Por Camilo Botero
No soy un especialista en la aplicación de frío que se aplica en vacunas y biológicos; sin embargo, me parece que es responsabilidad de todos los que estamos en el gremio de la climatización y la refrigeración que abordemos asuntos tan importantes como la cadena de frío en alimentos y medicinas.
Con base en las Buenas Prácticas de Ingeniería (BPI) 06, de la Asociación Colombiana del Acondicionamiento del Aire y de la Refrigeración (ACAIRE): Cadena de Frío en Medicina, y con la autorización de ACAIRE, he transcrito y ordenado algunos párrafos pertinentes para este artículo. La BPI 06 se puede consultar en su totalidad en la página de internet de la Asociación.
Se sabe que la cadena de frío es el conjunto de procedimientos necesarios para la conservación, distribución y manejo de los inmunobiológicos dentro de temperaturas apropiadas que garanticen su capacidad inmunogénica; es un sistema que integra el personal, equipo y los procedimientos necesarios para mantener los insumos en óptimas condiciones, que abarca desde el lugar de producción, hasta la administración al paciente o usuario final.
Su objetivo es conservar los inmunobiológicos dentro de los rangos de temperatura establecidos, a fin de que se mantengan activos y estables.
El correcto funcionamiento de la cadena de frío puede marcar la diferencia entre vacunar una población con inmunobiológicos efectivos o vacunarlos con inmunobiológicos completamente inútiles. La única forma de garantizar la eficiencia de los inmunobiológicos es controlando la temperatura durante toda la cadena de frío. La inmunización puede ser activa o pasiva. Algunos de los conceptos asociados a este tema son:
Vacuna: es una suspensión de microorganismos vivos, inactivos o muertos, fracciones de los mismos o partículas proteicas que al ser administrado inducen una respuesta inmune, previniendo la enfermedad contra la que está dirigida
Bioseguridad: es el conjunto de normas y procedimientos que garantizan el control de los factores de riesgo, la prevención de impactos nocivos y el respeto de los límites permisibles, sin atentar contra la salud de las personas que laboran y / o manipulan elementos biológicos, técnicas bioquímicas y genéticas. Igualmente, garantiza que no se atente contra la salud de la comunidad en general, ni contra el ambiente.
Trazabilidad: se trata de aquellos procedimientos preestablecidos y autosuficientes que permiten conocer el histórico, la ubicación y la trayectoria de un producto o lote de productos a lo largo de la cadena de suministro en un momento dado, a través de herramientas determinadas. Se refiere a la capacidad de seguir un producto a lo largo de la cadena de suministro, desde su origen hasta su estado final como objeto de consumo
Diseño, manejo y operación: los especialistas: deben diseñar, instalar, operar y mantener los cuartos fríos adecuados con el propósito que la cadena de frío no se interrumpa. Un aseguramiento de la calidad (Commissioning) adecuado garantizará que se cumplan todos los parámetros requeridos para un determinado producto.
Considerando dichos conceptos es posible determinar que la interrupción en la cadena de frío en cualquiera de sus aplicaciones representa un riesgo sanitario indudable, por lo que los miembros del sector deben de conocer su correcta aplicación, para, de esta manera, evitar riesgos y fallas que pueden significar mermas importantes a nivel social y económico.
[author image=”http://www.mundohvacr.com/wp-content/uploads/2015/05/A0MH0077694.jpg” ]Camilo Botero
Expresidente de ACAIRE en dos periodos, miembro de ASHRAE y de la ACIEM. Es secretario de la FAIAR. Fue nominado en Who is Who in Science & Engineering (2007, USA) y en IBC Foremost Engineers of the World (2008, Cambridge, Inglaterra). Es presidente de Camilo Botero Ingenieros Consultores, Ltda., y se ha desempeñado como docente en universidades colombianas. [/author]