La nueva terminal T4 del aeropuerto de Madrid-Barajas se ha convertido en un edificio referente en la escena arquitectónica y de la climatización, no sólo por su singular apariencia, también por convertirse en modelo a nivel mundial en la reducción de consumo de energía y desarrollo sustentable.
Planeación. Su ventilación bioclimática lo vuelve un inmueble emblemático y eficaz.
Redacción / Fotografías: Cortesía de TROX México.
En el año 2000 inició la construcción de la terminal 4 del Aeropuerto de Barajas en la ciudad española de Madrid, que además de su funcionalidad se ha convertido en la conexión entre América y Europa, y un emblema gracias a su particular diseño, el cual estuvo a cargo del galardonado arquitecto Richard Rogers, quien ganó el Premio Pritzker en 1997 y después de una restructuración urbana y de infraestructura logró crear un entorno de conexión entre el transporte público y privado y las pistas de aterrizaje.
Vanguardia. La estructura que imita el vuelo de una gaviota destaca a simple vista
El proyecto involucró la construcción de tres edificios principales distribuidos con un estacionamiento de cinco pisos, una terminal destinada a vuelos nacionales y un edificio satélite conectado al existente que sirve para recibir las llegadas internacionales. El conjunto se sitúa al norte de las tres terminales antiguas del aeropuerto, ocupa aproximadamente un millón de metros cuadrados y anualmente recibe a unos cincuenta millones de pasajeros.
Durante los últimos años se ha convertido en una de las obras arquitectónicas más representativas de su tipo, gracias a las estrategias de arquitectura bioclimática que consiguen que su rendimiento energético sea muy alto.
La edificación está orientada de norte a sur y su estructura le permite aprovechar la luz natural de forma excelente. Además de esto, la selección de materiales que se hizo ha posicionado al inmueble como el segundo edificio a nivel mundial que incorpora el uso de bambú (no estructural) como solución sustentable y tecnológica al ser refractario.
Sustentabilidad. La orientación y la estructra del edificio permiten aprovechar la luz natural
Dentro de la edificación se encuentran diversos módulos que desempeñan una función específica, como control de embarque, registro de llegadas, etcétera; éstos, a su vez, se encuentran divididos por los núcleos de circulación vertical, de tal forma que el pasajero recorre transversalmente el edificio y no se generan paradas innecesarias durante su trayectoria por el mismo.
En el nivel cero se alojan las llegadas; en el primer piso el desembarque y en el segundo nivel las salidas. La construcción del volumen se integra por un sótano de concreto para servicios, el cual se localiza hasta 20 metros por debajo del nivel de acceso, y una estructura en forma de paraguas resuelta por columnas de tres distintas alturas que sostienen una cubierta de acero, la cual emula el vuelo de una gaviota al unirse en sus extremos y simula una “s”.
Este sistema sobrepasa dramáticamente el límite de la fachada por medio de un panel de cristal sujetado con cables tensados que al mismo tiempo funcionan como parteluces de las fachadas longitudinalmente de mayor exposición solar. Puede asegurarse que el diseño es tan eficaz que cada módulo estructural de acero fue montado ya con instalaciones y, posteriormente, ensamblado entre sí como una gran armadura. Sin embargo, para que esto pudiera realizarse fue necesario llevar un control del concreto que se utilizó en la obra con el objetivo de tener un mejor control de la altura del edificio, de ahí que las columnas principales en el interior mantienen la misma presencia y confección, pero se distinguen gracias a la gama de colores con que han sido identificadas de forma programática: amarillos, azules, rojos y verdes.
Diseño. La ubicación de los difusores de aire acondicionado permite reducir el consumo energético
La contribución de TROX
Uno de los puntos críticos dentro del sistema de aire acondicionado es la difusión del aire suministrado, ya que en muchas ocasiones utiliza energía de forma innecesaria, por lo que estas áreas se diseñaron con el objetivo de reducir el consumo energético lo más que se pueda.
Ahora bien, fue necesario tomar en cuenta el número de personas que utilizan dichos espacios con el objetivo de ofrecer condiciones adecuadas de confort, como una temperatura agradable; condiciones óptimas de temperatura, humedad y de velocidad de aire residual en el área de espacio común.
Los edificios de embarque y de satélite se planearon con un sistema de desplazamiento de difusión de aire que se diseñaron de acuerdo al flujo natural que brinda el diseño arquitectónico.
Materiales. Gracias a la hermeticidad del bambú usado en la construcción, las pérdidas de calor son menores
El aire acondicionado es conducido a baja velocidad y con una pequeña carga térmica a nivel del suelo que permite un libre tránsito. El efecto de desplazamiento significa que el aire tratado se impulsa a una velocidad muy baja, con lo que crea una capa fría que se desplaza hacia los puntos calientes del entorno, es decir, donde la carga térmica sea mayor; y lo hace de tal manera que es posible eliminar las partículas que pueden reducir la calidad del aire.
Es importante resaltar que el edificio cuenta con ventilación bioclimática, característica que le permite aprovechar la generación de luz, calor y aire limpio del exterior y disminuye en gran medida los gastos energéticos.
Cuaquier edificación puede experimentar en mayor o menor medida un intercambio de aire con el exterior. Gracias a que el aeropuerto se construyó con un material hermético como el bambú, las pérdidas de calor son menores. El propósito de este tipo de edificios radica en tener un buen nivel de confort durante todo el año y a cualquier hora del día.
En el caso específico de España representa una gran alternativa para la crisis energética que vive en la actualidad, además de ayudar al entorno del país.
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