Las regulaciones en materia ambiental que se han impulsado desde hace años en el país y en el mundo han generado oportunidades para crear una industria más competitiva y que se implementen nuevas tecnologías. El Registro Nacional de Emisiones tendrá una normativa más estricta que puede beneficiar a muchos de los involucrados en el sector
Fernanda Sánchez
El tema del cambio climático ha sido, en los últimos años, constantemente desarrollado y regulado, por lo que, al día de hoy, los particulares se encuentran al inicio de una etapa de involucramiento y responsabilidad directa en la disminución de emisiones contaminantes a la atmósfera.
Se trata de un panorama que dio pie a la publicación, en 2012, de la Ley General de Cambio Climático, impulsando la regulación mediante instrumentos de Política Pública, como la Estrategia Nacional de Cambio Climático, en 2013, y el Programa Especial de Cambio Climático, en 2014.
Dichos instrumentos prevén para México una reducción de 30 por ciento de las emisiones generadas para el año 2020 y del 50 por ciento para el año 2050, respecto de las emisiones del año 2000.
Adicionalmente, en 2014 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Reglamento de la Ley General de Cambio Climático en Materia del Registro Nacional de Emisiones (RENE).
Con estas nuevas regulaciones se imponen cargas jurídicas para las empresas, al tiempo que se crean oportunidades de negocio para el sector HVACR, sobre todo considerando que la tendencia será limitar las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), con lo que el sector nacional podrá verse beneficiado.
Registro Nacional de Emisiones
El 28 de octubre de 2014 se publicó el Reglamento de la Ley General de Cambio Climático. Se trata de un instrumento que reglamenta la Ley General de Cambio Climático en materia del RENE, para lo cual, entre otras disposiciones, establece los sectores y subsectores que tendrán la obligación de reportar sus emisiones de GEI.
Uno de los puntos novedosos del RENE consiste en la obligación de reportar no sólo las emisiones directas, sino también considerar y reportar las indirectas, entendidas como se muestra en el siguiente cuadro:
Entre las obligaciones más relevantes a cargo de los particulares contenidas en el reglamento de dicho registro, se encuentran:
- Identificar las emisiones directas de fuentes fijas o móviles
- Identificar las emisiones indirectas por el consumo de energía eléctrica y térmica
- Medir, calcular o estimar la emisión de gases de efecto invernadero de todas las fuentes emisoras
- Recopilar y utilizar los datos que se especificarán en la metodología de medición aplicable
- Reportar anualmente sus emisiones directas e indirectas, a través de la Cédula de Operación Anual
Los datos anteriores podrán ser utilizados por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y demás autoridades competentes para el desarrollo de las políticas públicas y la legislación que será aplicada con base en lo recabado, a fin de alcanzar las metas de reducción de emisiones definidas.
Oportunidades generadas por la entrada en vigor del RENE
Según la prospectiva del sector eléctrico en su plan a 2017 “[…] Las mejoras en eficiencia energética, particularmente en el uso final de iluminación, calefacción y aire acondicionado en el sector residencial, así como las propias del sector industrial, son factores que se espera continúen de forma constante en el mediano y largo plazo”.
En este sentido, no obstante que las obligaciones establecidas a cargo de los particulares mediante la publicación del reglamento del RENE pueden parecer una carga administrativa para las empresas del sector, no se debe perder de vista que su implementación impulsará el interés de los actores económicos en sistemas y construcciones que permitan contar con una alta eficiencia energética y sistemas HVACR sustentables.
La tendencia regulatoria en México consiste en la expedición de instrumentos legales que propicien la reducción de las emisiones de GEI, para así alcanzar las metas de reducción de las emisiones generadas en el país (del 30 por ciento para el año 2020 y del 50 por ciento para 2050). Por tanto, es probable que eventualmente la legislación exija a los actores económicos no sólo el reporte de sus emisiones, también la reducción o mitigación de éstas a través de medios diversos (instalación de equipos con mayor eficiencia energética, aplicación de sistemas sustentables, adquisición de bonos de carbono, entre otros).
De seguir con el nivel de emisiones actual, se calcula que en el año 2020 las emisiones adicionales de GEI alcanzarían 28 por ciento más que las del año 2010, por lo que es congruente considerar que las políticas públicas estarán enfocadas en reducir dicho porcentaje a niveles que permitan consolidar un desarrollo sustentable.
Lo anterior resulta de considerar que la Estrategia Nacional de Cambio Climático (2013) establece líneas de acción para acelerar la penetración de refrigerantes de bajo potencial de calentamiento global en diferentes sectores, que incluyen el de aires acondicionados, el de refrigeración y el de agentes espumantes, según el Programa Especial de Cambio Climático en su informe de 2014.
Además, este mismo reporte contempla como estrategia “controlar emisiones de refrigerantes con alto potencial de calentamiento global, mediante el desarrollo de proyectos de factibilidad tecnológica para los sectores de aires acondicionados comerciales y refrigeración doméstica y comercial”.
Ante este escenario, el sector tiene la oportunidad de perfeccionar el diseño de los sistemas HVACR con el propósito de incorporar un mejor manejo de la energía necesaria para su funcionamiento, impulsando, de esta manera, la oferta de tecnologías novedosas, las cuales permitan a sus clientes reducir al mínimo la emisión de agentes contaminantes a la atmósfera del planeta.
Las oportunidades para el sector tienen sustento en la demanda de sistemas que cumplan con las expectativas de los actores productivos en el cumplimiento de sus obligaciones en materia de emisiones.
En la zona noroeste de México, por ejemplo, se registra un alto consumo de energía eléctrica, que ha sido asociado al uso extensivo de sistemas de aire acondicionado, ventiladores o sistemas de refrigeración, tomando en cuenta las condiciones geográficas y climáticas de la región. Tales factores determinan considerablemente las ventas de energía eléctrica, puesto que el incremento anual en esa zona para el periodo 2002-2012 fue de 3.5 por ciento, lo que arrojó una de las más altas tasas entre las regiones del país.
Por otro lado, se estima que para el año 2020, el sector industrial será el tercero con mayores emisiones de GEI, mientras que el sector residencial se encontrará en segundo lugar, debido a que sus emisiones están asociadas con el consumo de energía para satisfacer las necesidades de iluminación y acondicionamiento térmico, entre otros elementos.
Ante ello, se puede concluir que el fenómeno del cambio climático y su regulación en México representa una gran oportunidad, a la vez que un reto para el sector HVACR, ya que, por una parte, los estados con climas extremos requieren de equipos para satisfacer sus necesidades tanto industriales como domésticas y, por otra, dichos requerimientos deberán atenderse de manera sustentable. En otras palabras, se habrán de emplear equipos o tecnologías con bajas emisiones de GEI, que permitan cumplir con las obligaciones emanadas del nuevo marco jurídico en esta materia.
[author ]María Fernanda Sánchez Valdez
Licenciada en Derecho por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México. Forma parte del Departamento Ambiental de la firma legal Goodrich, Riquelme y Asociados. Su práctica profesional se enfoca a brindar asesoría jurídico-ambiental para el desarrollo de proyectos y en el cumplimiento de legislación ambiental, específicamente en materia de impacto ambiental, residuos, materiales peligrosos, emisiones a la atmósfera, contaminación de suelos, agua y descargas de aguas residuales y ordenamiento ecológico.[/author]