En fechas pasadas, una reunión entre representantes de gobierno, entidades académicas, asociaciones nacionales de la industria HVACR y empresas fabricantes permitió intercambiar ideas y argumentos sobre las alternativas para la sustitución de los refrigerantes fluorados. Reunidos en mesas de trabajo, se detectaron problemas y avances, pero, sobre todo, mucho por hacer.
“La gente con frecuencia nos pregunta: ‘¿cuál es la respuesta? ¿Cuál es el refrigerante que resolverá todos nuestros problemas?’ La respuesta es que no lo hay. El objetivo no es encontrar un ganador o el refrigerante correcto. Debe haber opciones. Eso es lo que se debe entender”: Warren Lupson.
Christopher García / Bruno Martínez, fotografías
¿Estamos listos la industria (y no sólo hablo de los fabricantes y distribuidores, sino de los consumidores) para los cambios que van a llegar con los nuevos refrigerantes?”, fue el cuestionamiento inicial que Matt Gardner, gerente Mayor de Asuntos Internacionales de AHRI, planteó ante representantes de diversos actores de la industria HVACR mexicana; un cuestionamiento bastante apropiado para la situación actual.
Su participación tuvo lugar durante el Primer Simposio ANFIR-AHRI para la Transición de los Refrigerantes en México, donde representantes de las principales marcas fabricantes de refrigerantes, presidentes de asociaciones, miembros de la academia y servidores de gobierno se reunieron para definir las vías de trabajo idóneas ante este inminente cambio.
Como es bien sabido, los hidroclorofluorocarbonos (HCFC) han dejado de producirse y comercializarse en México –de manera legal–, pues su desaparición total está planeada para 2020, cuando más. Lo cierto es que, según informó durante su participación Agustín Sánchez, coordinador de la Unidad de Protección a la Capa de Ozono de la Dirección General de Gestión de la Calidad del Aire IREDC de la Semarnat, “Es un hecho que en la mitad del mercado se utiliza el R-141b para sistemas de espumas y también es un hecho que el R-22 está desapareciendo; pero también es cierto que es muy complicado eliminarlo por lo atomizado que está el uso, pues se utiliza en refrigeración, aire acondicionado, aerosoles, servicio de los sistemas, espumas de poliuretano”.
Es en este contexto donde el cuestionamiento de Gardner cobra mayor relevancia. Ante la desaparición de los HCFC, se han introducido los hidrofluorocarbonos (HFC), cuyo potencial de calentamiento global todavía es considerable, así como su contribución al efecto invernadero, si bien bastante menos en comparación con los HCFC. Estos refrigerantes están considerados como sustancias de transición en el Protocolo de Montreal y su destino también es desaparecer.
En los distintos sectores que emplean sistemas de climatización se han adoptado alternativas variadas, lo que también constituye un problema. Los sistemas para climatización automotriz, donde aún existe gran presencia de HCFC, han optado por el HFO-1234yf como reemplazo del R-22, aunque se ha cuestionado en diversas naciones su toxicidad e inflamabilidad. El sector industrial se ha servido del amoniaco (NH3) para operar sus sistemas, si bien las condiciones de seguridad y la inversión en sistemas robustos ha sido una limitante.
Por otra parte, en el sector comercial y en el residencial en menor medida, la presencia de refrigerantes “ecológicos” o naturales se extiende con velocidad. Gran cantidad de fabricantes de equipos ha elegido al R-410A (un HFC) como sustituto del R-22, en especial para equipos de aire acondicionado, mientras que la refrigeración comercial ha ido un paso más allá, con la introducción de los hidrocarburos (propano) para la operación de sistemas pequeños.
Este panorama plantea, además de la pregunta de Gardner, otros cuestionamientos: “¿Cuál es el plan qué está llevando México en coordinación con la industria, los usuarios y las instituciones que participan en este simposio?”. Dicha pregunta la lanzó el propio Agustín Sánchez y avanzó una respuesta: “El gobierno de México, el de EUA y el de Canadá estamos trabajando en una enmienda al Protocolo de Montreal para controlar la producción y el consumo, y reducir el uso de HFC. Esto no significa eliminarlos, sino mantenerlos bajo ciertos esquemas, que también permitan la entrada de nuevas combinaciones de gases”.
Para todos los presentes el panorama y las líneas de acción son claras, según indica Julián González, presidente de la ANFIR: “Es nuestra responsabilidad como representantes, somos quienes tenemos que llevar a cabo los cambios. Nuestro país siempre se ha dignificado por ser líder entre los países en vías de desarrollo para la implementación de políticas ambientales”. Abundó: “Esta reunión pretende encontrar alternativas de solución y caminos para educar a todas las personas en este enorme entorno de gases refrigerantes nuevos, como los hidrocarburos y el CO2, con los cuales no tenemos experiencia”.
Agustín Sánchez, coordinador de la Unidad de Protección a la Capa de Ozono de la Semarnat
Ante la nutrida audiencia, el representante de AHRI se mostró entusiasmado y resaltó que una de las principales tareas es “entender cuáles son las características de los refrigerantes nuevos y qué estamos haciendo para capacitar a la cadena entera”.
Por su parte, el coordinador de Unidad de Protección a la Capa de Ozono detalló algunas de las acciones que ha asumido la entidad que representa: “Primero nos estamos yendo hacia los servicios de limpieza para eliminar el R-141b de este mercado y en el sector aerosoles. Posteriormente, en noviembre, llevaremos a cabo la presentación de la segunda fase sobre plan de eliminación de HCFC, donde México se convierte en el único país en presentar la segunda fase de este programa”. Este logro, aunque importante, es poco motivo para celebrar. En la actualidad, según cifras de la Green Cooling Initiative, México contribuye con 51.2 toneladas métricas anuales de emisiones de CO2 equivalente, lo que representa poco más de 1.3 por ciento de las emisiones totales del mundo. Lo grave es que, en el mejor de los escenarios, esta cantidad se mantendrá sin variaciones hasta 2030, a pesar de las acciones de mitigación.
“En México hay un compromiso muy fuerte y vamos a trabajar para la creación de centros de regeneración de refrigerantes y mezclas de HFC que también van a entrar al mercado. También se va a capacitar a la gente en aduanas para que no entren sustancias prohibidas”, anuncia Sánchez. El tema del contrabando de refrigerantes ha sido un problema permanente para las autoridades del mundo. Cuando los HCFC dejaron de ofertarse extensivamente, el mercado negro se encargó de mantener la oferta en niveles considerables, pues la demanda de las sustancias no decayó. Con la desaparición de los HFC, el panorama se prevé similar.
Warren Lupson, director de Educación de AHRI
Los rumbos
El representante de la Semarnat tocó un tema que ha atraído suficiente atención de los fabricantes de equipos de refrigeración, sobre todo, y en menos medida de aire acondicionado: los refrigerantes naturales. En México, un par de empresas ya ha optado por fabricar sistemas que operan con hidrocarburos, los cuales ofrecen cuantiosas ventajas en términos de eficiencia y productividad; sin embargo, la seguridad es un tema importante, así como la cantidad de refrigerante que puede usarse en este tipo de sistemas. “Se trabajará en el desarrollo y aplicación de estándares para el uso de gases tipo hidrocarburo para definir qué equipos pueden tener este tipo de gases, cuánta carga, cuáles podrían cumplir con eficiencia energética o cuándo resulta un riesgo añadir una carga más pesada. Aquí, GIZ, una agencia del Gobierno Federal Alemán, especializada en la cooperación técnica para el desarrollo sostenible en todo el mundo, será la que apoye con estos puntos”, explicó Agustín Sánchez.
Tras estas declaraciones, resulta claro que alternativas hay suficientes. El mayor problema, que ha persistido y aún sigue sin erradicarse, reside en otro sitio: “¿Qué está faltando?”, cuestiona el representante de Semarnat. Responde: “La capacitación, porque podemos tener buenos sistemas, una buen mezcla y, por otro lado, muy buenos diseñadores de equipos”, pero quienes se encargan de la instalación y del mantenimiento deben contar con el conocimiento suficiente para desempeñar su trabajo de la manera adecuada.
, gerente Mayor de Asuntos Internacionales de AHRI
La mirada exterior
Al concluir la reunión, Matt Gardner, Mary Opalka y Warren Lupson, representantes de AHRI, compartieron en entrevista sus puntos de vista sobre la reunión, sobre el respaldo de AHRI y sobre los retos que ha de enfrentar México con la transición hacia nuevos refrigerantes. En principio, los tres coinciden en que el simposio constituye un paso importante, dado que ha permitido identificar las necesidades del país en este tema.
“La reunión tuvo una buena representación de los diferentes grupos que constituyen la cadena productiva. La idea de reunir a todas estas asociaciones para trabajar en conjunto para incrementar la consciencia sobre el tema es un muy buen primer paso, en el sentido de que se están tomando acciones concretas”, comenta Matt Gardner.
Lupson, por su parte, director de Educación de AHRI, comparte esta postura y añade que “una vez que tienes una alianza para tratar estos temas con gobierno, con una voz unificada, el trabajo resulta más sencillo, pues lo que se requiere hacer es bastante (protección al ambiente, ahorro en el consumo de energía, etcétera), pero se tiene que hacer y rápido”.
Sobre el cuestionamiento lanzado por Gardner al inicio del simposio, Lupson afirma que la industria mexicana está lista para dar el siguiente paso: “La industria mexicana sabe que el cambio es necesario. Existen muchas alianzas que están tratando de llegar a esa meta. En nuestro caso, estamos apoyando con la parte educativa, mediante la capacitación necesaria sobre cómo trabajar con nuevos tipos de refrigerantes que las personas no estaban acostumbradas a utilizar”.
La presencia de marcas, asociaciones de ingenieros, fabricantes y distribuidores, así como otros actores de la industria deja claro que el tema se ha difundido. No obstante, ¿cuál es el mayor obstáculo por superar? ¿Dónde se está fallando? “La capacitación de los técnicos es el reto principal. Los técnicos tienen que entender cómo hacer lo que hacen. Ese sería el comienzo de nuestra labor en AHRI”, precisa Lupson.
A manera de conclusión, Gardner y Lupson comentan lo siguiente: “La gente con frecuencia nos pregunta: ‘¿cuál es la respuesta? ¿Cuál es el refrigerante que resolverá todos nuestros problemas?’ La respuesta es que no lo hay. El objetivo no es encontrar un ganador o el refrigerante correcto. Creemos que debe haber opciones de refrigerantes. Eso es lo que se debe entender. La industria se ha habituado a pensar que hay una sola respuesta, pero este no es el caso. El asunto es que cuando se trata de refrigerantes, existen diferentes niveles de temperatura con los que debes lidiar. Hay una gran diferencia entre -20 y -30 grados centígrados, así como entre 40 y 50 grados. No veo un solo refrigerante como la respuesta. Tiene que haber opciones”.