Con una visión sostenible, el proyecto de Cinépolis ha incursionado en el ahorro de energía y ha revolucionado el confort y la eficiencia en cada uno de sus cines de México. El proyecto climático cumple a cabalidad todas las necesidades de los usuarios y del medioambiente.
“Nosotros trabajamos sobre dos cosas: damos confort y a la vez ahorramos energía y evitamos contaminación al exterior”.
Antonio Nieto / Bruno Martínez, fotografías.
Hace siete años, Cinépolis y Honeywell emprendieron un proyecto para reducir el consumo energético en sus salas, todas distribuidas en la República Mexicana. La necesidad de minimizar la facturación y el interés por contribuir con el medioambiente fueron los alicientes.
Para seleccionar a la empresa responsable del automatismo de los equipos de aire acondicionado, Cinépolis realizó una prueba piloto con tres de las firmas más importantes; así fue como se eligió a Honeywell.
Al principio, el sistema de automatización se empleó únicamente en 10 cines, en los que se controló tanto el paro como el arranque de los equipos, exclusivamente en los horarios de proyección.
En términos más específicos, dice Roberto Villalva Bravo, coordinador de Energía en Cinépolis de México, el proyecto de automatización de las salas, desde la concepción de la idea hasta la implementación del sistema y la obtención de los primeros resultados, tardó un año en desarrollarse.
Sobre la decisión de automatizar los equipos, comenta Roberto Villalva, ésta se debió a la conciencia medioambiental de la firma y al confort que buscan brindar al usuario. “Pero sobre todo, porque el director, Alejandro Rodríguez Magaña, está muy comprometido con las acciones de sustentabilidad”.
Entonces, explica, “nosotros trabajamos sobre las dos cosas: damos confort y a la vez ahorramos energía y evitamos contaminación al exterior, que al fin de cuentas la energía eléctrica es producida por combustibles fósiles en un 80 por ciento, por tanto, realmente estamos aportando a la sustentabilidad”.
Diseño
El diseño consta de tres pasos: uno es off, cuando los equipos están apagados; otro es stand by, media hora antes de que inicie una función y entre funciones, y on, que es cuando hay función corriendo. Entonces, lo que se toma en cuenta para su operación es la señal, horarios, inicio y fin de cada día, así como intervalos entre funciones.
Lo anterior, según Roberto Villalva, les permite controlar el funcionamiento de los equipos de aire acondicionado, pues con anterioridad éste era manual, por lo que tenían que prenderlos en la mañana y apagarlos al anochecer.
“Era un descontrol: los equipos se podían quedar prendidos toda la noche, lo que ocasionaría consumos innecesarios de energía. Ése fue el punto que nos permitió comenzar a ahorrar cantidades importantes de energía”, comenta.
Para brindar confort a los usuarios, el sistema se encuentra centralizado y controlado a una temperatura que va de los 22 a los 26° C en bodegas, oficinas, salas, pasillos de entrada, pasillos de acceso y de desalojo de salas, así como lobbies.
En lo que corresponde al desarrollo del sistema, éste corrió a cargo de Collateral Services, un integrador de Honeywell, “quien desde un principio nos estuvo asesorando, y hasta la fecha ha sido quien ha realizado el automatismo al interior de Cinépolis”.
Sobre el ahorro energético alcanzado mediante la automatización, Roberto Villalva explica que fue hace cinco años que comenzaron a documentar los datos de consumo. En el primer año obtuvieron un 12 por ciento de ahorro; el siguiente, 10; el tercer año, 7, y el cuarto, 3 por ciento. Mientras que los últimos dos años han estado nivelados en + / – 1 a 2 por ciento.
Entonces, comenta el ingeniero Villalva, “todos los resultados han sido buenos; en numeralia, hoy en día, consumimos alrededor de 180 gigawatts/hora anuales en aproximadamente 300 conjuntos, solamente en la República Mexicana. En dinero estamos hablando de un 10 por ciento”.
De hecho, explica Roberto Villalva, “a este grado de avance es difícil tener resultados espectaculares, sin embargo los seguimos teniendo, todo esto mediante un proyecto de ahorro de energía, que no sólo implica restricción, también se da a nivel cultural. Donde participa desde el gerente hasta el último del escalafón”.
Cabe señalar que, en la actualidad, Cinépolis está integrando más ítems al indicador. Por ejemplo, ahora ya analizan el nivel de asistencia, es decir cuánto crece o disminuye la operación en cada cine.
Sistema eficiente
Para verificar el confort de las salas, en Cinépolis llevan a cabo evaluaciones externas e internas. La principal que es el proyecto Mystery Shopper, “el más importante y genuino porque son auditorías que realizan algunos clientes, quienes van a constatar específicamente el confort en las salas”, dice Roberto.
Asimismo, ocupan un sistema de retroalimentación en su página de internet, en donde todos los clientes pueden realizar quejas o comentarios sobre el confort, que incluso, comenta Roberto, éstas se han visto disminuidas a lo largo del proyecto.
Además, explica Villalva, el set point con el que trabajamos está basado entre 22 y 24° C, temperatura respaldada por estándares internacionales, para no obtener quejas ni por frío ni por calor. “Son 300 asistentes aproximadamente en una sala. Claro que hay divergencias y es difícil complacer a todos, pero lo que nosotros ofrecemos es la temperatura confort”.
Otro aspecto que contribuye al ahorro energético es el permeo térmico de las salas, el cual fue proyectado por cuestiones de sonido, pero de igual manera contribuye a mantener una temperatura agradable durante las primeras funciones, sin la necesidad de encender los equipos de aire acondicionado. Y es hasta las 13 horas que comienzan a diseñar los parámetros del sistema.
En este sentido, el éxito de una película determinará algunas variables para programarlo. Por ejemplo, en los días de más afluencia (miércoles, viernes, sábados y domingos), el automatismo les permite emplear el over ride.
Por ejemplo, explica Roberto Villalva, “usamos el over ride un viernes a las 5 de la tarde, que sabemos que la sala se va a llenar con 300 personas en 10 minutos. Entonces, se activa el equipo al ciento por ciento para llegar a esa temperatura lo más rápido posible. Además de que contamos con mecanismos que nos permiten identificar perfiles distintos de necesidad de aire y de consumo eléctrico”.
Por otro lado, el ingeniero Villalva explica que los equipos de aire acondicionado para los proyectos nuevos son de una eficiencia media. “Estamos hablando de un 13 por ciento que es el indicador. Sabemos que hay eficiencias mayores, pero en donde sacamos mayor ventaja es en el diseño de los cines”, dice.
En el caso de los inmuebles recientes, tienen un diseño en ductería y en la posición de los equipos más eficiente. Tal es el caso de tramos de ductos de 6 m, y toberas principales a la cabecera de cada sala. De esta forma, la capacidad de los equipos ha disminuido de 15 a 10 toneladas.
Sobre el aspecto de la calidad del aire interior, Roberto Villalva comenta que se lleva a cabo un estricto mantenimiento preventivo. De esta forma, los equipos poseen filtros de partículas, a los cuales se les da mantenimiento; incluso se cambian continuamente.
Para ahondar más en el aspecto de limpieza al interior de los complejos Cinépolis, el ingeniero narra la logística que pusieron en marcha cuando se presentó el caso de influenza AH1N1 en 2009.
En aquella ocasión, detalla, “se lavaron los equipos de aire acondicionado con una solución de cloro. Actuamos en consecuencia a la alerta y con gran responsabilidad; de hecho contemplamos filtros ultravioleta y varias opciones que ya no se tomaron en cuenta, pues no fue necesario”.
Y al respecto de las otras cadenas de cines en México, Villalva asegura que Cinépolis es una empresa líder tanto en diseño como en tecnología. “Vamos muy avanzados comparados a otras cadenas. Ellos no tienen sistemas de automatismo como nosotros ni planes de ahorro de energía”.
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