigar cómo solucionar esta desconexión, se encontró un modelo que ha sido probado y mejorado durante años: el sistema nervioso autónomo (SNA). El SNA regula la estructura fisiológica del cuerpo inconscientemente para que los seres humanos puedan centrar su pensamiento en actividades funcionales. El SNA sólo exige atención consciente cuando hay un problema. Sin esta red neurológica especializada no seríamos capaces de dormir o trabajar, pues necesariamente estaríamos preocupados por mantener vivo nuestro cuerpo.
La estrategia del cuerpo humano ofrece las siguientes pautas para un hospital bien diseñado y completamente integrado:
- Diseño funcional que reduce las posibilidades de infecciones, caídas y los errores humanos
- Barreras contra la transmisión de infecciones a partir de fuentes externas
- Alertas automáticas cuando una barrera crítica es violada o cuando se producen otros problemas
- Oportunidades mínimas para albergar organismos infecciosos en espacios estériles
- Instalaciones que se limpian y desinfectan de forma continua
Orígenes de los daños
Para diseñar y optimizar la infraestructura de un hospital capaz de imitar el SNA humano y mejorar la atención brindada a los pacientes, es preciso entender los orígenes de los daños:
El paciente. El propio cuerpo y mente de un paciente es un potencial fuente de daño; por ejemplo, tras ser admitido en un hospital, los pacientes pueden olvidar fácilmente parte de su historia clínica o las dosis de los medicamentos que utilizan. Infecciones graves pueden surgir si el cuerpo cuidadosamente afinado y compartimentado de un paciente pierde sus barreras estructurales o fisiológicas saludables.
La habitación. Otros EAP pueden resultar de elementos en la habitación del hospital; por ejemplo, el diseño y la colocación de pasamanos pueden no proporcionar el equilibrio requerido en lugares clave en el camino hacia el cuarto de baño, lo que resulta en una caída y, por ende, en lesiones. Los miembros del personal y los visitantes pueden transferir patógenos que quedan en las superficies de los muebles si las prácticas de higiene de manos y limpieza de las habitaciones no están bien realizadas. Los sistemas HVAC pueden transmitir el aire contaminado entre las habitaciones de un hospital si no se mantienen los niveles de humedad adecuados.
Personal y visitantes. Los organismos infecciosos pueden transmitirse al paciente mediante contacto, aire o agua. Si un miembro del personal clínico es distraído o carece de conocimiento profundo de diagnóstico del paciente, puede administrar un medicamento o realizar un procedimiento incorrecto; incluso, algo peor puede ocurrir. Una cirugía en el lugar incorrecto suena impensable; sin embargo, ocurre con mayor frecuencia de la esperada.
La estructura física del edificio. Un fallo en la alimentación eléctrica sin respaldo de emergencia podría causar que el paciente no pueda tener acceso a una cirugía o diálisis renal, de las cuales dependía su vida, o se produce una falla mientras el paciente está sometido a cirugía; las consecuencias de la pérdida temporal de soporte respiratorio o circulatorio podría ser mortal. Sin un mantenimiento adecuado, los sistemas de climatización y agua pueden albergar y transmitir organismos infecciosos, toxinas e irritantes.
Todos estos escenarios, que los hospitales enfrentan día con día, son evitables de contar con sistemas de automatización de edificios adecuados.
Tabla 1. Soluciones disponibles para ayudar a crear una SNA en un hospital para reducir la EAP y su impacto en la atención del paciente y la salud financiera del hospital | ||||||
Eventos adversos a los pacientes | Soluciones | Asistencia automatizada | ||||
Video vigilancia | Alta de pacientes y activos | Mantenimiento y monitoreo de HVAC | Energía crítica para respaldo de datos | Mejores prácticas sobre el diseño del edificio | ||
Infecciones hospitalarias | En cumplimiento de la regulación sobre higiene de manos | * | ||||
Fácil acceso a equipo estéril para cuidado del paciente | * | * | ||||
Uso apropiado de antibióticos | * | * | ||||
Ubicación adecuada de estaciones de higiene de manos | * | |||||
Eliminación de peligros transmitidos por aire | * | |||||
Limpieza pronta y exhaustiva de habitaciones | * | * | ||||
Uso de superficies antibacteriales de fácil limpieza | * | |||||
Uso de aires acondicionados adecuados que garanticen la protección de pacientes | * | * | ||||
Errores de pacientes | Ubicación adecuada de baños y pasamanos para evitar caídas | * | ||||
Evitar caída de pacientes por fugas de agua o condensación | * | |||||
Conocimiento de la ubicación de pacientes en todo momento | * | * | * | |||
Errores médicos | Asegurar voltear a los pacientes para evitar úlceras por presión en la piel | * | * | |||
Prevenir la coagulación venosa del paciente por inactividad | * | |||||
Asegurar el registro y la actualización adecuada de historiales médicos | * | |||||
Asegurar que el paciente reciba el medicamento y procedimiento correcto | * | * |
Las soluciones están organizadas por EAP para aclarar las distintas soluciones disponibles para cada tipo de problema
El modelo de hospital humano
Como puede adivinarse, resulta imposible que cada persona que labora en un hospital tenga conocimiento de si todas las medidas de seguridad instaladas en el inmueble están funcionando correctamente. Al igual que el cuerpo humano, un centro de salud necesita una infraestructura hospitalaria inteligente (SNA) totalmente integrada para monitorear de manera continua, frente y detrás de cámara, que sea capaz de alertar al personal adecuado sólo cuando surgen problemas. Esta SNA integra el control mecánico del sistema, la comunicación interdepartamental y las alertas automáticas para reducir las posibilidades de EAP, independientemente de su origen, de los pacientes o del personal hospedado en las habitaciones o de la infraestructura física de la institución hospitalaria.
Los mecanismos de protección incorporados mantienen las condiciones óptimas y necesitan de la atención del personal clínico sólo cuando se requiere corregir un posible accidente. Los registros de seguimiento y las alertas de rutina están disponibles para vigilar las tendencias, mejorar los procesos y la eficiencia en toda la organización hospitalaria; por ejemplo, los registros automáticos de monitoreo de higiene de manos se pueden usar para la retroalimentación del personal y en la investigación.
Para implementar un modelo automatizado de hospital humano, los ejecutivos de los hospitales deben:
- Buscar organizaciones con conocimiento especializado en infraestructura física y hospitalaria, así como experiencia para hacer frente a los desafíos únicos de los hospitales
- Evaluar las políticas actuales sobre instalaciones y procedimientos para seguridad de los pacientes, e identificar las áreas donde se necesitan medidas de seguridad adicionales
- Dar prioridad a los riesgos potenciales y considerar cualquier incumplimiento normativo, pérdidas asociadas con los ingresos y el potencial retorno de inversión sobre posibles soluciones
- Integrar soluciones que atiendan las necesidades de la institución hospitalaria, mientras se automatizan tareas para mejorar la calidad en la atención de pacientes
- Evaluar el desempeño del sistema con regularidad para asegurar la mejora continua, así como para hacer adaptaciones para atender necesidades futuras, cambios o expansiones
La inclusión de sistemas de automatización en edificios y las soluciones de monitoreo pueden ayudar a optimizar la infraestructura de un hospital, a eficientar la atención médica y a apoyar a mejorar los resultados de los pacientes, al tiempo que ayudan a disminuir los costos operativos. Al utilizar la propia SNA como modelo para la creación de una estructura ideal, que funcione en línea con los sistemas de un hospital, puede ayudar a las instituciones de salud a ahorrar millones de dólares y, lo más importante, cuidar la vida de los pacientes.
—————————————————————————————————————————————————–
Autores:
Stephanie Taylor
Directora General de Healthcare Commissioning, Inc. Después de trabajar como médico durante muchas décadas, la doctora Taylor obtuvo una Maestría en Arquitectura, así como la certificación de Control de Infecciones. Su compromiso de por vida con la atención al paciente incluye centrarse en la mejora de la asistencia sanitaria del entorno físico y los procesos de trabajo clínicos para ayudar a los pacientes a recuperarse rápidamente y ahorrar en el costo hospitalario. Es doctora por la Escuela Médica de Harvard (MD) y la Universidad de Norwich (Maestría en Arquitectura). Tiene numerosas publicaciones de investigación en revistas científicas como Nature y Science.
Jorge Hagg
Ingeniero Mecánico Electricista por la UNAM. Certified Energy Manager por la Association of Energy Engineers. Diplomados en Mercadotecnia y Habilidades Gerenciales en el ITESM, campus Ciudad de México. Ex Presidente del Instituto Mexicano del Edificio Inteligente (2010-2013). Full member en el Urban Land Institute. Presidente del Jurado Calificador del Premio IMEI “Jorge Martínez Anaya” al edificio inteligente. Actualmente es gerente de Desarrollo de Negocios (unidad de negocios Buildings) en Schneider Electric.
Referencias
Peter S. Hussey, Samuel Wertheimer, Ateev Mehrotra. “The Association Between Health Care Quality and Cost: A Systematic Review.” Annual Internal Medicine, 2013: 158, pp. 27-34.
James, John T. PhD, “A New, Evidence-based Estimate of Patient Harms Associated with Hospital Care”, Journal of Patient Safety, Sept., 2013, Vol. 9, 3rd Edition, pp. 122– 128.
Denise Murphy, RN, BSN, MPH, CIC, Joseph Whiting, MBA, Christopher S. Hollenbeak, PhD, “Dispelling the Myths: The True Cost of Healthcare-Associated Infections”, An APIC Briefing, Feb., 2007.
Dr. Stephanie Taylor and Estelle Schweizer, The Human Hospital: How to Create an Autonomic Nervous System for Your Facility, Schneider Electric, 2014.
World Health Organization, Report on the Burden of Endemic Health Care-Associated Infection, 2011.
Anthony S. Fauci, Eugene Braunwald, et al., Harrison›s Principles of Internal Medicine, 17th Edition, March, 2008, pp. 2576-2582.
S. Harbath, H. Sax, P. Gastmeier, “The Preventable Portion of Nosocomial Infections: An Overview of Published Reports”, Journal of Hospital Infection, 2003:54, pp. 258-266.
Robert M. Wachter, M.D., Nancy E. Foster, R. Adams Dudley, M.D., M.B.A., “Medicare’s Decision to Withhold Payment for Hospital Errors: The Devil Is in the Details”, The Joint Commission Journal on Quality and Patient Safety, Feb., 2008, Vol. 34, No 2.
Deborah F. Mulloy, Ronda G. Hughes, “Wrong-Site Surgery: A Preventable Medical Error”, Patient Safety and Quality: Agency for Healthcare Research and Quality (US), Apr., 2008.
Anjali Joseph, Ph.D, Leonard L Berry, PhD. et al., “The Center of Health Design”, Patient Safety and Quality: Agency for Healthcare Research and Quality (US), Apr., 2008.