A causa de la situación medioambiental, los especialistas del sector de refrigeración y aire acondicionado ya comienzan a forjar mejoras en las prácticas de identificación de fugas y recuperación de refrigerantes, lo que demuestra su interés por contrarrestar el deterioro.
Álvaro Lozano Icaza.
En México, como en muchos otros países, desde hace varios años se habla de las buenas prácticas aplicadas al ámbito de la refrigeración y el aire acondicionado como una alternativa que aminora el daño ambiental que provocan los refrigerantes. Hasta hace poco, éstas cumplían a la perfección con su cometido; pero dado el incremento de la problemática, los profesionales se han visto en la necesidad de dar un paso más allá: las mejores prácticas.
Con el desarrollo de este nicho se han logrado cosas interesantes, específicamente en el manejo de refrigerantes, que se atribuyen al mantenimiento preventivo de los sistemas, la conciencia de capacitación y a la implantación de nuevas tecnologías. Además, los beneficios no sólo son para la capa de ozono, sino que se han logrado incrementar los valores agregados, alcanzando la satisfacción plena del cliente meta.
En la gráfica 1, se especifica el porcentaje de recuperación esperado por el Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (Fide) para la recuperación de refrigerante proveniente de los equipos obsoletos cambiados por equipos más eficientes, en el programa federal “Cambia tu viejo por uno nuevo” (cifra que ya fue sobrepasada exitosamente por algunas empresas). A pesar de ello, falta mucho por hacer, pues el deterioro que ocasionan los refrigerantes es muy alto; por ejemplo, si se libera un kilogramo de R-134a (HFC), se tiene un potencial de calentamiento global equivalente a la emisión de 1 mil 300 kilogramos de CO2. Todo esto se suma a la elevada demanda energética que generan los equipos en malas condiciones.
Recomendación sobre la carga
Al adentrarse en las mejores prácticas, uno debe conocer las tendencias sostenibles; pero, para su mejor funcionamiento, se debe incluir en el check list una serie de factores esenciales:
1. Revisión de fugas de refrigerante. Hoy en día tenemos muchas herramientas para su localización: detectores de nariz, trazador fluorescente; uno de los más recomendados, el detector por ultrasonido, sin olvidar la práctica de detección por medio de jabón o la también reconocida burbuja de detección de fugas, que consiste en un fluido que forma una fuerte y persistente película.
2. Calibrar la carga (sobrecalentamiento correcto) de acuerdo con el lugar y tipo de instalación, para lo cual podemos seguir el procedimiento de sobrecalentamiento que posibilitaría una mayor eficiencia del sistema, pues se evitaría el riesgo de que el líquido regrese al compresor. El problema de este método es que obliga a conocer el manejo de las tablas presión/temperatura, la aplicación del equipo (temperatura alta, media o baja), la temperatura del gas de succión y la presión de succión de refrigerante, para lo que se recomienda el uso de un analizador de sistemas.
3. Reforma COP (enfriamiento y calentamiento/demanda de energía). Operar un aparato de forma eficaz se traduce en ahorro en el consumo de energía.
4. Establecer un programa de control de fugas buscando no tener más de tres por ciento en promedio al año.
Recuperación de refrigerante
Para realizar una correcta extracción de los refrigerantes es posible utilizar dos métodos. El tradicional, mediante una recuperadora estándar que tiene sus limitantes; no recupera el aceite en su totalidad; en algunas partes de los sistemas de refrigeración, se llegan a encontrar tapones provocados por el aceite, ácido sólido en suspensión y agua que impiden la recuperación del gas en su totalidad.
Y el más recomendable: el uso de sistemas que no permitan el barrido con refrigerantes en un ambiente controlado, sin la liberación de aquéllos hacia la capa de ozono. Los equipos pueden succionar el gas y el aceite a través del calentamiento de los puntos donde se considere pueda efectuarse algún toponeo. De esta manera, la recuperación rondará el 90 por ciento.
Es esencial conocer que para el oportuno resguardo del refrigerante se debe contar con cilindros de recuperación que ostenten la certificación DOT. A su vez, para el resguardo del aceite es mejor valerse de un tanque recibidor (REA). La carga de estos dos equipos no debe, por ningún motivo, exceder lo establecido por las normas de seguridad.
Cambio de refrigerante o control de fugas medida
Como hemos visto, el daño producido por los refrigerantes clorados a la capa de ozono y el alto potencial de calentamiento global de los refrigerantes CFC, HCFC y HFC, ha llevado a los profesionales y usuarios a valerse de las alternativas que ofrece la industria. Entre éstas, se pueden mencionar:
- Reemplazo y eliminación de equipos
- Empleo de sustitutos directos o de tipo drop in (no requieren cambio de aceite)
- Control de fugas
- La regeneración de los aparatos de refrigeración (retrofit); esto, a través del empleo de productos genéricos ya conocidos en el mercado y el a/a para sustituto del R-22:
- HC-22 para refrigeración (temperatura baja y media en evaporación)
- HC-502 para alta temperatura de evaporación
- R-404A para refrigeración (temperaturas baja y media en evaporación)
- R-407C para alta temperatura de evaporación
- R-417a, R-422a, R-437a, R-438a, entre otros
Selección de refrigerante
Seguridad
Toxicidad
Inflamabilidad
Impacto ambiental
Potencial de agotamiento de ozono (PAO)
Potencial de Calentamiento Global (PCG)
Económicos
Costo de instalación/operación
Servicios
Desempeño
Capacidad de enfriamiento/calentamiento (CAP)
Coeficiente performa (COP)
Eficiencia isométrica
Proceso esencial
El transporte, disposición y reciclado del gas es de suma importancia; por lo que, se deben tener claros ciertos puntos:
Disposición. Antes que nada, se debe identificar un centro de acopio de residuos peligrosos especializado en refrigerantes (CFC, HCFC y HFC), autorizado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Reciclado. Verificar que las empresas que manejen el sitio de residuos peligrosos cumplan con los requerimientos que marca la norma.
Trasporte. El medio por el cual se va a trasladar el gas debe estar perfectamente autorizado por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y la Semarnat, pues no basta con que se muestre su número de registro.
- Análisis de rendimiento antes del cambio
- Recuperación de la mayor cantidad de refrigerante y aceite
- Limpieza del sistema
- Carga de aceite y refrigerante
- Análisis de rendimiento con el nuevo refrigerante
- Evaluación del retrofit
Son varias las formas de llevar a cabo las mejores prácticas en refrigeración y aire acondicionado para contribuir al cuidado del ambiente, pues éstas nos vuelven más conscientes del ahorro energético y de la reducción de emisiones de los gases por descuido o mal manejo; todo, sin vernos en la necesidad de aumentar costos.
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Álvaro Lozano Icaza
Cuenta con vasta experiencia en el área de refrigeración y aire acondicionado. Las necesidades de transformación de la industria lo han llevado a abrir tres importantes opciones en la empresa Ecofrigo: confinamiento, reciclado y trasporte de residuos peligrosos, con especificación en refrigerantes; retrofit a equipos de refrigeración, industria inversa de refrigeradores y aires acondicionados.