A casi cuatro años de que iniciaran sus labores de desarrollo, Torre Virreyes ya se eleva en la intersección de Reforma y Periférico, atrapando la mirada con su arquitectura desafiante. Más allá de la forma, sus entrañas albergan un desarrollo ingenieril preciso. Compuesto por equipos de última generación y mejoras en el uso de recursos, su diseño le valió la certificación LEED Platino
Eréndira Reyes/ Bruno Martínez y Manuel Merelles, fotografías
Con una ubicación privilegiada entre Reforma y Periférico, la icónica Torre Virreyes (Pedregal 24) se muestra a simple vista como un desarrollo vanguardista. Su arquitectura basada en cálculos geométricos precisos y una envolvente acristalada la tornan inconfundible entre las edificaciones que pueblan la imagen urbana de la Ciudad de México.
Hasta su construcción, el entronque de estas importantes vialidades de la capital era ocupado por el Súper Servicio Lomas, uno de los primeros multifuncionales que se construyeron en la ciudad. Inaugurado en 1948, fue un proyecto a cargo de Vladimir Kaspé, arquitecto reconocido a nivel mundial. Dado su valor histórico, el proyecto de Torre Virreyes contempló su conservación, sin modificar nada de su construcción original. Esto, por supuesto, implicó un gran reto en 2011, año en que iniciaron las obras de la edificación.
“Buscamos generar un edificio que fuera el mejor de la ciudad, por lo que los estándares que se establecieron fueron muy altos y se hizo una búsqueda minuciosa de profesionales para, de esta manera, generar un proyecto que respetará el aspecto histórico, a la vez que innovara”, comenta el director de Desarrollo de Grupo Danhos, eingeniero Sergio González
Estructura desafiante
El diseño arquitectónico estuvo a cargo de Teodoro González de León, renombrado arquitecto que ideó una estructura que desafía la lógica, debido a su composición (más amplia en la cima que en la base). El núcleo del edificio sirve como columna vertebral. Éste arranca desde el sótano y culmina en el último nivel y es una estructura de concreto con muros desde 80 hasta 20 centímetros que le confieren estabilidad al edificio. El diseño estructural corrió a cargo de la firma de ingeniería ARUP, con sede en Nueva York.
En términos generales, el espacio consta de 20 mil metros cuadrados (m2) de área común, 60 mil m2 de estacionamiento y 60 mil m2 más de edificio, cubierto por una fachada casi por completo de cristal. Actualmente, el edificio está certificado bajo el esquema Leadership in Energy and Environmental Design (LEED) con el nivel Platino para Nueva Edificación. Su localización, los materiales empleados, el diseño de los elevadores, el sistema eléctrico y HVAC, así como el manejo de residuos, se concibieron de origen con alta eficiencia.
A cargo del desarrollo del sistema de aire acondicionado estuvo la empresa Ingeniería Aire y Control (IACSA), la cual se encargó de especificar los equipos para la climatización. Entre los aspectos de sustentabilidad del desarrollo, destaca que la totalidad del agua consumida es tratada para su posterior reutilización en otros procesos del edificio, como la evaporación de las torres de enfriamiento, las descargas de los mingitorios y el WC.
El vínculo con la sostenibilidad va más allá del ahorro energético y el uso responsable de los recursos, ya que se buscó hacer de la ubicación una ventaja. A tan sólo 800 metros se encuentra una estación de STC Metro, además de algunas rutas de transporte colectivo y servicios diversos ubicados en la periferia.
Innovar para un ícono
La oferta de equipos que existe en el mercado permitió realizar una evaluación profunda de los sistemas más eficientes para la edificación. Se seleccionó un sistema de volumen de refrigerante variable, que ofrece dos grandes ventajas: bajo consumo de energía y la posibilidad de fraccionar el consumo que se pueda generar y facturarlo directamente con el usuario.
A diferencia de los sistemas tradicionales, éste cuenta con una máquina central que después se divide entre cada una de las oficinas. Esto tiene el objetivo de evitar que el consumo de unos inquilinos se subsidiado por otros y evitar malos entendidos.
De suerte que cada usuario cuenta con su propia generación de refrigerante, asociado con su consumo de energía eléctrica. Si alguno desea mantener encendido su equipo 24 horas, deberá cubrir el monto de consumo, si bien se espera que los inquilinos opten por ahorrar.
La innovación en el diseño del sistema HVAC representó un reto de importancia. A pesar de la oferta tecnológica actual, el sector está habituado a sistemas como el de generación de agua helada. Ante ello, Grupo Danhos buscó brindar agua de condensados para enfriar los compresores y que sean los propios usuarios quienes envíen el refrigerante a cada local.
Esta adaptación puede significar un cambio de paradigma en el que la participación de los inquilinos sea más efectiva y consciente. El ingeniero González afirma que se percibe muy bien este sistema. “En comparación con uno de agua helada, en el que se generan consumos de 0.8 kilowatts toneladas, en el otro se intenta reducirlos a 0.7 kilowatts toneladas, característica que conllevaría un ahorro del 16 por ciento aplicado sólo en el consumo eléctrico del aire acondicionado; bastante significativo al facturar el ahorro energético y económico que se tendrá”.
Consumo reducido y desempeño destacado
En primera instancia, el ingeniero González señala que se debe contar con un diseño arquitectónico que favorezca ambos aspectos. En Torre Virreyes la selección del vidrio fue muy exigente y minuciosa, al igual que la elección de los parteluces, los cuales crean una envolvente eficaz que ahorra energía.
“Contamos con un manual muy estricto en cuanto a la elección de materiales. Se han buscado ciertas cortinas que abaten el calor, para que así no únicamente se deje esta tarea a las instalaciones de aire acondicionado. Esta selección, finalmente, termina impactando en el consumo de energía global de la edificación”, afirma el director de Operaciones de Grupo Danhos.
El edificio está pensado para distintos usos. El área restaurada tendrá un uso comercial, así como un museo de sitio en el que se retratará el proyecto original y la evolución que ha tenido su arquitectura durante los últimos años. El primer nivel cuenta con un área común constituida por un salón de uso múltiples y un auditorio que dará servicio a los inquilinos, mientras que en el sótano 1 se localiza una pequeña área de food court, que sirve para ofertar servicios de comida a las casi 6 mil personas que diariamente se encuentran en el inmueble dentro de los 60 mil metros cuadrados de oficinas.
Sistema inteligente
Los expertos de IACSA y Grupo Danhos realizaron un estudio muy profundo en el que se evaluó el uso de los equipos que integran la climatización del edificio. De entre las marcas consideradas, la oferta tecnológica de LG resultó la mejor opción para los requerimientos que se establecieron.
El edificio, además, cuenta con un conjunto de torres de enfriamiento que envían agua de condensados hacia los compresores; éstos se encuentran distribuidos en cada piso y desde ellos cada inquilino selecciona los evaporadores, a fin de abatir las cargas térmicas según sus necesidades.
En cifras, el sistema cuenta con 1 mil 200 toneladas de aire acondicionado instaladas; el diseño del proyecto hace que las magnitudes de los equipos y la carga por abatir se incrementen conforme se asciende de nivel.
En los primeros niveles existen 1 mil 500 metros acondicionados, mientras que en los niveles más altos se llega hasta los 3 mil metros cuadrados, cada uno con condensadores capaces de proporcionar frío donde se requiera.
El sistema de control es muy robusto y permite mejorar el funcionamiento de los equipos. Además, el reglamento del edificio invita a los inquilinos a adherirse a este sistema, con el propósito de contar con un control total del inmueble.
Al decidir convertirse en inquilinos del inmueble, la diversidad de clientes deben someter su proyecto de climatización a la evaluación de los especialistas de IACSA y LG, con la finalidad de que los inquilinos sean igual de exigentes en sus sistemas de diseño y supervisión.
Se suman, asimismo, las unidades manejadoras de aire, las cuales están destinadas para áreas comunes. Una sirve para acondicionar el vestíbulo que tiene 12 metros de altura por 18 metros de ancho y proporciona el confort al auditorio y al salón de usos múltiples. Igualmente, fan and coils en cada piso de oficinas regulan y se encargan de cumplir con la demanda térmica de los diversos usuarios.
Se integran al sistema de automatización, de la marca Alerton, equipos con un control básico, que incorpora funciones adicionales al sistema de aire acondicionado: iluminación, sistema de bombeo, control de la planta de tratamiento y control de las plantas de emergencia. A dicho sistema que conjunta la seguridad y los demás servicios que proporciona el edificio se le denomina Tridium. En conjunto, crean una sola estrategia de energía y así se define mejor el consumo en los distintos niveles de la edificación.
Debido a que se encuentra certificado bajo el esquema LEED, el complejo debe contar con un control riguroso en el consumo de energía, el cual está definido en un máximo de 80 watts por metro cuadrado en el interior y 35 watts para el manejo de aire acondicionado. En otras palabras, cada inquilino debe consumir como máximo 115 watts por metro cuadrado al día.
Ingeniería subterránea
La demanda de espacios para vehículos es una de las problemáticas que enfrentan los desarrolladores y dueños de edificios actuales al momento de emprender un proyecto. En el caso de Torre Virreyes, se destinaron 16 niveles de estacionamiento con 2 mil 300 cajones acondicionados en el subsuelo de la estructura para cumplir con el aforo estimado entre inquilinos y visitantes.
Con el propósito de generar un aire adecuado en las inmediaciones de estos espacios, se instalaron sistemas generales de inyección y extracción de aire, con aproximadamente 50 ventiladores. Además, se designó un sistema de monitoreo de CO2 para mantener sus concentraciones bajo control y operar los equipos sólo en caso necesario.
En cuanto a los sanitarios, los baños son individuales, no comunes, y se ubican en cada piso. Éstos manejan aire de extracción e inyección, calibrado según los parámetros que exige el manual de la ASHRAE.
Para el mantenimiento de los distintos equipos, se tienen contratos bien establecidos con las compañías fabricantes, debido a que se espera que la vida útil del sistema HVAC sea de aproximadamente 12 años y la vida del edificio de hasta 50.