El nivel de sustentabilidad que alcance un inmueble implica considerar objetivos de diversa índole, los cuales permiten que ante un panorama de daño medioambiental el sector de la construcción se rija bajo esquemas que garanticen aspectos económicos y de confort, sin descuidar la seguridad de los usuarios
Ulises Treviño
Los procesos implícitos en el diseño y la edificación pueden presentar un retraso o verse obstruidos a causa de una falla fundamental en todos los niveles: el deficiente de comunicación. Hasta ahora, los avances en la tecnología y en los sistemas para integrar proyectos de ingeniería y construcción se enfocaban en mejorar la forma, aunque no la comunicación entre los involucrados, lo que llegó a afectar a tal punto que, según expertos, en 2004, a pesar de la brecha tecnológica, la industria de la construcción registró una notable reducción en su productividad en comparación con la de 1964.
El problema radica en que los elementos fundamentales se ven y tratan como espacios independientes: sitio, estructura, sistema y uso. Asimismo, las decisiones se toman con base en diferentes presupuestos de tiempo, dinero y consideraciones. Al realizar modificaciones en un diseño, con frecuencia se deja de considerar la manera como este proceso afectará el desempeño final del edificio.
En el caso del aislamiento, por ejemplo, un proyecto emplea una envolvente lo suficientemente capaz de alcanzar los estándares requeridos y al mejor precio. En este sentido, los responsables del equipamiento HVAC se dirigen a crear un sistema de enfriamiento basado en el área del edificio, sin considerar la envolvente o sus características y que de esta manera pudieran beneficiar el sistema de aire acondicionado.
Por otro lado, los contratistas trabajan de manera aislada, concentrándose en asuntos estructurales sin atender los requerimientos del edificio como un todo y obviando la interacción que tendrá la edificación con su entorno y ocupantes. En este caso, la definición de éxito de un proyecto se reduce a cómo cumplir en tiempo con un presupuesto, que es diferente para cada equipo, sin conocimiento de los planes o metas de los demás participantes.
Lo anterior conlleva, además de frecuentes inconvenientes y posibles retrasos, a que los costos iníciales y operativos aumenten debido a este enfoque de apartados, donde cada sistema del edificio es visto de forma aislada e independiente. Esta situación ocurre al seguir un proceso parecido al de una línea de ensamble, con pasos secuenciales similares a:
- Diseño
- Planos de construcción
- Licitación
- Construcción
- Commissioning y Entrega-Recepción
- Ocupación
Asimismo, si se parte de que cada día se incorporan nuevas tecnologías y escalas de complejidad, difíciles de manejar sin integración multidisciplinaria, es necesario contemplar en este panorama que los profesionales del diseño, la construcción y la operación se coordinen oportuna y adecuadamente a fin de generar un proyecto verdaderamente exitoso.
¿Qué solución puede implementarse para cambiar esta disyunción entre miembros participantes, colocando a todos en el mismo contexto y permitiendo no sólo la optimización de recursos, sino también el aprovechamiento y sinergias de cada una de las tecnologías empleadas a lo largo de las instalaciones y sistemas?
Al día de hoy, la alternativa más empleada y efectiva es el Proceso Integrado de Diseño (PID), un enfoque que une personas, sistemas, estructuras de negocio y prácticas bajo un mismo proceso que, de manera colaborativa, acoge a todos los talentos, así como los planes de los participantes, optimizando los resultados del proyecto y entregando una mayor eficiencia en todas las fases del diseño, la fabricación, construcción y operación de mantenimiento de un edificio.
En un PID, los participantes clave se seleccionan previa la fase de diseño y proceden a definir juntos las metas y responsabilidades para comenzar a trabajar. El método de trabajo cambia del enfoque de línea de ensamblaje a las siguientes etapas:
- Prediseño
- Diseño
- Planos de construcción
- Licitación
- Construcción
- Commissioning
- Ocupación y Recommissioning
- Fin del ciclo de vida del edificio: reutilización o demolición / reciclado
Durante el proceso, los miembros del equipo trabajan conjuntamente y se comunican con regularidad a lo largo de las fases de diseño y construcción del edificio. Por ello, con el propósito de lograr su potencial máximo, es esencial cambiar la forma en la que los integrantes del proyecto interactúan.
El PID involucra productos, herramientas y procesos; sin embargo, inicia como un modelo mental que guía al resto de las actividades implementadas, donde cada disciplina toma decisiones con base en su visión y se trabaja de forma integrada.
Para iniciar el cambio hacia un PID, se recomienda establecer los valores y las metas del proyecto, que cuales guiarán al resto del equipo para alinearse todos a un mismo orden. También, se definirán los intereses en común que se tienen en la edificación, a pesar de las diferentes tareas; esto hace posible encontrar soluciones a preocupaciones que, de otra manera, no hubieran sido atendidas. Los pasos siguientes consisten en alinear las metas de todos los participantes y documentarlas.
Desde un nuevo enfoque, se podrá decir que si un proyecto emplea una envolvente de alto desempeño, al estar en comunicación constante con los demás miembros del equipo, los encargados de HVAC adaptarán el sistema de aire acondicionado, permitiendo un mayor provecho de los recursos empleados.
Además, los contratistas estarán enterados de las medidas y aplicarán los ajustes necesarios para cumplir con sus deberes, por lo que el usuario final obtendrá una construcción que sacará mayor provecho y entendimiento, tanto de su funcionamiento, como de su mantenimiento.
Los resultados de la aplicación del PID demuestran que es posible generar ahorros, que van desde el dos, hasta el 10 por ciento en costos de construcción.
Cabe resaltar que el Proceso Integrado de Diseño busca cambiar la manera en la que diferentes participantes en un proyecto de ingenierías y construcción interactúan y se comunican. A la par, hoy en día representa una opción ideal para edificaciones que buscan maximizar sus resultados y eficiencias, a través de un enfoque de planeación en fases, desde la concepción, en el que los diferentes sistemas se dirigen hacia un objetivo específico y se forja una mejor colaboración interdisciplinaria.
Simultáneamente, genera ahorros en tiempo y evita errores de construcción para todos los miembros, traduciéndose como un proyecto terminado con valor agregado y máximo potencial para el cliente o usuario final del inmueble.
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[author ]César Ulises Treviño Treviño
Es MSc LEED Fellow, fundador y director General de Bioconstrucción y Energía Alternativa, S.A. de C.V., empresa líder y pionera en la Consultoría de Edificación Sustentable en México y Latinoamérica. Es el primer LEED® Fellow en Latinoamérica y entre sus proyectos más notables destaca la obtención de las primeras certificaciones LEED® NC-Gold para la Torre HSBC, en la Ciudad de México, y la primera certificación LEED® NC-Platino, para las oficinas centrales de Bioconstrucción y Energía Alternativa, en Monterrey.[/author]