La búsqueda permanente de mejores tecnologías marca la ruta de Bitzer en el mundo y el trabajo de Miguel Ángel Villalobos como director General de la compañía en México. Hace una década, la empresa alemana inició operaciones en el país; hace cuatro años comenzó la historia conjunta. Hoy ya son un referente. Para Villalobos, el trabajo que realizan se basa en la ética y en la pasión por la ingeniería; la meta buscada, soluciones perfectas
Christopher García / Bruno Martínez, fotografías
La tecnología no nace de la nada. Y al igual que en las empresas, detrás de mejoras, innovaciones y metas alcanzadas, hay personas que las impulsan y ofrecen pasión y esfuerzo para hacerlas realidad. Miguel Ángel Villalobos Pozos lidera al conjunto de personas que están detrás de la marca Bitzer México y que a diario respaldan a los usuarios que confían en sus soluciones.
Villalobos inició su carrera en la industria como responsable de Calidad para York International. Ingeniero Mecánico Eléctrico por la Universidad Autónoma de Nuevo León, laboró por más de una década en Sporlan, hasta alcanzar su puesto actual como director General de Bitzer México, una compañía con más de 80 años de historia, que en sólo 10 ha mostrado al país lo que la tecnología alemana ofrece para el manejo del frío.
Apasionado por su trabajo y consciente de los retos que enfrentan el mundo y la industria, Villalobos reconoce que el proyecto más importante es su familia. Su momento ideal lo concibe en compañía de ellos, a la orilla del mar, mirando el amanecer. Para que esto suceda, a diario se esfuerza por “hacer más”, por formar mejores personas y por ofrecer un liderazgo ético que desemboque en una mejor industria y un mejor planeta.
Todo tiene su costo. pero está el impacto que causa sobre el planeta. finalmente, sólo tenemos uno; si tiramos basura en donde comemos, en un futuro comeremos basura”
Mundo HVAC&R (MH): ¿Quién es Miguel Ángel Villalobos?
Miguel Ángel Villalobos (MAV): Soy una persona que hace dos cosas que no eran de mi agrado. Una es usar el idioma inglés. Cuando estudié en Orizaba, me quejaba del idioma y no entendía por qué tenía que usarlo, pero me ha servido para hacer negociaciones. La otra son las ventas. En algún punto me quejaba de los vendedores, porque ellos disfrutaban de llevar a los clientes a comer y cuando uno trabajaba en la línea de producción esto no sucedía. Hoy estoy en la posición de atender al cliente, y todo esto me ha llevado a tener éxito.
MH: ¿Su paso por diferentes empresas y cargos le ha sido de utilidad para desempeñar su labor actual?
MAV: Sí, han ido moldeando el conocimiento, el aprendizaje o los golpes de la vida. Eso, al final del día, conlleva experiencias buenas y malas, que me hacen pensar que estoy más preparado, aunque siempre hay cosas en qué prepararse. Al día de hoy, estudio en el IPADE para prepararme aún más, pues por mucha experiencia que tengas en el medio se debe seguir aprendiendo.
MH: ¿Seguirse preparando es rasgo de un buen líder?
MAV: Más allá de aprender, hay que ser humildes y admitir que hay cosas por mejorar. Ser el director no significa que sabes todo. Al revés: para apoyar a todos, debes aprender de ellos y así seguir evolucionando, como la economía y los negocios siguen evolucionando. Algo que te funcionó ayer tiene amplias posibilidades de no funcionar mañana. Debes tener la capacidad y la sagacidad para saber cuándo cambiar el rumbo, como si fuera un barco de vela.
MH: ¿Qué es el liderazgo?
MAV: Es el ejemplo que damos, no sólo hablando, sino cómo llevamos las cosas. Ser un buen líder cuesta mucho trabajo. Ser conocido en la industria no significa ser líder. No es la fama, es la forma en la que convives con tus pares y con tu gente. Ser de una sola pieza cuando hablas y atiendes a la gente y mantenerse así es ser un líder.
Hay gente que habla muy bien y se puede parar frente a un público y convencerlos, pero carece de la congruencia del liderazgo en su vida. Una cosa es hablar de liderazgo y otra, llevarlo a cabo. Conozco líderes de la industria que no son los que salen en las portadas; sin embargo, en sus empresas son a quienes la gente sigue, ve y toma como tal. El liderazgo lo tiene aquel que en el ejemplo puede emocionar a la gente a hacer cosas que normalmente no haría.
MH: ¿Cuál ha sido el reto más difícil de enfrentar?
MAV: En el tema profesional, cambiarme de compañía ha sido un reto, pues se ha tratado de buscar crecer no sólo en puestos, sino en cosas que puedan influir en el país. Si lo que hago no hace un mejor México, estoy equivocándome. Si uno no trata de hacer mejor las cosas, entonces ¿para qué estamos?
En los últimos años no he perdido esa intención de vender lo que el cliente requiere; incluso si es algo que no le puedo ofrecer, le digo que lo busque en otro lugar. Eso debe ser un principio ético de ingeniería. Mi obligación es promover que un buen producto se aplique en el lugar adecuado.
MH: ¿Qué es lo que más disfruta?
MAV: A mis hijos. Mi ideal es estar en la playa a las 6 de la mañana con mi familia para ver el amanecer, con aire fresco y sin celular.
Disfruto también mi trabajo. Tener un cliente contento y un usuario que está casado con la marca también lo disfruto mucho, pues no busco venderles, sino generar confort más allá de que se logre resolver su problema.
MH: ¿Cómo se logra el balance? Estar al frente de una empresa exige mucho y orilla a sacrificar tiempo…
MAV: Sí, requiere tiempo y dedicación; sin embargo, debo recordarme a diario que el proyecto más importante es mi familia y es a la que debo sacar adelante.
Voy equivocándome, presionándome en la oficina por hacer más; pero podría estar 24 horas en casa con mis hijos y mi esposa. Parte del trabajo es llevar de comer a casa y educar a mis hijos para generar mejores habitantes en la Tierra. Somos parte de alguien más y debemos dedicar el tiempo en la mejor medida.
MH: Esta industria ya tiene sus años; no obstante, es de las más dinámicas y de las que vive más transformaciones en un corto periodo.
MAV: Hay algo de eso. Debido a la falta de apertura en las fronteras, el siglo pasado el HVACR era prácticamente nacional; lo que era bueno, porque casi todo se hacía aquí, pero era muy cerrado y creíamos que todo estaba bien.
Cuando se empieza a globalizar, entra tecnología del exterior y nos damos cuenta de que ninguna de las industrias que existía había evolucionado. La industria de la refrigeración que estaba en México hace más de 25 años ya no existe. Existen nuevas compañías, y sentimos que hay demasiada modernidad, porque en realidad todo es nuevo. Comparado con otros países donde hay compañías que desde hace 80 años están desarrollando tecnología, aquí estamos cumpliendo apenas 10 fabricando productos de este tipo.
MH: En México se percibe que los equipos presentan exigencias muy similares a las del vecino del norte…
MAV: Así es. De hecho, es obligatorio cumplir con las normas, los idiomas, para poder mantenernos, ser competitivos y surtir a los países. A su vez, nosotros, con casa matriz en Europa, vemos las deficiencias en EUA, pues los gases naturales no son un hecho para ellos. Siempre supusieron que los problemas globales del uso de los gases eran de alguien más. Hoy, EUA empieza a voltear hacia los gases naturales, cuestión a la que en Europa ya se le prestaba atención hace 15 años. Esto nos ha empujado a utilizar ciertas tecnologías en México y nos ha cerrado los ojos en cuanto a la utilización de otras que son muy comunes en otros países.
MH: Organizaciones como GIZ Proklima, empero, impulsan el uso de gases naturales, y se siente cierta tendencia de los involucrados en el sector mexicano hacia lo que ofrecen estas soluciones.
MAV: Sí; sin embargo, hay buena intención, pero falta de reglas y de decisión por hacerlas estrictas, para la conveniencia de algunos. Esa falta de reglas permite que sigamos trabajando con R-12, el cual fue eliminado hace años del negocio. Hoy puedo ir con un distribuidor y conseguirlo, porque nadie quiere pagar el precio de tirarlo a la basura y limpiar el ecosistema. Todo tiene su costo. Pero está el impacto que causa sobre el planeta. Finalmente, sólo tenemos uno; si tiramos la basura en donde comemos, en un futuro comeremos basura.
MH: Sobre los refrigerantes, hay ciertas problemáticas por resolver…
MAV: Número uno, los climas en Europa y en México son muy diferentes. Los nuestros son más cálidos. El CO2 no es una aplicación directa, sino un poco más compleja que lo que se ha hecho en Europa en los últimos 15 años.
Los hidrocarburos se usan desde hace mucho en refrigeración y nosotros ya lo tenemos resuelto en la parte del compresor para aplicaciones más grandes; sin embargo, los miedos son un factor. Es cierto que un hidrocarburo puede explotar, pero es igual que los que se usan en casa para cocinar. No es tan sencillo el cambio de tecnología.
En el caso del CO2 hay que trabajarlo adecuadamente, hay que sobreenfriarlo, tener sistemas de seguridad. El amoniaco es otro de los refrigerantes, acaso el mejor al trabajar bajo presión. Pero no le hemos puesto los cuidados necesarios, porque siempre se ve como algo muy industrial. Fuera del tamaño, el amoniaco debería darse como una muy buena opción en sistemas pequeños. Si se le ponen los cuidados necesarios, se vuelve muy rentable.
Lo que sucede cuando te metes con gases naturales es que debes tener mucho más cuidado, por las altas presiones, por la toxicidad, por la inflamabilidad. No es crítico, es supercrítico tener a la gente capacitada y con la mentalidad de que está en juego la vida de los demás.
MH: En temas de mercado, ¿cómo ha afectado al sector el poco dinamismo de la economía en México?
MAV: El primer trimestre del año es un muy buen ejemplo: el dólar sube, las inversiones bajan y todos están a la expectativa de las acciones que tomará el gobierno para ayudar a la economía. Somos un país muy dependiente de las decisiones gubernamentales y del dólar; muchas inversiones están detenidas por este factor. Todos dicen que hay dinero, pero no se mueve con la energía con la que debería. No hay deducibilidad, se gasta menos, se invierte menos, y esto es una cadena sin fin, pues se detiene el incentivo por invertir en el país. Además, llegan, por ejemplo, compañías coreanas, y casi les regalan el terreno para que inviertan, cuando los empresarios mexicanos no reciben más que regaños y cobranza. Se requiere equidad. El país está un tanto detenido. EUA está creciendo y arrastra a México para que vaya subiendo.
MH: ¿Cuál es la importancia del sector y cómo participa en la dinámica económica nacional?
MAV: Para nosotros es de suma importancia; para los que no están dentro de la industria, deben saber que la carne y el pescado fresco que comen todos los días llegan así gracias a la cadena de frío. Este factor no tiene la apreciación del cliente y no ha cobrado el énfasis que debería. Nadie se preocupa por la cadena de frío hasta que falla. Muy pocas cadenas protegen sus compras, y esto no debería suceder. En otros países hay mayor monitoreo de este factor y si no cumples ni siquiera te permiten la entrada.
MH: ¿Está satisfecho con lo logrado?
MAV: No podría decir que estoy insatisfecho; no puedes vivir con faltantes en tu vida. Sin afán de presunción, he logrado lo que quería en mis casi 45 años de vida. Hago muchas cosas que quiero hacer y manejo la compañía de modo que me permiten hacer mucho por mi cuenta. No tengo que solicitar a cada minuto aprobación y justo este liderazgo me ha otorgado la confianza de mis jefes. Me falta poner más orden en mis tiempos y movimientos, más tiempo con la familia y cosas personales; terminar de poner la organización de modo que opere sin mi liderazgo. Tenemos como obligación crear compañías que perduren cuando no estemos.
MH: ¿Diría que es congruente la empresa con su líder?
MAV: Sí. Somos muy congruentes. Nos gusta la perfección y las cosas bien hechas. Ofrecemos ingeniería y un buen producto, con respaldo y calidad. Esto es lo que ofrezco como persona y como compañía.
[author image=”http://www.mundohvacr.com/wp-content/uploads/2015/07/CG.jpg” ]Christopher García
Editor de Grupo Editorial Puntual Media
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