Ing. Sergio Sota Ocaña,
Ex-Jefe de Mantenimiento del ISSSTE,
Aplicar de manera correcta elementos de bioseguridad es una responsabilidad conjunta por parte del Gobierno y la sociedad.
“Conocer las condiciones y exigencias de cada espacio sin importar su uso, ayuda a crear medidas eficientes para mejorar la calidad del aire y con ello el confort y salud de sus usuarios”.
La bioseguridad es un conjunto de medidas especiales creadas para controlar gérmenes, virus, bacterias que se pueden propagar, y de este modo evitar que situaciones manejables provoquen catástrofes como pandemias. Estas acciones se han ido desarrollando de la mano de las enfermedades, principalmente de aquellas contagiosas, y se aplican principalmente en hospitales ya que concentran centenares o miles de enfermedades. Sin embargo la bioseguridad no es exclusiva de estos espacios; debería aplicarse en cada rincón del mundo: hogares, oficinas, escuelas, restaurantes, comercios, industrias de todo tipo, en todos los lugares sin excepción.
Pero, ¿qué pasa? Todo lo contrario; nadie se preocupa por este gran problema, a menos que se dé un caso de pandemia como el sucedido con la Influenza AH1N1, y al paso de un par de meses a todos se les olvida.
Las acciones de bioseguridad empiezan por cada uno. Si no estamos conscientes de su importancia tendremos otras enfermedades. De nada sirve colocar gel antibacterial en áreas de trabajo sucias, con mala ventilación, donde nunca se les han cambiado los filtros al aire acondicionado o que tienen equipo muy viejo.
Nosotros mismos provocamos enfermedades, los hospitales están muy equipados y tienen medidas de bioseguridad muy bien planeadas, pero allá afuera es donde andan las enfermedades, sin control, es de ahí donde se deben de preocupar. ¿Qué se puede hacer? Todo parte de la educación, si jamás se les habla a los niños de las medidas que deben aplicar para evitar la trasmisión de estas enfermedades contagiosas, ¿cómo van a saber las graves consecuencias que pueden provocar?
Las medidas de bioseguridad en industrias con usos exigentes como las productoras de chips, instrumentos quirúrgicos o medicamentos, en la mayoría de los casos, tienen medidas que cubren las necesidades de esta protección, ya que si alguna partícula dañina entra en sus máquinas o productos, éstos se verían afectados y con ello sus ingresos. Todo lo contrario pasa con las empresas, que no se preocupan de si sus trabajadores se enferman, sin saber que también afecta su producción. Por ejemplo, si tienen un enfermo de Influenza AH1N1 se multiplicaría, por no preocuparse si sus empleados están vacunados contra el virus, si tienen buena ventilación, aislamiento o aire acondicionado, entre otras medidas que son parte de la bioseguridad.
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