El nuevo proyecto constituye una obra de alta eficiencia, que respetará su entorno ambiental y logrará mover a millones de pasajeros anualmente. Simultáneamente, será un ejemplo a seguir en materia sustentable, al contar con la máxima certificación que otorga LEED
Eréndira Reyes/ Fotografías: Portal de la Presidencia
Las grandes ciudades en el mundo deben contar con vías de comunicación accesibles que los vinculen con los estados, las urbes y los países, pues, en la mayoría de los casos, la concentración de actividades económicas y sociales lo exige de esta manera.
Actualmente, la Ciudad de México cuenta con dos terminales aeroportuarias que permiten mover aproximadamente 32 millones de pasajeros al año, provenientes de distintas regiones nacionales e internacionales; sin embargo, la demanda de rutas aéreas y el crecimiento que ha tenido la ciudad exhortó al Gobierno Federal a desarrollar una terminal más que esté cerca de la actual y que ofrezca servicios aeroportuarios de primer mundo.
Así, el pasado 3 de septiembre del presente año se dio a conocer el proyecto del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, en el que se le destacó como la terminal aérea más sustentables, eficiente y hermosa, la cual se situará a diez kilómetros del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y contará con una inversión pública y privada equivalente a 120 millones de pesos.
El objetivo de esta nueva obra será apoyar en la movilidad al actual aeropuerto y tendrá como meta en su primera etapa mover 50 millones de pasajeros anualmente, gracias a la instalación de tres pistas. Para la segunda etapa, contempla la construcción total de seis pistas, las cuales servirán para movilizar a 120 millones de pasajeros.
El Presidente de la República, el licenciado Enrique Peña Nieto, dio a conocer el proyecto ante autoridades de los tres niveles de Gobierno y mencionó que está concebido bajo “los más altos estándares de responsabilidad social y sustentabilidad” que se manejan en tratados y paradigmas de certificación a nivel mundial.
Entre las características sobresalientes están que será la primera terminal aérea que contará con la certificación LEED Platino; igualmente, será el primer proyecto fuera de Europa en contar con huella ambiental cero, pues la totalidad del consumo de energía que tendrá provendrá de fuentes renovables.
En el mensaje que brindó el poder Ejecutivo se resaltó que la obra contará con 24 plantas tratadoras de agua y con sistemas de ventilación naturales, por lo que su consumo de energía será mínimo.
El proyecto
La ubicación del nuevo aeropuerto será en la zona de lo que fue el lago de Texcoco, entre los municipios de Atenco, Ecatepec y Texcoco. Esto, además de detonar la economía de la zona, pues se contempla que generará 160 mil empleos directos, brindará nuevas oportunidades de educación superior, capacitación y empleo; áreas culturales, deportivas y de esparcimiento; centros de salud y estaciones de transporte.
Es importante resaltar que dicho proyecto ya había sido promovido en la gestión de Peña Nieto cuando fungió como gobernador del Estado de México, aunque no obtuvo buena respuesta por parte de los habitantes de la zona.
Ahora bien, el proyecto que resultó ganador fue desarrollado por el arquitecto mexicano Fernando Romero y el arquitecto británico Norman Foster, quienes aseguran que la obra tendrá simbolismos propios de la cultura mexicana.
“Es resultado de un esfuerzo colectivo donde cientos de profesionales han colaborado; transformará la vida de miles de personas y se convertirá en la puerta de acceso a México para millones de visitantes nacionales y extranjeros”, enfatizó el arquitecto Romero.
Además de terminal aérea, servirá como espacio para exhibir piezas de las antiguas civilizaciones prehispánicas, y su objetivo será brindar un servicio de transporte de calidad que refleje tanto la belleza como la historia del país.
Durante la ceremonia de presentación se hizo hincapié en que el proyecto de Foster y Romero fue seleccionado por la experiencia que tienen ambos arquitectos en construcciones a gran escala, ya que el arquitecto británico diseñó las terminales de Beijing y Hong Kong, mientras que el arquitecto mexicano conceptualizó el Museo Soumaya.
Foster aseguró que “el aeropuerto será el primero de su tipo en el mundo. Tiene una forma diferente, una estructura diferente; no tiene un techo convencional, ni paredes verticales ni columnas tal y como las entendemos normalmente”.
Su estructura permitirá la entrada de tres veces más luz que en un aeropuerto convencional y, al estar hecho de material liviano, no representará riesgos para el suelo de la zona, con lo que se garantizará que la obra no se hunda.
Simultáneamente, el proyecto impulsará otras obras de construcción en la zona, como la nueva Red de Transporte Metropolitano, que cuenta con el apoyo del Gobierno de la República, del Distrito Federal y del Estado de México.
En cuento a las instalaciones del actual aeropuerto, se realizará un proyecto que recuperará los terrenos con el propósito de beneficiar a los habitantes capitalinos. Así que no sólo planteará un proyecto verde en la nueva construcción, la recuperación de estos terrenos también representará una ayuda de gran interés al servir como incentivo para proyectos ecológicos y ambientales en el Distrito Federal.
El Gobierno Federal dio a conocer los detalles del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, el cual tendrá las siguientes características:
- Su longitud será de 4 mil 430 hectáreas
- Tendrá una inversión de 169 mil millones de pesos en su primera etapa, de los cuales, 58 por ciento se obtendrán de recursos públicos, mientras que el otro 42 por ciento será de fuentes privadas
- Se estima que tendrá 410 mil operaciones al año
- Contará con 118 plataformas de aeronaves
- Se espera que el impacto acumulado que tendrá en el turismo de México será de 19 mil 600 millones de pesos para 2040
Entre las disyuntivas que se generaron alrededor del tema se cuestionó la utilidad de dicha construcción. “Debido a la saturación que presenta el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y que en consecuencia le resta competitividad internacional al país, se decidió anunciar la construcción de un nuevo aeropuerto”, según el boletín de prensa del Poder Ejecutivo.
Además, dentro de su portal, la Secretaría de Gobernación contestó las siguientes preguntas:
¿Por qué es necesario un nuevo aeropuerto?
Porque el actual está saturado; y, de acuerdo con el Instituto Mexicano del Transporte, se estima que en el año 2015 el AICM podría tener filas de 18 aviones en espera de despegues, lo que implicaría retrasos de aproximadamente 20 minutos.
¿Cuál es la situación del actual aeropuerto?
Las condiciones del AICM son insuficientes para atender las necesidades aéreas del país. La capacidad de operaciones se encuentra saturada y el número de pasajeros continúa en aumento, lo que causa pérdidas económicas y de tiempo a los pasajeros. A mediano plazo esto puede ser insostenible.
¿De qué se trata el nuevo proyecto?
Es un proyecto que resulta por no afectar el medioambiente, pues, al contrario, tiene un alto compromiso ecológico. El proyecto permitirá el rescate de una zona ambientalmente degradada y ayudará a prevenir inundaciones en el Valle de México.
El proyecto será líder mundial en responsabilidad ambiental, la totalidad del suministro para su operación provendrá de fuentes energéticamente renovables; además, se considera una reducción en el consumo de agua potable de hasta 70 por ciento.
Otro factor que se cuidará es el ruido, pues se disminuirá un porcentaje importante en comparación al que genera el actual aeropuerto. Igualmente, se atenderá el problema de la basura, los malos olores y se rehabilitará la zona donde se ubicará.
La entrada a la terminal será un jardín de cactáceas con elementos que simbolizarán la serpiente y las alas del águila, con el fin de brindar un homenaje a la arquitectura monumental que caracterizan algunas obras en el territorio mexicano.
Según el Portal Animal Político, la industria aeronáutica se ha convertido en un impulsor del comercio y del turismo, que representa el 3.4 por ciento del Producto Interno Bruto y genera 58 millones de empleos.
Para un país como México, que se encuentra en el escalón número 44 en términos de competitividad de viajes y turismo, el potencial que representa esta industria es enorme, por lo que se debe aprovechar este exponencial crecimiento.
Sin embargo, el país no ha podido responder con suficiente rapidez ante tal crecimiento y ante el nuevo contexto global, ya que continúa operando con el mismo AICM que se construyó e inauguró en 1952. A pesar de los esfuerzos de la Presidencia durante 2007, año en el que inició operaciones la terminal 2, la capacidad y calidad en el servicio sigue sin aportar los requerimientos necesarios que exigen los viajeros que visitan el país.