Encontrar el equilibrio entre el ecosistema al que pertenece y las personas a las que afecta, es el objetivo de los sistemas sustentables, sin olvidar el beneficio económico que representa. A continuación se proponen los siguientes puntos como elementos que no se deben olvidar al desarrollar una planta de agua helada sustentable.
Por Mariana Pamela Acosta Zamarripa,
Definir los objetivos del proyecto
La principal importancia de tener objetivos claros es dar respuesta a las preguntas básicas de qué, cómo, cuándo, en dónde y sobre todo el porqué el proyecto busca ser sustentable. Estas preguntas darán la guía de qué sistema elegir, cómo se comportará cuando suceda alguna situación en particular, en dónde se colocará y qué beneficios tiene por encontrarse en esa ubicación. Objetivos claros que nos permiten tomar las decisiones correctas a la hora de comparar sistemas, para escoger el óptimo para el proyecto.
Incorporar a los jugadores clave (uno)
A pesar de contar con los objetivos del proyecto, no hay que olvidar que las decisiones deben ser informadas y en consenso con los especialistas. Por lo mismo, es recomendable contar con las áreas que participarán en el proyecto desde un inicio, evitando así malos entendidos y aumentando las posibilidades de que el proyecto sea respetado desde su concepción, hasta el final del mismo. Hay que recordar que ser sustentable es un proceso, y, durante el mismo, deberá coordinarse con diversas áreas, como lo son los proyectistas, contratistas, constructoras y encargados del mantenimiento.
Esta recomendación permite una mejor planeación (informada y aprobada por los especialistas), y que al final permite planear para disminuir los riesgos y aprovechar las oportunidades, en vez de resolverlos en la marcha.
Limitar el alcance del proyecto (dos)
¿La sustentabilidad es cara? Es común encontrarse con esta pregunta y la respuesta es: no. Si analizamos los objetivos de un proyecto sustentable se puede observar que la sustentabilidad busca el equilibrio entre la sociedad, el planeta y también en lo económico. Sin embargo, es posible que, en el intento de buscar los ahorros energéticos o los beneficios para la sociedad en la que el proyecto se llevará a cabo, el presupuesto inicial resulte insuficiente y el proyecto termine posponiéndose o siendo cancelado.
Justo en el punto anterior radica la importancia de limitar el alcance que deseamos lograr. Después de revisar lo que queremos lograr con el proyecto y de involucrar a la gente correcta, es momento de conocer con qué se cuenta. Para lograr la calidad solicitada del proyecto, en el espacio de tiempo necesario, es vital limitar los recursos y los objetivos (previo a dar luz verde al proyecto); informar a los jugadores clave, y documentar dicho alcance. Esto permitirá una mejor coordinación del proyecto sustentable.
Especificar el sistema a utilizar (tres)
No existe una fórmula para definir cuál es la planta de agua helada óptima. La decisión se basa en el análisis, tanto del comportamiento del edificio o proceso como las características del lugar en donde se encontrará.
- ¿Agua o aire? La primera decisión será qué tipo de equipo se utilizará, generadoras de agua helada, enfriadas por aire o por agua. Es preciso tener en mente que esta decisión depende de varios factores como lo son: toneladas de refrigeración, ubicación del proyecto, los servicios con los que se cuenta y el espacio destinado para los equipos
- Analizar las opciones. Dentro de las plantas de agua helada, es posible elegir desde sistemas tradicionales, como lo es el sistema de una sola enfriadora a flujo constante, hasta la tendencia más actual, como lo es el Flujo Variable Primario (VPF). Sin embargo, es necesario realizar un análisis sobre qué sistema es el que más ahorros energéticos representa y si estos ahorros lograrán que el sistema sea rentable
- Considerar las características del proyecto. En algunas ocasiones, no es posible utilizar una planta de agua helada que genere grandes ahorros energéticos, debido a que el sistema no lo permite. Un ejemplo es no poder utilizar un sistema de VPF en un laboratorio biológico, ya que por las características del mismo, no se permiten grandes variaciones de temperatura
Salir de lo estándar (cuatro)
Para tener una diferencia en los consumos eléctricos de una planta de agua helada es necesario contar con diseños que salgan de lo común. No hay que dejar que el factor miedo invada el desarrollo del mismo. Existen simples prácticas, desde cómo diseñar con un diferencial de temperatura más grande, hasta sistemas que buscan la recuperación de energía o el almacenamiento de la misma.
Los siguientes puntos explican brevemente algunas prácticas que pueden ayudar a tener un sistema sustentable:
- Diseños con bajos flujos. Dentro de una planta de agua helada, tener una enfriadora eficiente puede reducir el consumo eléctrico del sistema, pero si encontramos un punto en el cual ahorrar en otros elementos de la planta, podemos encontrar mayores ahorros. Con este pensamiento, reducir el flujo de agua del sistema nos ayuda a un ahorro en las bombas que se encargarán de su distribución. Una forma de reducir el flujo es aumentando el diferencial de temperatura del sistema, ya que los GMP son inversamente proporcionales a éste
- Utilizar nuevas tecnologías. Cada vez es más común encontrar enfriadoras que tengan características especiales, como recuperadores de calor; o bien, enfriadoras que aprovechan el calor de desperdicio de un proceso para generar agua helada, como las enfriadoras de absorción
Nada es gratis (cinco)
Hay que considerar, y probablemente suene repetitivo, al sistema y qué es lo que nos pide, ya que la planta de agua helada ideal cambia dependiendo del proyecto. La idea de que nada es gratis intenta comunicar que todos los sistemas cuentan con ventajas y desventajas, que deberán ser consideradas y manejadas desde la etapa de diseño. Además, se deben considerar las consecuencias y reacciones en el sistema de las decisiones tomadas.
Controlar (seis)
Los sistemas sustentables por su naturaleza deben ser controlados para asegurar que su funcionamiento es el que se planeó en el diseño. Los sistemas de control ayudan a mantener los parámetros y evitar que las variaciones de la planta de agua helada se desestabilicen y generen pérdidas en el ahorro que se ideó en un principio.
Es cierto que entre más sencillo sea un sistema, más simple puede ser su control, pero si el sistema de control es quitado de la ecuación, el sistema puede ser lo más complicado con lo que se tendrá que lidiar.
Monitorear (siete)
Después de que se logró diseñar una planta de agua helada sustentable con un control hecho a la medida y con nuevas ideas y tecnologías, ¿cómo saber que funciona como se prometió? El constante monitoreo y generación de reportes nos permite comparar contra facturación los ahorros que se tuvieron como objetivo desde el inicio del proyecto.
En este punto es en donde se paga la factura. Si los objetivos y alcance se realizaron correctamente, el proyecto generará los ahorros deseados, y bajo los cuales se vendió el proyecto. Si los objetivos no fueron claros o realistas, los ahorros podrán estar ahí, pero la taza de retorno no será la que se presentó.
Capacitar (ocho)
La planeación inicial, el desarrollo de la ingeniería, la instalación y arranque de un proyecto, en este caso de una planta de agua helada, es vital para su correcto funcionamiento. No obstante, este proceso comprende sólo una pequeña parte de la vida del proyecto. Si es la intención del equipo de trabajo tener un edificio de alta eficiencia o un proceso confiable, es vital capacitar a las personas que tendrán acceso directo a la planta de agua helada y a los sistemas que lo afectan.
El ser humano tiende a rechazar lo desconocido, y si no existe una capacitación, es muy probable que nuestro proyecto termine invalidado por el encargado de mantenimiento. La persona que realiza este mantenimiento no es la culpable, simplemente no recibió la información adecuada y prefiere proteger a los equipos y dar resultados, a luchar contra algo que no conoce.
Documentar (nueve)
Por último, pero no menos importante, el proceso de documentación. Si no existe una cultura de documentar cada paso del proyecto, desde su diseño hasta el reemplazo de algún equipo, no existirá un verdadero orden, y sobre todo la comunicación entre las áreas será poco eficiente. Este proceso es laborioso, pero al final ahorra malos entendidos y permite realizar cambios de manera más eficiente.
La sustentabilidad depende de más cosas que sólo tener las últimas tecnologías, los equipos más eficientes o las áreas más verdes; implica un análisis del proyecto, que por definición es único, e involucre a la ingeniería como la parte financiera del mismo. En pocas palabras: buscar el equilibrio.
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Mariana Pamela Acosta Zamarripa
Ingeniera Mecánica Eléctrica, egresada del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, campus Estado de México.
Cuenta con acreditación ABET, y es actual ingeniera en Ventas, de Trane.