Uno de los mayores problemas dentro de las edificaciones en las ciudades con alta densidad de población es el que se presenta como resultado de un mal diseño de ventilación, falta de mantenimiento a los ductos del sistema o equipos que no cumplen con las necesidades de las instalaciones: el síndrome del edificio enfermo.
Diego Sámano García.
El síndrome del edificio enfermo se define, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), como un conjunto de enfermedades originadas o estimuladas por la contaminación del aire en espacios cerrados. Este conjunto de enfermedades y molestias normalmente es generado por contaminantes, una mala ventilación, altas concentraciones de dióxido de carbono (CO2), partículas suspendidas, contaminantes biológicos, gases y vapores. Los contaminantes producen jaquecas, nauseas, mareos, irritaciones de las vías respiratorias, piel y ojos. Estos padecimientos se pueden volver crónicos para las personas, ya que, por lo general, un individuo pasa 8 horas en la oficina, lo que representa la tercera parte del día. Tener al personal propenso a este tipo de enfermedades puede impactar en un bajo rendimiento.
En el 2006, un grupo de investigadores finlandeses publicó un artículo sobre cómo afecta el síndrome de edificio enfermo a la productividad de las personas en el American Journal of Industrial Medicine. Este artículo revisó 23 estudios diferentes en distintos ambientes alrededor del mundo, además de realizar una investigación exhaustiva en el estado del arte sobre calidad del aire interior y salud en los edificios. Las conclusiones fueron contundentes en cuanto al impacto económico y de productividad en las empresas.
El resultado que se obtuvo de esta investigación es que el síndrome de edificio enfermo afecta seriamente los indicadores de productividad, tanto desempeño laboral, como ausencia del trabajo por enfermedad. En este estudio se demostró que la mejora del ambiente disminuye los síntomas, como fatiga, jaquecas, náuseas e irritaciones de vías respiratorias. Si se mejora el ambiente y se reducen los síntomas generales en 10 %, se obtiene un incremento de producción de 2 % y se reducen en 1.5 % las faltas a corto plazo. Por tanto, es importante mantener el aire interno del edificio libre de contaminantes para conservar una buena productividad, sobre todo en ciudades grandes, donde los ambientes no son favorables debido a las altas concentraciones de contaminantes que hay comúnmente en el ambiente, los cuales, combinados con un edificio enfermo, potencian aún más la probabilidad de enfermedad en vías respiratorias.
La mayor parte de los síntomas que provoca el síndrome del edificio enfermo son contaminantes que se pueden evitar, para los polvos y volátiles en el ambiente, con un buen sistema de filtración en el sistema de aire acondicionado. Los polvos constituyen un lugar donde los ácaros proliferan. Causan bastante daño tanto a la piel como al sistema respiratorio. Además, estos polvos pueden contener otro tipo de bacterias. Para reducir el polvo que contiene ácaros y otras partículas sólidas suspendidas que irritan las vías respiratorias, se utilizan filtros que impiden el paso de los contaminantes. Los químicos volátiles pueden ser sustancias nocivas con distintos efectos para el ser humano. Son productos químicos que se pueden desprender de aerosoles, pinturas.
Para los químicos volátiles, es necesario colocar filtros de carbón activado que detengan las sustancias. Además de detener los polvos y los volátiles químicos, los filtros detienen los humos. Estos contaminantes se encuentran fácilmente en cualquier ambiente y no es particular de los edificios. En las grandes ciudades, es muy alta la concentración de estos contaminantes en el ambiente exterior, por lo que es importante tener filtros para el aire externo que se inyecta.
Otro síntoma que relativamente es sencillo de evitar es la uniformidad de temperatura. Se evita diseñando adecuadamente la distribución de salidas de aire, una buena circulación, teniendo una envolvente adecuada y colocando un sistema de acondicionamiento apropiado. Este síntoma puede provocar enfermedades respiratorias frecuentes en los ocupantes, debido a cambios de temperatura, además de causar incomodidad a los ocupantes del edificio.
La contaminación por altas concentraciones de CO2 y de otros gases se reduce con una buena ventilación de aire externo, mediante extracción e inyección. Además, para disminuir la cantidad de CO2, se pueden utilizar plantas dentro del edificio. Éstas usan el CO2 como parte de su alimento y lo transforman en oxígeno; siempre es bueno tener una concentración adecuada de este gas en el ambiente de un edificio. El síntoma que provoca tener CO2 en exceso es disminución de la concentración y dificultad para respirar.
La mayoría de los agentes contaminantes tienen una solución no costosa, ya que el mantenimiento continuo no es caro o es nulo; sin embargo, los hongos son el agente contaminante más difícil de controlar, sobre todo en áreas húmedas. Además, los hongos son un agente muy dañino para las vías respiratorias. Los hongos pueden alojarse y mantenerse en pulmones y garganta, produciendo enfermedades crónicas del sistema respiratorio, como el asma (artículo publicado en julio de 2012 en Nature Reviews Microbiology, Volumen 10, ejemplar 7 pp. 459-471). Este artículo se basó en todos los estudios previamente publicados alrededor del mundo.
Los hongos proliferan principalmente en lugares húmedos y obscuros, sin importar la temperatura. La condensación que se llega a producir dentro de los ductos y alrededor, en combinación con la oscuridad que se tiene en esa zona, los convierte en el lugar ideal para que proliferen los hongos y algunas otras bacterias. En la parte exterior, normalmente se coloca un recubrimiento aislante anti-hongo, lo que ayuda a evitar el crecimiento de éstos. Sin embargo, en la parte interior aún no se ha podido evitar el crecimiento de hongos y bacterias. Esto hace que los hongos sean el contaminante más determinante para que exista un edificio enfermo y el parámetro más difícil de combatir. Cabe aclarar que todos estos estudios se han hecho en sistemas con acondicionamiento de aire en sistemas de ductos.
Como ya se ha mencionado en números anteriores (10 de febrero de 2006, 3 de febrero de 2008 y 31 de agosto de 2011), la limpieza de los ductos en los sistemas HVAC es muy importante. Es vital para mantener sano un edificio y evitar el crecimiento de hongos. Lo recomendable es tener programado un mantenimiento periódico, el cual depende de la zona donde se encuentre el edificio. Sin embargo, existen otras formas de mantener un edificio climatizado con un buen sistema de acondicionamiento de aire y disminuyendo el mantenimiento al mínimo. Actualmente, existen unidades tipo “cassette”. Este tipo de unidades son muy sencillas, fáciles de colocar y no requieren de mantenimiento tan complejo y costoso como los ductos.
Las unidades tipo “cassette” son muy comunes, sobre todo en los sistemas VRF, aun cuando existen para los sistemas de agua helada. Estas unidades son compactas, no requieren sistemas de ductos ni tienen lugar donde se pueda acumular la humedad. Como se puede ver en la figura 1, son muy simples y compactas. Estas unidades también tienen la opción de contar con un filtro a la entrada del aire para detener todo tipo de partículas.
En cuanto a la apariencia, son mucho más estéticas que las unidades tipo pared y piso-techo. Se ven como una rejilla en el plafón; sin embargo, tienen una excelente distribución de aire. Estas unidades son de muy fácil mantenimiento, ya que no tienen un sistema de ductos; el filtro está en una posición de fácil acceso.
Además, esta unidad tiene otras ventajas al ser la succión por la parte central y tener el filtro. Éste mejora sus propiedades, pues las partículas suspendidas en el aire al intentar subir tienen que vencer su propio peso y esto reduce su velocidad, por lo que cualquier barrera provoca que se detengan. Simplemente, por rozar o tocar alguna superficie, las detiene, ya que pierden por completo la velocidad del flujo y no la recuperan inmediatamente por la inercia. Por otro lado, cuando un fluido cambia abruptamente de dirección, las partículas que van viajando en él mantienen la primera dirección debido a la inercia. Este es un principio básico que se utiliza en mecánica de fluidos para crear depósitos de partículas suspendidas en el fluido.
En el caso de las unidades tipo cassette ocurre esto. Por otro lado, la distribución de aire entregada por estas unidades es excelente, sobre todo en las tipo cassette de 4 vías. El aire lo succionan por la parte central y en cada lado lo expulsan. La distribución es prácticamente en 360 grados si se observa desde abajo la unidad, y con una envolvente hacia los lados cuando se ve por uno de ellos. Esto permite que la distribución de aire alrededor del punto donde se encuentra sea completamente ideal. Esto favorece que la distribución de temperaturas en toda la estancia sea uniforme.
En las figuras 2 y 3, se observa la distribución típica para una unidad tipo cassette de 4 vías. La distribución de aire es simétrica, por lo cual se presenta la mitad del gráfico en calentamiento y la otra mitad en enfriamiento. Como se observa, la distribución alrededor de la unidad es adecuada.
Podemos concluir que para una aplicación donde se requiera acondicionar un espacio es mejor colocar una unidad tipo cassette. Estas unidades, al ser muy sencillas, evitan el crecimiento de los agentes dañinos que puede haber en cualquier estancia acondicionada. Ahorrará costos de mantenimiento, de salud e incrementará la productividad del personal.
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Diego Sámano García
Ingeniero Mecánico egresado de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, especializado en Mecánica de Fluidos y Fenómenos de Transporte en Fluidos Complejos. Ingeniero de Pruebas en Refrigeración Ojeda; supervisor Técnico de Hitachi Air Conditioning México. Ha publicado artículos en el Journal of non-Newtonian Fluid Mechanics.Ha sido conferencista en múltiples foros.
1 comentario
Gran explicación
Hay quienes piensan que es una bobada, pero es realmente perjudicial para la salud de los trabajadores