El Decatlón Solar es un concurso internacional de arquitectura e ingeniería que reúne año con año a distintas universidades del mundo. Su principal objetivo es impulsar proyectos académicos en los cuales los alumnos construyen una casa abastecida completamente por energía solar.
El equipo conformado por alumnos de la UNAM también obtuvo el tercer lugar en la categoría de sustentabilidad, en la que se evalúan la innovación y el concepto.
Eréndira Reyes
Para la edición 2014, la Universidad Nacional Autónoma de México a través de un equipo interdisciplinario conformado por las facultades de Ingeniería y Arquitectura enviaron un proyecto denominado Casa UNAM, el cual fue seleccionado para participar en el concurso que se llevó a cabo en la ciudad de Versalles, Francia en julio de este año.
Para participar en este competencia se debe enviar el diseño y el proyecto del inmueble a un jurado que calificará si es pertinente su implicación en la contienda. Después se notifica a los equipos si es favorable el veredicto e inicia un proceso de aprendizaje y retroalimentación que dura varios meses.
Las pruebas que se evalúan son las siguientes:
Arquitectura, el diseño puede alcanzar una puntuación de 200 y se asigna por medio de un jurado
Ingeniería, se evalúan los sistemas y el análisis energético de la construcción. Equivale a 150 puntos
Capacidad comercial, contempla un análisis económico y se examina el papel de la obra de acuerdo a las reglas y normas del concurso. Aporta un total de 150 puntos
Comunicación, es el enlace que ha tenido a través de su página web y el número de visitantes que han ingresado a la misma. Aporta 100 puntos
Confort, se mide la temperatura y humedad que presenta el inmueble. Da 100 puntos
Funcionamiento de electrodomésticos, es una evaluación objetiva de los gastos que genera lavar o secar ropa, preparar comida, mantener un sistema de refrigeración de alimentos y uso de otros equipos, como televisión o computadora. Da 100 puntos
Agua caliente, es una prueba en donde se calientan 56.8 litros de agua a 43.3 °C tanto en la mañana como en la tarde y se evalúa la cantidad de energía utilizada. Equivale a 100 puntos
Iluminación, se hace un examen del sistema eléctrico de la casa y de la entrada de luz natural que tiene, además se incluye el gasto que genera la iluminación de una mesa de trabajo en un horario de 9 am a 5 pm. También aporta 100 puntos.
Balance energético, la medida de producción neta de la casa debe ser superior a -10 KWh para obtener una puntuación de 100. Cabe resaltar que lo más importante en esta prueba tiene que ver más con la cantidad de energía que se puede producir, con cómo se utiliza y con aquellas estrategias que se utilizan con el objetivo de evitar su consumo.
Movilidad, se examina la cantidad de kilómetros que puede recorrer un coche eléctrico cuyas baterías son cargadas en el sistema fotovoltaico con el que cuenta la casa. Equivale a 100 puntos
Después de evaluar cada uno de estos factores se determina cuál es el proyecto ganador. Cabe resaltar que cada una de las obras tuvo que ser prefabricada en su país de origen y después ser transportada hasta el lugar donde se realice el concurso; además, en un periodo de diez días se deben instalar todos los sistemas.
En total, esta edición reunió veinticuatro proyectos, de Asia, Europa y América. Cada prototipo involucró a distintas disciplinas. El diseño debe responder a la problemática de cada una de las regiones, por lo que la realización de este tipo de concursos propicia el ingenio único de cada país.
El proyecto llevo varios meses de preparación, pero los resultados que obtuvo valieron bien la pena, ya que lograron tener el tercer lugar en la categoría de Sustentabilidad, segundo lugar en la categoría de Urbanismo y primer lugar en la categoría Ingeniería y Construcción.
Dentro de los institutos y escuelas involucrados se encuentran la Escuela Nacional de Artes Plásticas, la Facultad Ingeniería, la Facultad de Arquitectura, La Escuela Nacional de Trabajo Social, la Facultad de Química, entre otras. Se trata de un proyecto interdisciplinario hecho en varias fases.
Lo primero fue definir cómo, dónde y qué iban a hacer. Así que se sujetaron a la problemática que vive la Ciudad de México y a la cantidad de espacio que existe actualmente en la metrópoli para la construcción de viviendas.
Focalizaron el proyecto en la zona de Iztapalapa después de hacer un estudio sobre los espacios más críticos que existen en la ciudad y realizaron un estudio social sobre la concepción de un proyecto de este tipo en los habitantes de la región.
Los resultados arrojaron un panorama favorable para iniciar el diseño de la casa y se inició el proyecto.
Los expertos de cada área fueron los encargados de desarrollar aquellas alternativas con las cuales podría contar el inmueble y probaron los sistemas de acuerdo con las reglas de la competencia, aunque sin alejarse de las necesidades que presenta la ciudad. La idea original del proyecto se basaba en llevar a cabo un diseño único que respondiera y contrarrestara las dificultades de construir casas suficientes y con buena planeación urbana en el Distrito Federal, de modo que permitiera ayudar a disminuir el déficit existente.
Entre las características del inmueble están dos estructuras metálicas, una de las cuales fue colocada debajo del inmueble y otra fue instalada en la parte superior. Además, sobre el techo se instalaron paneles fotovoltaicos y sistemas de captación de agua de lluvia.
Por otra parte, la casa contó con dos sistemas para el manejo de agua, uno que sirvió para limpiar el agua pluvial que se almacena y otro que se encargó de la limpieza de aguas grises. Respecto del diseño, destaca el sistema de filtración que le habilitaron, gracias a que se colocaron distintos tipos de plantas que no sólo ayudaron a purificar el agua, sino que sirvieron para elevar la calidad del aire exterior de la casa. Esto permitió un ahorro del 60 por ciento en el consumo hidráulico.
Para la temperatura de confort se sirvió de un sistema recuperador de energía para climatizar el espacio.
El proyecto sobresalió por la relación que estableció entre la interacción humana cotidiana y el entorno donde habitó.
El jurado estuvo conformado por Alain Maugard, Evelyne Osmani e Yves Weinand. Su objetivo fue calificar la construcción y la ingeniería de los sistemas de diseño de mérito y aplicación. Para esto, los equipos tuvieron que demostrar el mayor nivel de funcionalidad de la estructura de la casa, la envoltura exterior, la electricidad, plomería y el diseño del sistema solar.
Se calificó la seguridad, viabilidad y la adecuada integración de estos puntos en el proyecto integral; al igual que la innovación en la ingeniería, mediante los conceptos de innovación en la estructura, el sistema de construcción de la casa y su aplicación.
En la categoría de Urbanismo, el jurado lo integraron Paola Vigano, Pierre Veltz y Peter Droege, quienes vieron potencial en el proyecto mexicano por la trascendencia social que podría alcanzar en el país instalar este tipo de casa-habitación.
En cuanto a la categoría de Sustentabilidad, en la que ganó el tercer lugar, se evaluó el propio concepto y la innovación que introdujeron los competidores. Ésta etapa estuvo a cargo de Alain Bornael, Chrisna Duplessis y Dominique Gauzin-Müeller.
La presencia de equipos hispanoamericanos fue destacada y se espera que para el próximo Decathlon Solar se puedan conseguir más preseas.
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