Al frente de Wellington América, Erick Layseca Flores. Su misión, convertir la industria de la refrigeración hacia la tecnología electrónica; mediante entrega y pasión lo hará posible
Por Itzel Liévanos / Bruno Martínez, fotografía
Para el vicepresidente de Wellington América, Erick Layseca Flores, la comunicación ha sido fundamental; su habilidad para compartir los beneficios tanto económicos como medioambientales de productos de máxima eficiencia y calidad, aunado a su filosofía de compromiso con el cliente, le han dado las herramientas para consolidar a Wellington como líder en la venta de motores electrónicos y ventiladores.
Mundo HVAC&R (MH): ¿Cómo fue tú llegada a Wellington y de qué herramientas te has valido para posicionarlo?
Erick Layseca Flores (ELF): Trabajando para una de las más importantes empresas de refrigeración, al tratar de implementar la utilización de los motores electrónicos dentro de la misma: conocí a Wellington.
Después de dos años, Wellington me invitó a participar con ellos. Y ha sido mediante mi experiencia, mi formación como ingeniero industrial y el análisis sistémico que hemos sido más efectivos en la implementación de una nueva tecnología.
MH: ¿En qué año llega Wellington a México y cómo ha crecido desde entonces?
ELF: La marca ya estaba posicionada en Europa y también era conocida en Estados Unidos. En 2006, llega a México y se va expandiendo por toda América.
En la actualidad, prácticamente todos los fabricantes de equipos de refrigeración en México emplean los motores Wellington. Tenemos un porcentaje considerable del mercado nacional.
MH: ¿Cómo han logrado ese liderazgo en América?
ELF: Somos los más confiables, con la mejor tecnología y accesibles en términos económicos. La forma en que diseñamos y construimos los motores nos ha permitido manejar un buen precio. Tenemos el motor más robusto en términos de desempeño y confiabilidad. Además, le brindamos al cliente características que le agregan mayor valor a su refrigerador. Nuestros equipos pueden manejar diferentes velocidades, incluso se pueden cambiar los algoritmos de funcionamiento. Pero lo más importante, nuestros motores ahorran un 70 por ciento de energía, comparado con los tradicionales. Y nuestra siguiente generación de motores electrónicos ya está en camino.
MH: ¿Cuáles son tus proyectos a corto y mediano plazo?
ELF: Son bastante retadores. Algunos ya se han llevado a cabo, como la coordinación de América, en la que integramos las principales oficinas (Estados Unidos, México y Brasil).
Ya no son oficinas aisladas, es un sólo equipo que ve por América, y eso nos ha traído beneficios. El reto ahora es crecer aún más; lograr que la industria de la refrigeración adopte al ciento por ciento la tecnología del motor electrónico y que los usuarios finales la soliciten.
MH: ¿Cuáles han sido tus aportes a la empresa para lograr un mayor crecimiento?
ELF: Sin duda ha sido la pasión. Los valores que encontré en el producto me dieron la pasión para transmitir el mensaje; de manera automática las personas se interesan en el producto y terminan adoptando la tecnología. Usar esa pasión para transmitir ha sido la clave. Comenzamos en México y enseguida somos responsables del negocio de América.
Porque no sólo he sido yo, sino todo un equipo de trabajo comprometido con sus respectivas áreas. Nuestros principios están muy alineados a los valores de la empresa, y el principal es el servicio y atención al cliente. Por otro lado el impacto que hemos tenido ha ha sido significativo al grado de que instituciones como el Fide nos han reconocido. De hecho somos los únicos en México que contamos con el sello Fide.
MH: A lo largo de tu vida profesional, ¿a qué retos te has enfrentado?
ELF: A muchos, desde establecer nuevas líneas de productos en la industria láctea, hasta crear junto con mi padre diferentes empresas en consultoría, industrialización de leche y comercio.
Conseguir proveedores para productos nuevos, desarrollar proveedores para la serie de componentes que integran un producto; hasta la parte de comercio internacional, y no sólo a nivel local, sino corporativo, lo cual me llevó a interactuar con distintas áreas de la organización en múltiples zonas geográficas, bajo diversas necesidades.
MH: Y en el caso de Wellington, ¿qué dificultades has vencido?
ELF: La principal barrera ha sido la primera inversión en los motores electrónicos, porque cuesta trabajo pagar un poco más. Sin embargo, el periodo de recuperación de la inversión es menor a un año. Otra, el hecho de que, a diferencia de otros productos, nuestra tecnología no se ve; para solucionarlo comenzamos a colocar un emblema con la “W”, de Wellington, en los refrigeradores; así comienzan a identificarnos. Ahora los clientes saben que ese refrigerador tiene un motor electrónico Wellington confiable y ahorrador de energía que los otros no.
MH: ¿Cómo se han adaptado a la forma de trabajar neozelandesa?
ELF: El aislamiento geográfico de los neozelandeses ha influido mucho en su forma de ser. Son flexibles, se adaptan a diferentes situaciones, adoptan culturas y trabajan en sus objetivos hasta que los cumplen; son humanos y ciento por ciento honestos. Cuando se topan con alguna barrera no se desalientan, miran en ésta un reto y lo vencen; en este sentido ha sido un gran aprendizaje.
MH: ¿Tienes alguna filosofía de vida?
ELF: Vivir intensamente. Hace poco leí algo que decía así: el pasado es historia, el futuro aún no existe y el presente es un regalo. Coincido con ello. No hay nada más que sentir esa satisfacción, esa pasión de hacer las cosas, y cuando es así no hay trabajo, simplemente disfrutas. Te entregas en absoluto y en cascada viene lo demás.