La responsabilidad con el entorno y con la seguridad de los habitantes, tanto internos como externos, ha obligado a mejorar, casi hasta la perfección, las técnicas de control HVAC. Carlos Mendoza ha expresado en esta obra su pericia y maestría.
Diana Lozano.
El brote de influenza en México, surgido en 2008, dejó ver la necesidad de tener un laboratorio de investigación para estudiar virus en el país. Así, hace tres años (2009) Tecnocontrol y Sistemas, S.A. de C.V., se involucró en la instalación de sistemas para el monitoreo y control en el Laboratorio de Bioseguridad Nivel 3 (BSL3), ubicado en la Ciudad de México, avalado por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, que permitirá detectar nuevos virus pandémicos.
Desde la concepción del proyecto y, ahora, durante la instalación, el ingeniero Carlos Mendoza Elizondo, director general de Tecnocontrol y Sistemas, trabajó con la compañía proyectista conceptualizando los sistemas de bioseguridad. “Es una obra necesaria, de mucho cuidado. El equipo que se está instalando es de tecnología de punta. En este tipo de centros, no es prioridad el ahorro de energía, lo es la seguridad biológica”, menciona.
El equipo del ingeniero Mendoza que participa en la obra está conformado por 25 personas. Incluye personal de ingeniería, de ventas e instaladores. Para la instalación de los equipos y el arranque, la empresa contratista de control es la última que se incorpora a la obra. Debido a que es un laboratorio abierto, tienen que esperar a que estén pintadas las paredes para colocar sus controles. “Prácticamente, seguimos trabajando cuando el edificio comienza a operar, seguimos haciendo los ajustes y los balanceos del sistema de aire, así como los ajustes de temperatura en cada uno de los cuartos”.
En tanto se terminan de instalar los equipos en los 35 mil metros de superficie del nuevo Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE), en Plateros –se estima que se terminará en noviembre de este año y que tendrá la capacidad de procesar más de 3 mil muestras–, este laboratorio resulta clave para la seguridad nacional.
Laboratorios
Estas áreas son las más delicadas del edificio. Todos sus muros están hechos de concreto de muy baja densidad para evitar la proliferación de bacterias de un lado a otro. Los plafones están totalmente sellados. Las esquinas del piso terminarán redondas, porque en los ángulos se pueden alojar las bacterias y si es redondo la limpieza es más sencilla (acabado sanitario). Son espacios herméticos. Ahí es donde estarán los sistemas de biocontención; su función será controlar la temperatura, la humedad y la presión diferencial que hay entre los cuartos.
El ingeniero Carlos Mendoza agrega que a la salida de cada laboratorio se instalará una válvula que controlará la entrada y regreso de aire. Al momento de abrirse una puerta, toda esa zona debe mantenerse estable en presión y flujo de aire, por lo que tiene que responder rápido. Nunca debe dejar de haber presión.
Al entrar en un laboratorio se debe garantizar que el aire circule del pasillo hacia el cuarto para evitar que las bacterias salgan a las áreas comunes. Una vez dentro del cuarto, el aire expulsado se procesará en los filtros de alta eficiencia que limpian los virus y bacterias del aire. De esta manera, el aire que circule será muy limpio.
“El aire que sale y entra es tratado y garantiza que al momento de abrir la puerta el flujo de aire no venga de los pasillos, sino desde el cuarto. Para lograrlo, a los sistemas de control se les colocaron estrategias de descontaminación: si el cuarto llegase a contaminarse, se limpia con nubes de peróxido de hidrógeno que descontaminan todo el cuarto. Para eso, se tienen que cerrar los controles, se hace un proceso de purga y presurización, y los controles están programados para hacer esa rutina de descontaminación dentro del cuarto”.
Cabe destacar que en estas áreas no hay instalaciones dentro de los plafones; todo se va a hacer en una galería técnica. El aire pasará por el ducto limpio y llegará a los difusores de flujo laminar.
Por otro lado, el sistema de aire acondicionado en el área de oficinas es un sistema ahorrador de volumen variable. Ello, en consonancia con el cuidado de los espacios.
En los laboratorios donde harán los experimentos con animales, deberán ser áreas cerradas hasta arriba para que no haya contaminación. El ingeniero Carlos Mendoza señala que el edificio tiene una red de ductos que no se ha visto jamás. Hay ductos de diferentes dimensiones por la cantidad de aire que se maneja. Los ductos son de acero inoxidable, un material de alta resistencia.
Para dar servicio al sistema de climatización se tomó en cuenta:
– Temperatura y humedad controlada
– Renovaciones de aire apropiadas para este tipo de laboratorio
– Difusión óptima del aire
El corazón del sistema
Para elegir los equipos que componen el sistema de control para el edificio, Tecnocontrol tomó lo mejor de cada marca. Los instrumentos deben estar certificados. “Tenemos integrados sensores Vaisala; Phoenix Control; controladores Honeywell; válvulas de Belimo. Intervienen la mayor parte de las marcas en control que hay en el mercado. Como los instrumentos deben estar certificados y calibrados, tomamos lo mejor de cada uno de ellos para lograr integrar un sistema certificado. Es la primera vez que se hace esto en México”, afirma el ingeniero Carlos Mendoza.
En México, hay pocas instituciones que tienen ese tipo de tecnología: un laboratorio de bioseguridad en Veracruz, otro en el Casco de Santo Tomás, en la Ciudad de México (que pertenece al InDRE), el otro está en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) y recientemente se instalaron algunos en la Universidad Autónoma de Nuevo León.
En opinión del ingeniero Mendoza, la obra demanda precisión en la temperatura, en la humedad, en la presión diferencial entre cuartos y los flujos de aire garantizados para evitar la contaminación cruzada. Siguieron normas internacionales, por ejemplo del CDC, de ASHRAE y de la Secretaría de Salud.
“Los dueños de esta obra nos solicitaron sus requerimientos, nos dieron el número de cambios por hora; entonces nos fuimos a buscar los equipos que más se adecuaran a esas necesidades. Por ejemplo, tenemos productos suizos, americanos, alemanes; fuimos buscando tecnologías en diversas partes del mundo”.
Al día, se cambia muchas veces el aire que entra en un cuarto. Como requerimiento mínimo se hacen 12 cambios por hora; es decir, que cada cinco minutos el aire del cuarto se renueva totalmente. “Eso es como mínimo. Hay cuartos en los que se llegan a tener 36 cambios por hora; en estos casos, aproximadamente cada dos minutos se renueva el aire”.
Las válvulas venturi son las protagonistas de la biocontención en los sistemas de aire acondicionado. “Son válvulas de muy alta tecnología. Por ejemplo, los laboratorios del MIT en Estados Unidos están equipados con esta tecnología. Se van a instalar 294 válvulas de ese tipo en todo el edificio, lo cual va a garantizar la bioseguridad. Era el equipo que necesariamente se tenía que instalar en la obra.
”Uno se tiene que poner la camiseta de ingeniero, de ser humano, ya que el laboratorio está rodeado de una zona densamente poblada y también se tiene que asegurar la seguridad de esas personas. Por otra parte, nos tenemos que poner la camiseta de mexicano. Un laboratorio de este tipo es muy necesario en el país, va a beneficiar a la sociedad en el sector salud. Entonces, se tiene que ser muy consciente de lo que se está haciendo, tener mucho empeño, ya que esto es un sistema muy delicado, de mucha seguridad, calidad y precisión. Se debe tener mucha dedicación y el mayor profesionalismo para una obra de este tipo.”
Los controles regularán la presión y el flujo en un cuarto. “Es un control que reacciona en menos de un segundo. Al momento de abrir una puerta, no pasa un segundo cuando ya compensó las presiones. Las pruebas para este tipo de equipos son al ciento por ciento. Cada válvula atraviesa por un proceso de calibración en la fábrica y el diseño es muy cuidadoso. Su calidad es impresionante”.
El cuarto de máquinas está ubicado en el último nivel del edificio (hay cuatro niveles). Ahí se puede entrar sin problema alguno a realizar el mantenimiento, sin afectar la operación del sistema de bioseguridad, y en la azotea están instalados los chillers.
Las unidades manejadoras, los enfriadores, las bombas, los sistemas de presurización, temperatura, humedad, todo está controlado y reportado a cuatro computadoras. Contará con un servidor principal y uno de respaldo. “Registraremos todos los datos, llevaremos estadísticas de cómo se comporta cada uno de los cuartos, qué temperatura se tiene en cada una de las áreas. Esa información se reportará y guardará en archivos. Si en determinado momento un científico necesita respaldar su investigación, puede solicitar que se le haga la impresión del área donde la llevó a cabo y que se le diga en qué temperatura, qué humedad y presión realizó su proceso de investigación. Él se respalda en esos datos para avalar sus resultados y demostrar que estuvo bajo parámetros controlados.
”Otra gran ventaja es que podemos detectar fallas en los sistemas desde la computadora, lo cual hará el servicio de mantenimiento más ágil y también se podrá programar. Vamos a detectar alarmas en cualquier punto del edificio (temperatura, humedad, presión, filtros sucios, alguna máquina que se salió de operación, etcétera). Todo eso se reportará. Se tendrá una operación en tiempo real de todas las fallas del edificio”.
Manejo de energía
“A los usuarios les interesa el ahorro energético. Les empieza a interesar cuando ven los recibos de la luz y ven el consumo de energía alto. A los constructores les interesa poco. Aquel constructor que trabaja de la mano con el usuario, con el que habitará el edificio, sí lo piensa ahorrador de energía; pero cuando los edificios son para renta o se van a entregar y no tienen ninguna restricción de ahorro de energía, las constructoras no procuran eso. Éstas buscan elementos económicos, que no les cuesten mucho dinero, y dejan de lado los avances tecnológicos y los ahorros de energía.
”La labor de un contratista es mucho mayor de lo que son los edificios sostenibles. Dentro de los sistemas de construcción adoptamos modas. Fue moda el edificio inteligente: de repente, todos querían tener edificios de este tipo, y en realidad los edificios inteligentes ya habían nacido sostenibles. Todos se inclinaron hacia el camino de la seguridad, sistemas de detección de incendio, y pocos aprovechaban los paquetes que ya estaban incluidos en los software de los BMS para el ahorro de la energía. Era más importante vender el edificio como una construcción sostenible, pero no se sabía que desde un inicio ya lo era. Del edificio inteligente viene la sostenibilidad, que es a lo que yo llamo el examen del IQ de inteligencia del edificio. Entonces se empiezan a preocupar por la parte de los sistemas eficientes.
”Por otro lado, la falta de normatividad y regulación en México hace que los contratistas no nos preocupemos por instalar equipos más eficientes, ahorradores y que nos ayuden a una operación mucho mejor del edificio. Tenemos que trabajar en conjunto con el Gobierno para lograr una normatividad. A final de cuentas, la normatividad en México no la hace una asociación”.
Control total
Para Carlos Mendoza Elizondo, también ex presidente de ASHRAE, Capítulo Ciudad de México (2006-2007), es un orgullo trabajar en esta obra. “Se siente que uno contribuye al avance del país, que estamos aportando nuestros conocimientos. Ésta es la obra que más me ha realizado, por la cantidad de equipos instalados y lo cuidadoso y minucioso que debe ser. Me ha llenado de satisfacción, tecnológicamente, como profesionista y como ser humano”.
Asegura que Tecnocontrol ha trabajado en excelentes términos con los contratistas de aire acondicionado, ya que para él es primordial que se dé esa unión entre control y aire. “Hemos sabido ponernos en los zapatos de nuestros clientes, tomar el reto de ellos como propio; le ponemos toda la pasión, todo el entusiasmo, todas las ganas para que la obra sea un verdadero éxito, y lo hemos logrado en muchas obras a lo largo de 20 años de la compañía. Esa pasión nos ha hecho tener mucho éxito”.
Orgulloso de su profesión, se involucró en la industria por accidente. Siempre le ha gustado el sector de los controles, así que decidió estudiar Ingeniería Industrial. Cursó algunas materias sobre control. “Cuando terminé la carrera, ingresé a Controles Joseco. Ahí comencé a conocer más del aire acondicionado. Para mí el aire acondicionado es como un opio: lo pruebas y no lo dejas. Hubo necesidad de certificarme en Estados Unidos y demostrar que era capaz de manejar este sistema, antes de que me autorizaran vendérmelos en la fábrica. Lo anterior es una de las razones por las que se le han otorgado obras de control, por ejemplo, en Laboratorios Astra Zeneca, Liverpool Perisur, Laboratorios Promeco, entre muchas más. Carlos Mendoza tiene aproximadamente cuatro años en el área de biocontención.
Este año, la empresa cumplió 20 años de trayectoria. “Tiene una historia sentimental: cuando nació mi último hijo y estaba en el hospital, me di cuenta que era tiempo de iniciar algo por mi propia cuenta, ya que tenía que ver por el futuro de mis hijos. Así que decidí esforzarme para formar mi propia compañía. Mi hijo nació el 3 de abril de 1991, y Tecnocontrol y Sistemas se funda oficialmente el 2 de abril de 1992. Una de las mayores satisfacciones de la compañía es que las personas que trabajan con nosotros ya tienen muchos años, se han quedado, han creído en el ideal de Tecnocontrol, han creído en la filosofía de la compañía”.
El también presidente de la Federación de Asociaciones Iberoamericanas de Aire Acondicionado y Refrigeración (FAIAR) explica que se ha logrado establecer un plan de trabajo y una sectorización de actividades. “Logramos definir comités de refrigeración, de educación, organizamos la forma de trabajo de la FAIAR. Ya tenemos una página de internet. Ahí se podrán encontrar conferencistas internacionales que pertenecen a la Federación y que están dispuestos a compartir sus conocimientos en diferentes países. Asimismo, la asociación española ATECYR ya nos compartió la normatividad que tienen en España y nos permitió copiarla, difundirla. Se ha logrado bastante. Es difícil trabajar con la FAIAR: son 19 países; sin embargo, nos ha permitido internacionalizar las asociaciones, sobre todo AMERIC y ASHRAE, Capítulo Ciudad de México, Monterey y Guadalajara”.
En este sentido es que el ingeniero asegura que el mercado mexicano está en la tendencia de los sistemas de control. “Cada día más se ha vuelto una parte vital de la operación de los edificios y de las industrias, y considero que, aunque no está marcado en la normatividad de los edificios sostenibles, el control es parte primordial. Para ahorrar energía, primero hay que medirla; para ello se necesita tener control, llevar estadísticas. Sin control no hay edificio sostenible. ¿Hacia dónde vamos? Hacia sistemas totalmente automatizados”.
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