La instalación de aire acondicionado fue en tiempo récord: tan sólo tres meses de trabajo, por lo que las labores se realizaron durante las 24 horas del día, los siete días de la semana, con una fuerza laboral de 12 ingenieros y más de 150 obreros divididos en tres turnos de trabajo.
Por Diana Lozano.
El sistema de aire acondicionado es complejo por su diseño, ya que deben interactuar tres o más unidades para lograr el confort establecido.
Nominada para ser la obra del año, el edificio fue sede de la reunión del G20, realizada en junio de 2012. Al ser una reunión de gran trascendencia, por ser un compromiso internacional, cada detalle de las instalaciones estaría en la mira del mundo, lo que implicó una responsabilidad y entrega multiplicadas debido a la premura y magnitud de la convención.
La construcción del Centro Internacional de Convenciones (CIC) Los Cabos representó una inversión estatal de 839 millones de pesos y estuvo a cargo de Ingenieros Civiles Asociados (ICA). Tiene capacidad para albergar a más de 6 mil 400 personas. Debido a esto, asegurar su confort fue una tarea ardua que requirió cálculos precisos y total entrega para concluir la instalación de aire acondicionado en sólo tres meses.
El proyecto de climatización exigía una logística exacta, sin errores, desde la solvencia económica, el flujo de capital, los aprovisionamientos, la programación de áreas, la coordinación de las labores de operación y de la logística de la maquinaria, así como el número de horas-hombre.
“El programa original contemplaba seis meses, pero cuando llegamos en febrero al lugar de la obra, confirmamos que debería ejecutarse en un tiempo record (tres meses), ya que en ese momento no estaban las bases del edificio, por lo que se implementó un programa adicional y se mantuvo la visión de poder ejecutarlo en 90 días, que era el tiempo disponible hasta esa fecha, antes de que se realizara el evento de la cumbre del G20”, comenta el ingeniero Wilfrido Díaz, director General de JWA, Refrigeración y Aire Acondicionado.
El ingeniero Díaz señala que el primer reto al que se enfrentó fue la complejidad para ejecutar la obra, ya que sus trabajos tuvieron que estar acorde con el cronograma de todas las ingenierías y especialidades, lo que implicó colaboración y coparticipación en los avances de obra civil. Otro factor fue el tiempo. Los días transcurrían y no se contaba aún con áreas para dar inicio a las diferentes instalaciones. “La solución fue cambiar la estrategia original, se implementó un horario de trabajo de 24 horas, con turnos dobles, e incluso triples, incluyendo sábados y domingos, lo que repercutió en el incremento de la fuerza de trabajo y traslados masivos de personal desde la Ciudad de México hasta Los Cabos; se trabajó en condiciones extremas de 40 grados centígrados de temperatura, durante abril, mayo y junio”.
Memoria técnica
El sistema de aire acondicionado es complejo por su diseño, ya que deben interactuar hasta tres o más unidades para lograr el confort establecido, combinando sistemas de agua, aire, control de humedad, control de temperatura, pero, sobre todo, ahorro de energía, lo que demandó 180 equipos.
El edificio cuenta con un sistema central basado en una red de bombeo primario con tres bombas de generación de volumen constante, una secundaria con tres bombas de generación de volumen variable, una red de tuberías de más de 3 mil 500 metros, un sistema de distribución de aire de ducto redondo espiroducto con más de 4 mil metros instalados, 16 manejadoras de 40 toneladas de refrigeración (T.R.), cada una, dos equipos centrales de 317 T.R., cada uno (unidades generadoras de agua helada), un sistema de ventilación y extracción con más de 120 extractores y para áreas administrativas una serie de 40 minisplits.
La cantidad de toneladas de refrigeración se refleja en lo complejo de su construcción con los materiales especialmente selectos para abatir ganancia de calor, lo cual permitió que con sólo 684 T.R. (8 millones 208 mil BTU/h) se abatieran las necesidades de temperatura y confort de un inmueble de más de 24 mil metros cuadrados de construcción.
En lo referente a la elaboración del diseño, se tomaron en cuenta para garantizar los estándares de confort para un edificio que albergaría más de 6 mil personas con diferentes necesidades de confort para cada una. Debido a que 95 por ciento de los insumos y equipos se trasladaron desde diferentes ciudades de la República Mexicana y Estados Unidos, los cuales se enviaron por barco y avión a la obra, en todo momento estuvo latente el riesgo de que algún incidente en el trayecto no permitiera responder de inmediato a la demanda de desarrollo del proyecto por falta de cualquier material o equipo, por mínimo que fuera. “Fue complicado el acceso a la obra, ya que todos los equipos pesados se enviaron por barco, llegaron a Mazatlán y después se embarcaron a La Paz. En total se realizaron 15 embarques”.
Equipos
“Nos dieron el contrato a principios de 2012, arrancamos en febrero, pero llegamos a la obra y no había tal: aún no estaba erigida. Para colocar los aires acondicionados necesitábamos techos y pisos. ¿Cómo comenzaríamos? Entonces lo que hicimos fue acumular todo lo que íbamos a usar: tuberías, ductos, minisplits, etcétera”.
Dada la magnitud y el apuro de ejecución de los sistemas, y para lograr la perfecta coordinación y logística entre las diferentes áreas, como preparación, fabricación, colocación, traslados, operación de maquinaria de elevación, talleres de fabricación de ducto redondo y aislamiento, fue necesaria una fuerza de trabajo de 180 personas en los tres turnos.
De igual manera, se tuvo que hacer uso de maquinaria de elevación para poder instalar tramos de 15 a 20 metros de ductos o tuberías, lo cual dio un avance significativo y la liberación de áreas para los trabajos subsecuentes, puesto que el sistema de ductos fue detonante para la realización de actividades, como muros verdes, muros móviles, iluminación, colocación de plafones y alfombras.
Los espiroductos empleados en la instalación son negros, al igual que el plafón. Se colocaron con una plataforma que se eleva 12 metros. “Solicitamos 12 grúas en la obra. Fue una ayuda increíble contar con esos equipos; desde luego, su renta fue considerable. Había ductos de diámetro extenso y se tenían que colocar con dos plataformas, ahí se debía tener una sincronización impecable”.
Normas
A causa de que es un edificio autosostenible, está regido por todas las normas estatales, nacionales e internacionales que establecen las diferentes asociaciones dedicadas al acondicionamiento ambiental, como:
Tres motivos eficientes
El ingeniero Wilfrido Díaz explica que la instalación de aire acondicionado en el Centro Internacional de Convenciones en Los Cabos se reconoce como eficiente porque, desde la concepción del diseño, se planeó que el edificio fuera autosostenible. “Fue concebido para tener vida propia al contar con muros verdes, lo que permite que tenga una mínima ganancia de calor y, al mismo tiempo, el follaje de los muros genera los gradientes de humedad necesarios para mantener las condiciones interiores del edificio, apoyado a la vez con iluminación natural, así como con un sistema de automatización central que gobierna los 365 días del año los requerimientos del sistema”.
Otra razón es que cuenta con equipos y materiales de última generación, como refrigerantes ecológicos y materiales fabricados bajo los más altos estándares para protección del medioambiente. El tercer motivo se debe a la integración de los elementos de construcción, como alumbrado tipo LED, que genera un bajo coeficiente de ganancia de calor, iluminación natural y acabados, con materiales aislantes y acústicos, tanto en sus muros perimetrales, como en la azotea del edificio.
“Este proyecto representó un reto muy importante porque estábamos ante los ojos del mundo, ya que iba a ser la reunión de los presidentes de 20 países líderes. Al ver la obra terminada sentí una satisfacción enorme: ya cumplí con mi trabajo”.
Proyecta obras de gran esplendor
Wilfrido Díaz se desenvuelve en el sector desde hace más de 20 años. Durante 16 años, antes de fundar JWA Refrigeración y Aire Acondicionado, donde es director General, se desempeñó en diversos cargos, por lo que adquirió formación, tanto técnica como administrativa, y así obtuvo las bases para dirigir la empresa.
La compañía se fundó en 1986 con la finalidad de cubrir las necesidades del sector, ya que, en su opinión, no se cubrían totalmente los estándares de calidad, ética y servicio. “Eso nos motivó para fundar JWA”.
Egresado de la Escuela Superior de Ingeniería y Mecánica Eléctrica, Wilfrido relata una breve anécdota de sus inicios en el sector: “Se debió a la necesidad de tener un proveedor profesional competitivo y responsable, ya que yo me desempeñaba como director de ventas en una empresa en donde teníamos como complemento de nuestro producto a un proveedor de cámaras frigoríficas. Al verme afectado en este rubro y depender de un proveedor tan importante en costo, calidad y entregas, y al no tener un proveedor con estas características, optamos por fundar una empresa para satisfacer esas necesidades. El resultado fue que no sólo nos daba servicio en una forma óptima, también lo daba al mercado que formaba nuestra competencia.
El ingeniero Díaz refiere que, después de 26 años de haber fundado la empresa, han logrado realizar infinidad de proyectos, gracias a sus clientes y proveedores, con los cuales han recorrido ese amplio camino, en donde se han encontrado con proyectos buenos, malos y pésimos. “En cuanto a los malos y pésimos, considero que le hacen falta ética y profesionalización”.
El ingeniero considera que sus logros más significativos, después de casi tres décadas de experiencia, son haber sobrevivido a crisis económicas importantes, tener clientes que han confiado en ellos y, que en un sector donde ha visto aparecer y desaparecer empresas, le llena de orgullo ver vigente a JWA. “Esta vigencia y crecimiento ha sido el resultado de haber mantenido una línea de responsabilidad, ética y respeto”.
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