La instauración de una urbe sustentable basada en la rehabilitación energética y el impulso de una cultura ambientalmente consciente impondrá las nuevas bases sobre las que se asentará el futuro de la arquitectura bioclimática.
Por Melissa Rodríguez
El presente y el futuro de México están intrínsecamente relacionados con el crecimiento de sus áreas urbanas. La fragmentación e insostenibilidad medioambiental se deben a la falta de conocimiento de sus dimensiones y a la ineficiencia en el desarrollo de nuevas estrategias de urbanización que difundan la importancia de los servicios ecológicos para la vida y la funcionalidad de las ciudades, los cuales permitirían mejorar el equilibrio con la naturaleza y obtener de ella beneficios que mejoren las condiciones de vida de la población.
En una metrópoli como México, los residentes están en constante riesgo por la contaminación ambiental y otros problemas venideros de la industria, que inhiben gradualmente el desempeño formal de sus ciudadanos y de sus actividades habituales.
La huella climática que repercute en la superficie social implica el desarrollo de trabajo colectivo para satisfacer la demanda industrial de una manera ambientalmente sustentable, incorporando elementos arquitectónicos y tecnológicos de alta eficiencia energética.
Los edificios consumen casi 40 por ciento de la energía a escala mundial, generando un costo significativo para el sector empresarial y consecuencias irreversibles para el medioambiente, como la deforestación y la contaminación atmosférica.
La edificación sustentable es un concepto que se ha destacado notablemente en la actualidad. Las premisas indispensables para realizar un edificio sustentable parten del diseño, su ubicación y de la óptima selección de los recursos materiales y tecnología para la operación del edificio.
Para el doctor David Morillón Gálvez, especialista en temas de sustentabilidad, si se realiza un mal diseño o una mala selección de materiales, se requerirán muchos entrantes para que opere el edificio. Como salientes de ese mal, se tendrían altas emisiones de CO2, residuos sólidos o basura, aguas negras, etcétera.
“Entre más adecuada sea la selección de sus propiedades, más aumenta la posibilidad de adquirir lo que se requiere en el edificio y de prepararse para tratar los posibles impactos. Cuando no es así, sólo se está llevando a cabo un uso eficiente de los recursos naturales, mas no se es sustentable”, comenta el doctor Morillón.
Para él, las construcciones sustentables son de mayor calidad que las convencionales, debido a que se desarrollan bajo los códigos de construcción y políticas de adaptabilidad. El costo de los edificios sustentables es 15 por ciento más alto que el de un edificio tradicional, pero la inversión se amortiza dentro de los primeros tres años de uso.
El mantenimiento de este estos edificios es más económico por las normas de eficiencia con las que se gestiona el funcionamiento de la tecnología, aparatos, equipos de iluminación, entre otros, reemplazando en su totalidad los costos de energía y extendiendo la vida útil de los equipos.
La incorporación de tecnologías limpias es una exigencia ambiental de la ciudad. Según reportes del World Green Building Council, los edificios certificados ahorran 40 por ciento de su consumo de agua, 30 por ciento de energía y entre 50 y 75 por ciento en desechos de construcción.
Sin embargo, las edificaciones sustentables no sólo aportan beneficios al medioambiente, también impulsan la economía y los estatutos de seguridad e integridad social de la comunidad, y el uso superior de sus recursos.
Los edificios sustentables son grandes contribuyentes al PIB y al empleo, además de ser un componente crucial de la economía verde. El aumento de la productividad a través de la eficiencia infraestructural tiene el potencial para frenar la demanda excesiva de energía de los países en desarrollo por más de la mitad para 2020 (de 3.4 a 1.4 por ciento al año).
El crecimiento natural y social de la población está asociado con el grado de urbanización del México contemporáneo. Debido a esto, se han impulsado diversas tendencias para el desarrollo de la sustentabilidad en la ciudad.
Una de ellas es el Edificio CIHAC, ubicado en el DF. Esta obra modernizada energética y bioclimáticamente es utilizada en la actualidad como espacio laboral y representa una de las estructuras sustentables más innovadoras y eficientes de la ciudad, donde se encuentra un inventario inmobiliario de más de 34 millones de viviendas y 250 mil escuelas que no son sustentables.
La modernización del edifico CIHAC dio inicio en 2011, cuando se tomó la iniciativa de transformar un edificio convencional en una edificación sustentable, capaz de obtener la certificación LEED Platino, pues ya cuentan con la Oro. Fueron los atributos propios de un edificio convencional (pocos espacios para la entrada de la luz natural, fugas de agua y goteras, instalaciones eléctricas deficientes y escasos espacios para el desarrollo de microclimas naturales) los que dieron pie a que su reconversión se desarrollara bajo los términos de la sustentabilidad, el ahorro de los servicios públicos y el confort de sus ocupantes.
La transformación del edificio tuvo un sobrecosto que se compensó instantáneamente con la plusvalía; es decir que, al reconstruir el edificio con propiedades sustentables, su valor aumentó proporcionalmente, además de que actualmente no paga por ningún servicio y obtiene mayor productividad de su gente. El pago nulo de servicios es porque se genera energía en el mismo sitio.
“Para llevar a cabo la transformación de un edificio convencional, no es necesario adquirir la tecnología más cara, sino atribuirla de materiales y procedimientos sustentables”, menciona el ingeniero Jorge Diez de Bonilla Rico, director Técnico del Edificio CIHAC.
Los materiales para edificios sustentables deben poseer características diferentes, como bajo contenido energético, baja emisión de gases de efecto invernadero y ser reciclables; en el caso de maderas, se evitan las provenientes de bosques nativos. Entre los materiales usados en la construcción que más energía propia poseen, se encuentran el aluminio primario y el aluminio comercial.
El uso de materiales, herramientas y equipos tecnológicos depende del lugar y del análisis de consumo energético, además del impacto generado en emisiones, residuos, etcétera; por lo tanto, en función de los resultados, se hacen paquetes para ver qué tecnología es la más adecuada para cada lugar; por ejemplo, en el Norte del país, el problema que se tiene es el calor; si las construcciones se siguen realizando con los materiales actuales no serán adecuadas y van a tener mucho consumo energético, por lo que se necesitan materiales que permitan aislar y disminuir las ganancias térmicas para tener menos temperatura dentro y consumir menos energía en el uso de aire acondicionado. Debido a los materiales, es imposible determinar el periodo de vida útil de un edificio sustentable, dado que cada componente tiene una duración en particular.
El diseño bioclimático es la base para un edificio sustentable. Si no está diseñado en adecuación con el clima, seguramente requerirá de energía extra para cumplir con todas sus necesidades y presentará incomodidad. Algunas de las construcciones certificadas como edificios verdes son el Centro Centrex de Loreal, el Centro Internacional de Negocios, en Ciudad Juárez, y la Torre HSBC, en la Ciudad de México.
Programa sustentable del Edificio CIHAC
Ubicación
La integración urbanística está orientada hacia los diversos tratamientos de ubicación y esparcimiento social, por lo que el edificio está ubicado en una zona sustentable, ya que colinda con áreas comerciales y con las principales vías de traslado en la ciudad.
Calidad ambiental interior
El edificio no cuenta con sistemas de aire acondicionado; en su lugar, utiliza ventilación natural, lograda a través de dos invernaderos. El invernadero norte genera clima fresco y sombra; el invernadero sur siempre está soleado y genera aire caliente. Ambos climas son captados, limpiados y posteriormente mezclados e inyectados a través de conductos de aire natural con dirección hacia las oficinas, en donde la temperatura puede ser regulada con un sistema inteligente.
En épocas de clima caluroso, cuando no se genera el suficiente frío, se utiliza el nebulizador que dispara vapor de agua frío para bajar la temperatura.
Las ventanas son termoacústicas, con lo que se evita la contaminación auditiva y se mantiene un clima de confort, dependiendo de la estación del año.
Su medidor de emisiones de carbono permite detectar los índices de contaminación generada al día. Se busca gran transparencia y colores claros para que rebote la luz natural dentro de las instalaciones.
Consumo eficiente del agua
El agua que se absorbe es infiltrada y almacenada en tanques para limpiar sus impurezas y utilizar sus excedentes. Además de tener maceteros que se riegan por goteo, que no sólo dan un aspecto agradable, sino que sirven como parasoles; en verano se dejan crecer las plantas para que den sombra y en invierno se podan para que entre la luz del Sol y climatice los interiores del edificio.
Energía y atmósfera
Las celdas fotovoltaicas en la azotea generan la energía suficiente para las actividades cotidianas, produciendo incluso más energía de la que consumen. La energía conseguida es almacenada en baterías capaces de suministrar electricidad al edificio durante dos días completos, funcionando como una planta de luz.
La energía utilizada para hacer funcionar los aparatos eléctricos proviene de la corriente alterna, puesto que se consigue una transmisión más eficiente de energía; por lo que esta forma de hacer llegar la electricidad es comúnmente utilizada para transmitir la energía a hogares y empresas.
El edificio cuenta con pisos irradiadores de calor, los cuales calientan el agua de lluvia y la transfieren al suelo cuando se requiere climatizar las oficinas.
Innovación
Las instalaciones son visibles intencionalmente para facilitar la detección de alguna avería en los equipos y para posibles ampliaciones en su infraestructura.
El sistema de tubos solares que utiliza es capaz de iluminar 14 metros y está controlado automáticamente para abrir y cerrar con la propia energía que genera el edificio. A través de estos sistemas, entra la luz natural en las oficinas. Su cúpula parabólica está constituida por un cilindro con reflejantes que generan gran eficiencia en la transmisión de la luz.