La emisión de gases de efecto invernadero es un problema que ha unido a diversos países por medio de protocolos, acuerdos y alianzas que buscan mitigar su multiplicación. Los programas que han surgido de ellas cuentan con el apoyo de sus gobiernos, por lo que la industria debe redoblar los esfuerzos hechos por estos actores.
A pesar de los incentivos existentes, la emisión de gases de efecto invernadero ha disminuido poco a escala mundial.
Ana María Contreras.
En 1997, el Protocolo de Kioto invitó a las naciones desarrolladas a que cumplieran con las metas asignadas a ellos para la reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Esta iniciativa tuvo un doble objetivo; el primero, facilitar a los países desarrollados el cumplimiento de sus compromisos de reducción y limitación de emisiones; el segundo, promocionar la transferencia y financiación de tecnologías limpias en países desarrollados o en transición hacia economías de mercado. De esta manera, el Protocolo de Kioto introduce lo que se ha llamado “los mecanismos flexibles” o mercados de conformidad.
Por medio de este mecanismo, los países desarrollados poseen la facultad de disponer de cierto grado de libertad e invertir en proyectos en países con economías en transición o en vías de desarrollo y contabilizar las unidades de reducción de emisiones para alcanzar sus compromisos de reducción de GEI. Sin embargo, la situación con los precios del carbono ha sido un reto. En septiembre de 2012, The Economist describió el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), acuerdo que suscribe el Protocolo de Kioto, como un instrumento con necesidad de una reforma radical. Esto se debía a que los precios del carbono, incluyendo los precios de las Reducciones de Emisiones Certificadas (CER) sufrieron un derrumbe de 20 pesos por tonelada, en agosto de 2008; a menos de 5 pesos en respuesta a la crisis europea que redujo la actividad industrial y a la sobreasignación de derechos de GEI bajo el esquema de comercio de emisiones. Para octubre de 2012, los precios de las CER cayeron a un nuevo mínimo de 1.36 euros por tonelada métrica en la bolsa ICE Futures Europe. Bloomberg informó que los precios de Reducción de Emisiones Certificadas habían disminuido en un 92 por ciento, es decir, 39 centavos de dólar en el año 2012.
Surgimiento del programa internacional NAMA
En el año 2007 se adoptó el Plan de Acción de Bali, éste guía a los países en vías de desarrollo a contribuir en la reducción de emisiones y a buscar un desarrollo sustentable. Bajo este planteamiento, los países pueden establecer las Acciones Nacionalmente Apropiadas de Mitigación (NAMAs, por sus siglas en inglés) de acuerdo a las propias características y circunstancias del país.
Es un esquema internacional establecido por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) en el que se precisa tener una mayor cobertura de mitigación de gases, el cual surgió de la necesidad de implementar acciones nacionalmente apropiadas de mitigación que no se basaran únicamente en la reducción de emisiones, sino en todos aquellos instrumentos que fueran necesarios para implementar políticas nacionales, como son la generación de capacidades de la élite laboral (gobiernos locales, estatales y nacionales, academia e industria), mejoras en el marco regulatorio; establecimientos de programas, planes y estrategias, entre otros. Es un mecanismo que representa, de cierta forma, la evolución del Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), y a través del cual se busca apoyar a los países en vías de desarrollo, como México, a que disminuyan sus emisiones de GEI al 2020. En el contexto del desarrollo sustentable del país, lo que se pretende es incentivar el conocimiento de nuevas tecnologías aplicables, el desarrollo de capacidades y las fuentes de financiamiento para obtener mejores resultados.
A través de las NAMAs se definen:
- Líneas bases de emisión de GEI
- Escenarios de mitigación
- Sistema de Monitoreo, Reporte y Verificación (MRV)
- Programa piloto para la implementación de acciones de mitigación
- Estrategias de financiamiento y venta de créditos de carbono que resulten de estas acciones
Las NAMAs aún están en un proceso de discusión dentro de las negociaciones internacionales y es poco probable que se establezca una definición más detallada de la CMNUCC en el corto plazo. Más bien, se espera que con la experiencia y la práctica haya un mayor conocimiento internacional. De hecho, los países donantes pueden ser efectivamente una fuerza determinante en esta definición, sin embargo, es importante pensar que no necesariamente la visión de los países donantes será concordante con la conveniencia nacional, es decir, “aquellas acciones que se consideren nacionalmente apropiadas”.
Tanto los países en desarrollo como los donantes pueden tomar medidas para garantizar que las NAMAs están en línea con los objetivos nacionales de desarrollo sostenible y los esfuerzos internacionales para mitigar el cambio climático. Los países en desarrollo deben ser transparentes en su enfoque de desarrollo NAMA.
Parte del esquema que sigue, pero sin una clara definición, es el tema del financiamiento; aunque se siguen haciendo intentos por definir la participación privada y pública para un financiamiento mixto.
Problemáticas. De continuar la emisión de GEI en los niveles actuales, la disponibilidad de alimentos para la población será cada vez menor |
La industria de la refrigeración y el impacto ambiental
El sector de la refrigeración en el tema de reducción de emisiones de GEI juega un papel fundamental por dos razones principales: una es por el alto potencial de calentamiento global que tienen las sustancias que se han utilizado, como son los clorofluorocarbonos (CFC), los hidrocloroflurocarbonos (HCFC) y uno de los principales sustitutos de los HCFC, que son los hidrofluorocarbonos (HFC).
La otra es lograr una mayor eficiencia energética en los equipos que comercializan utilizando sustancias de bajo potencial de calentamiento global.
El dinamismo de la industria para eliminar el impacto ambiental hacia la capa de ozono y al cambio climático es esencial. De acuerdo con datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), México ha eliminado exitosamente los CFC a través de un apoyo en la reconversión de las empresas fabricantes de aerosoles, espumas, equipos de refrigeración y aire acondicionado, y las grandes cadenas de tiendas comerciales.
Además, logró el cierre anticipado de la producción de CFC en 2005, cinco años antes de lo previsto en el Protocolo de Montreal.
En la eliminación de los CFCs se usaron como sustitutos los hidroclorofluorocarbonos, entre otros gases, y aunque su potencial de agotamiento de la capa de ozono es bajo, pues oscila de 0.001 a 0.11, su Potencial de Calentamiento Global (PCG) es muy significativo.
En México, actualmente se tiene un consumo aproximado de 13 mil toneladas de HCFC al año y conforme a los compromisos adquiridos por el Protocolo de Montreal, el país debe eliminar 10 por ciento para el año 2015; 30 por ciento para el año 2018, 35 por ciento para el año 2020 y 100 por ciento para 2030.
Todas las tareas de cumplimiento internacional a las que se suscribe el país no se podrían lograr sin una estrecha participación de la industria. Sin embargo, el reto aún no termina y se vuelve prioridad que la industria continúe haciendo investigaciones tecnológicas para la búsqueda de alternativas, que se evite la liberación de sustancias dañinas al medioambiente y que coadyuve con el país en el cumplimiento de sus compromisos nacionales e internacionales, como es la Ley General de Cambio Climático (LGCC), la Estrategia Nacional de Cambio Climático (ENCC) y el Programa Especial de Cambio Climático (PECC).
El papel de la industria
La industria debe ir hacia refrigerantes de nueva generación que no tengan un impacto en la capa de ozono ni que incidan en el calentamiento global; de esa manera, se logrará una industria más amigable.
Por otra parte, en 2013 el Gobierno de la República publicó la ENCC, en la cual plantea líneas de acción para reducir las emisiones de contaminantes climáticos de vida corta (HFCs) y, así, contribuir a la reducción de impactos de cambio climático a nivel regional y a la disminución de las tendencias de calentamiento global en el corto plazo. La ENCC en su línea de acción M5.4 menciona el fortalecimiento de los programas de buenas prácticas de refrigeración, recuperación y disposición final de CFC, HFCF y HFC; actividades que indudablemente necesitan de la intervención de la industria, para lo que se requiere de una planeación conjunta con una visión a corto, mediano y largo plazo.
México tiene los objetivos de mitigación para reducir un 30 por ciento de emisiones en 2020 y 50 por ciento en 2050 respecto de la línea base en relación con las emisiones del año 2000.
Este gran reto requiere de la implementación de varias acciones de mitigación; por ende, la eliminación de los Gases F representa una oportunidad invaluable para nuestro país.
Sin la participación de la industria no se estarían cumpliendo muchos de los compromisos a los que México se suscribe a nivel internacional. El vínculo entre la política pública y la innovación e inversión privada es muy importante para lograr los objetivos. A nivel internacional y nacional podemos ver algunos avances en el uso de refrigerantes naturales o de última generación, como por ejemplo: refrigerantes naturales (HC), bióxido de carbono (R-744), el amoniaco (R-717) o la alternativa de hidrofluorolefinas (HFO) que está actualmente en fase de investigación y tiene un Potencial de Calentamiento Global (PCG) de 6 y cero Potencial de Agotamiento de Ozono (PAO).
En Alemania y Japón, por citar algunos países, ya se realizan investigaciones en las que utilizan métodos de refrigeración natural o pasiva, como son cristal inteligente y la protección solar, fachadas vegetadas, uso de la luz de día, ventilación nocturna y pinturas blancas. Como ejemplo está la torre Bayer HealthCare en Alemania, que usa circuitos cerrados de intercambio de calor.
Para la selección de los refrigerantes y el diseño de tecnologías se consideran:
- Elementos de seguridad; analizar las características de toxicidad y de flamabilidad
- Elementos de desempeño; capacidad del refrigerante y eficiencia energética
- Factores económicos; que implican la instalación, operación, disposición y los servicios extraordinarios
- Factores ambientales de importancia, como el PAO y el PCG
En principio, la industria está deseosa por conocer más acerca de las NAMAs y de cómo es posible identificar oportunidades de NAMA dentro de sus empresas. Muchas veces encuentran que con alguna modificación tecnológica en los equipos pueden lograr reducciones de hasta 40 por ciento en el consumo de energía y quieren conocer de qué manera ese tipo de proyectos se pueden promover, expandir, contabilizar y, sobre todo, cuáles pueden ser los pasos para su planeación.
Igualmente, a la industria le interesa saber qué tipo de regulaciones se están estableciendo en otros países, qué repercusiones pueden existir en nuestro país y qué es lo que México puede replicar de experiencias internacionales en alternativas, regulación y programas nacionales.
Consciencia. La industria debe realizar análisis por sector de las alternativas disponibles, siempre en apego a los lineamientos que determine el Gobierno |
Líneas de acción
La Semarnat con el apoyo de la Agencia de Cooperación Alemana y de la industria de la refrigeración realizó en 2013 el inventario sobre los gases fluorados. Este inventario sirve como base para la realización de NAMAs en diversos sectores, ya que incluye el consumo, la trayectoria y las emisiones de dichos gases. Las emisiones fueron calculadas de acuerdo a las guías de inventarios nacionales de emisiones de GEI (IPCC-1997); adicionalmente se hizo una proyección tendencial de los consumos estimados al 2030. Este estudio sirve como base para la toma de decisiones a nivel nacional, a nivel de asociaciones y a nivel de cámaras industriales para dirigir los esfuerzos de migración hacia refrigerantes de última generación.
Es necesario que la industria avance en la realización de análisis por sector de las alternativas de refrigerantes de bajo PCG para la sustitución del HCFC o HFC, siempre en total apego con los lineamientos que en su caso determine el Gobierno de la República.
Igualmente en la identificación de las acciones para implementar dichas alternativas y evitar la liberación de sustancias refrigerantes a la atmósfera en sus sectores de operación.
Además de trabajar conjuntamente con el Gobierno en la problemática de la importación de equipos usados de refrigeración y aire acondicionado, ya que éstos tienen un gran consumo energético y en su mayoría contienen gases refrigerantes.
Finalmente, participar en un programa permanente de sustitución de equipos de refrigeración y aire acondicionado que permita la recuperación de las sustancias y permita la introducción de equipos más eficientes es otra de las alternativas que tiene el sector para contrarrestar esta problemática.
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Fuentes:
Annual Status Report on Nationally Appropriate Mitigation Actions (NAMAs) (GIZ, 2013)
Semarnat
http://www.flughafen-stuttgart.de/media/447255/Umweltbericht-2013.pdf
GIZ proklima-EVI-México Inventory
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Ana María Contreras
Ingeniera química egresada del Instituto Tecnológico de Chihuahua, con maestría en Ciencias Ambientales e Ingeniería por la Universidad de Harvard. Fue presidenta del Instituto Mexicano de Ingenieros Químicos en Ciudad Juárez, Chihuahua. Fue directora General de Gestión de Calidad del Aire y Registro de Emisiones y Transferencia de Contaminantes en la Semarnat. Cuenta con más de 10 años de experiencia en la industria del aire, manejo de residuos, agua, higiene industrial, salud y seguridad. Actualmente es consultora ambiental.