El resguardo del arte antiguo es uno de los cometidos del sector, lo que motivó a la compañía Carrier a participar en un proyecto que busca la conservación de la Capilla Sixtina, una de las obras más representativas en la historia del hombre
Karemm Danel
En la Ciudad del Vaticano, en Roma, se encuentra una de las obras más emblemáticas a nivel mundial creadas por el hombre, gracias a su belleza estética, la cual da testimonio de parte de la historia de la humanidad a través de su diseño, arquitectura y, especialmente, por los frescos que recubren el techo y las paredes, los cuales pintaron artistas como Pietro Perugino, Sandro Botticelli, Domenico Ghirlandaio, Cosimo Rosselli y Miguel Ángel; además de ser también una importante capilla consagrada.
Su realización inició en 1475 y finalizó en 1483 con la inauguración de la Capilla dedicada a la Virgen de la Asunción. Debe su nombre al papa Sixto IV della Rovere, quien deseaba un nuevo lugar para las reuniones de corte papal, el cual debía responder a las exigencias de los conflictos existentes en ese entonces con la Señoría de Florencia y los turcos de Mahmut II.
¿Por qué se requiere de un buen sistema de ventilación y climatización?
De 1980 a 1994 se sometió a la Capilla Sixtina a una cuidadosa y exhaustiva restauración que abarcó la limpieza de los frescos de la “Bóveda”, de 1980 a 1992, y la del “Juicio”, de 1990 a 1994, un gran acontecimiento a nivel mundial.
Muchas de las obras se encontraban en mal estado debido a la acumulación de polvo, humo de las velas e incluso por otras restauraciones, lo que terminó por degradar los colores y opacar las pinturas.
Desde entonces, se pensó en lo indispensable que es contar con un sistema de ventilación y climatización capaz de resguardar obras de tal magnitud.
La cantidad de personas que visitan el recinto es elevada; a octubre de 2014, se registraban hasta seis millones por año, 20 mil al día y hasta dos mil simultáneamente dentro de un área, quienes dejan grandes cantidades de tierra, calor y humedad. Igualmente, durante la restauración de algunas de las obras, sustancias acumuladas a lo largo de los años, como el polvo, la presión antrópica, el anhídrico carbónico, entre otros, comenzaron a afectar la temperatura ideal para los visitantes.
Por esta situación, el patrimonio también se vio afectado, y dada la delicadeza que implica su preservación, desde 1993 Carrier Corporation tuvo a cargo el diseño y la instalación del primer sistema de aire acondicionado, pensado para 700 visitantes. Sin embargo, con el tiempo, la solución resultó insuficiente.
Por ello, Carrier, empresa mundial de soluciones de calefacción, ventilación y aire acondicionado de alta tecnología, presentó, en el mes de octubre de 2014, ante una audiencia internacional especializada en la preservación del patrimonio cultural en el marco del evento “The Sistine Chapel 20 Years Later: New Breath, New Light”, en Roma, un nuevo sistema HVAC que proporciona dos veces las eficiencia y tres veces la capacidad de aquél que se diseñó e instaló en los años 90.
Éste se compone de dos refrigeradores de líquidos Carrier AquaForce® 30XWV con inteligencia Greenspeed®, con 580 kilowatts de capacidad cada uno. Utiliza un software y componentes con diseño específico y tecnologías patentadas de ahorro de energía para mantener las condiciones climáticas óptimas para la protección de las pinturas dentro de la Capilla.
También consta de un sistema de controles inteligentes, vinculado con una aplicación de video avanzada de UTC Building & Industrial Systems, que permite que el sistema HVAC anticipe niveles de visitantes y ajuste su rendimiento de manera intuitiva. Para asegurar la operación del sistema, el Vaticano celebró con Carrier Distribution Italy SpA un contrato de mantenimiento de cinco años.
Según Antonio Paolucci, director de Museos del Vaticano, el objetivo no es la restauración, sino la conservación, motivo por el cual eligió a la marca Carrier, “porque una obra de arte como la Capilla Sixtina necesita una tecnología a la altura”, expresó.
El equipo de desarrolladores, conformado por ingenieros AdvanTE3C, en colaboración con el equipo técnico del Vaticano, ideó, por medio de técnicas de modelado y simulación digital, un sistema que combina equipos enfriadores y calefactores existentes, sensores y controles computarizados; gestionando el flujo, la humedad y el aire, el cual se purifica gracias a unos filtros que eliminan los químicos y las partículas del tamaño de las bacterias, que mantienen el polvo y la humedad al nivel del piso; también, utiliza aperturas de conducto preexistente, mantiene el sonido en los niveles requeridos, es casi invisible al público y su diseño puede adaptarse a futuras necesidades.
Por otra parte, el gobierno de la ciudad del Vaticano y la United Technologies Corporation formalizaron un acuerdo para garantizar la protección y seguridad de las obras de arte, de los espacios y de las personas, a través de la implementación de tecnologías de construcción por parte de las compañías UTC. El acuerdo estipula que las partes trabajarán de manera conjunta en soluciones integradas que contemplan sistemas HVAC, elevadores y escaleras mecánicas, detección y extinción de incendios, alarma, seguridad electrónica, control de acceso, servicios de vigilancia de video, además de soluciones de software, en el cual participan marcas como Carrier, Otis, Lenel, Kidde, Chubb y Manoff.
“El excelente resultado de hoy refleja el éxito del proceso de desarrollo. Con casi tres años de colaboración con Carrier, pudimos establecer una relación laboral fructífera y logramos superar todos los obstáculos para desarrollar esta obra de arte técnica”, aseguró el reverendo Rafael García de la Serrana Villalobos, director de Servicios Técnicos del Vaticano, precisa el comunicado de Carrier.
Mientras duró el proceso de desmantelamiento e instalación, que se llevó a cabo en verano, el recinto se mantuvo abierto al público, trabajando con un sistema de climatización temporal que proporcionó Carrier Rental Systems.
Según un comunicado de prensa de la compañía, “de principio a fin, este proyecto ha puesto de relieve el importante papel que la alta tecnología puede desempeñar en la preservación de las piezas más importantes de la historia para las generaciones futuras”, expresa Michel Grabon, director, Carrier AdvanTE3C Europa.
“Cuando empezamos el diseño del sistema, el profesor Paolucci nos hizo visualizarlo en términos de cinco, seis y siete siglos, y pensar en ello como un trabajo para la humanidad. De esta manera, nuestra solución permite estratégicamente que sean posibles futuras actualizaciones, para ayudar a cubrir las cambiantes necesidades del Vaticano. Seguiremos innovando para preservar el brillo de los frescos de Michelangelo”, asegura.
Especificaciones técnicas
El sistema que resguarda los frescos está integrado por elementos individuales, tales como enfriadores de agua, manivelas de aire, bombas, válvulas y torres enfriadoras, los cuales se encuentran unidos por medio de una red electrónica computarizada que permite que cada unidad por separado se comunique entre sí con el propósito de responder a los cambios de humedad y temperatura registrados por los sensores generados al interior de la capilla.
Los 92 sensores que monitorean constantemente la temperatura del aire, el punto de condensación y la temperatura de la superficie de las paredes y el techo son virtualmente invisibles, gracias a que los 26 kilómetros de cable que entrelazan los sensores no se detectan fácilmente.
También hay dos terminales, una ubicada en la planta eléctrica del Vaticano, y la otra en el área de los restauradores, que se puede decir que permite a las personas comunicarse con el sistema y obtener información. Los elementos individuales del sistema de aire acondicionado basan su información en los datos que reciben de los sensores y son controlados por un microprocesador electrónico en el sistema.
Si los sensores de la Capilla indican que la humedad incrementa durante una vista de turistas en verano, el sistema determinará que se debe enfriar el aire para remover la humedad.
La señal del controlador se envía a un enfriador Carrier, que se ubica dos pisos más abajo de la Capilla, para iniciar la producción de aire frío. Otros controles del circuito abren válvulas y arrancan bombas con el objetivo de enviar el agua, a través de tubos, fuera de la Capilla a una unidad de manejo de aire. El aire externo se traslada a través de tubos, donde se retira el agua y el aire se deshumedece. La temperatura del aire resultante se reajusta según el rango establecido por un controlador independiente.
En invierno, al haber una menor cantidad de visitantes, se debe agregar humedad al aire exterior, por lo que el controlador envía la señal al enfriador a fin de detener la operación y abrir las válvulas que envían agua caliente y calientan el serpentín. El aire caliente, que ahora contiene más humedad, pasa por un limpiador de aire de alta presión en el que se agrega la humedad necesaria.
Además de ser calentado, enfriado, humedecido o deshumedecido, el aire exterior es filtrado para remover polvo y otras partículas; luego se conduce por filtros químicos para remover gases contaminantes; finalmente, pasa a través de un filtro que remueve bacterias, polen, polvo de moscas y otras partículas. Posteriormente, el aire se envía a las paredes de la Capilla, donde es distribuido por difusores individuales que se encuentran colocados en seis ventanas del recinto.
Para la instalación fue necesario colocar sensores, conductos y cables sin dañar la integridad estética ni las paredes de mampostería.
Con información de Carrier