La calidad del aire en interiores depende de una serie de factores como la calidad del aire exterior, el diseño del sistema de ventilación y de aire acondicionado, el funcionamiento y el mantenimiento de dichos sistemas, y sobre todo, de las fuentes de contaminación que se generan dentro de un inmueble.
Utilizar plantas en edificios y hogares contribuye a una mejor calidad de aire.
Eréndira Reyes.
El equilibro existente entre la generación del contaminante y su velocidad de eliminación da como resultado el nivel de concentración de un contaminante que existe en cualquier espacio. Ahora bien, diversos estudios se enfocan en este tema, como el publicado por la NASA en 1989, en el que se revela un importante método para eliminar partículas contaminantes en todo tipo de edificio.
El doctor Bill Wolverton dirigió la investigación y descubrió que las plantas tienen la posibilidad de aumentar el nivel de oxígeno en un hogar y mejorar la calidad del aire interior. Esto fue el resultado de un experimento que se realizó en bases militares, el cual arrojó resultados sorprendentes, debido a que plantas de pantano fueron capaces de eliminar agentes tóxicos como el agente naranja, uno de los herbicidas y defoliantes utilizados por los militares estadunidenses, como parte de su programa de guerra química en la Guerra de Vietnam.
Después de este descubrimiento, Wolverton trabajó con diversas empresas para desarrollar proyectos, como una olla especial con filtros de carbono que permite a las plantas del interior aumentar en gran medida su eficiencia de limpieza.
Hoy en día se utilizan plantas incluso en los sistemas HVAC, con el fin de que actúen como medio filtrante, gracias a sus capacidades de descontaminar el aire de forma natural, de manera que aumenten los niveles de oxigeno. Sin embargo, existen algunos métodos que se pueden aplicar sin tener que invertir mucho dinero o comprar sistemas complejos.
1 El uso de plantas que no eliminan oxígeno por la noche. Se sabe que muchas plantas toman oxígeno durante la noche, porque el proceso de fotosíntesis se interrumpe debido a la ausencia de luz solar; sin embargo, la cantidad que absorben es muy pequeña y, si se utiliza ornamentación especial, como orquídeas, plantas suculentas, planta serpiente o bromelias, la reducción de oxígeno durante la noche es aún menor.
2 La colocación de plantas en edificios u hogares siempre genera una mejor calidad del aire. De acuerdo con la Universidad de Extensión de Minnesota, es recomendable tener de 15 a 18 plantas en una superficie de 167 m2, pues éstas actúan como un filtro que absorbe el dióxido de carbono y otros contaminantes para reemplazarlos con oxígeno. Las que funcionan mejor en tal proceso son las plantas tropicales, pues se adaptan a lugares con escasa luz. Las gerberas, aglaonemas, crisantemos o palmeras de bambú son una buena opción.
3 Dar mantenimiento a los sistemas HVAC. Si se utiliza calefacción, se deben cambiar los filtros con regularidad. Esto permite tanto elevar su rendimiento, como evitar la contaminación del aire por polvo, moho u otras sustancias. Es importante sellar cualquier orificio del filtro para evitar que partículas extrañas entren en él.
4 Si un hogar, empresa o edificio de oficinas está en contacto con formaldehído (gas producto de la oxidación catalítica del alcohol metílico) o algunos gases contaminantes, se pueden instalar plantas tipo araña, ya que éstas remueven dichos gases de forma natural. También es común la generación de formaldehído si se adquieren o pintan muebles en invierno. Lo ideal es que se compren durante primavera y que se instalen donde exista ventilación.
5 Instalar un humidificador ambiental. En el mercado existen diversos tipos y cuentan, en su mayoría, con filtros cambiables. Estos aparatos no son costosos y son capaces de eliminar una gran cantidad de olores que se producen en los espacios cerrados, como humo de tabaco, comida, basura, polen y otros elementos que en muchas ocasiones producen irritación y problemas en el sistema respiratorio. Además, proporciona al interior la humedad ideal, que es de 50 a 55 por ciento.
6 Reparar fugas en las tuberías. El moho crece en zonas húmedas y al secarse forma partículas que pueden causar enfermedades y obstrucciones en los equipos de aire acondicionado. Si no es posible controlar la humedad, lo ideal es practicar la limpieza con lejía y agua cada seis meses, como mínimo, y mantener una óptima ventilación en el inmueble.
7 Contar con plantas en el exterior. En espacios reducidos, se pueden utilizar árboles tipo ficus o arbustos, ya que son fáciles de cultivar y con una poda constante no crecerán mucho. Si se cuenta con suficiente espacio para tener árboles frutales o plantas más grandes, se deberán colocar las que sean comunes en la zona para evitar que el ambiente las dañe.
8 Mantener las superficies del baño secas. Esto también evitará la producción de moho, hongos y partículas que puedan producir alergias y serios problemas de salud.
9 Controlar la ventilación natural, aunque sea únicamente con la apertura de puertas y ventanas que inyecten y extraigan aire durante el día, para que se disipen partículas dañinas. No obstante, es importante resaltar que durante la primavera es recomendable mantenerlas cerradas con el objetivo de evitar que el polen entre y cause efectos dañinos a la salud. También es bueno, en el caso de los hogares, encender la campana cuando se cocine: las estufas generan dióxido de carbono, y la comida olores y partículas contaminantes.
10 Mantener una buena limpieza. No sólo mantener pisos y repisas limpias, también se deben lavar las cortinas, alfombras y, en el caso de los espacios residenciales, sábanas, cobijas, ropa y cojines deben aspirarse continuamente. Esta acción evitará la acumulación de polvo, grasa, hollín y la reproducción de ácaros y otros patógenos dañinos.
Tomar estas medidas evitará enfermedades y se propiciará un ambiente más saludable para los ocupantes de un recinto. Se debe recordar que la Agencia de Protección Ambiental de EUA siempre recomienda mantener una buena calidad en el aire. En sus registros se informa que el aire está compuesto aproximadamente por 79 por ciento de nitrógeno; 20.9 por ciento de oxígeno y 0.01 por ciento de otros gases, como dióxido de carbono, argón y helio, lo que en interiores, si se tiene una concentración elevada, puede resultar perjudicial para la salud de empleados y familias.
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