En el marco del Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, celebrado el 16 de septiembre, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) informó que a la fecha México ha eliminado 97.5 por ciento del máximo nivel de consumo de las sustancias agotadoras de la capa de ozono, eliminando totalmente los Clorofluorocarbonos (CFC), Tetracloruro de Carbono (CTC), Halones y el Bromuro de Metilo.
En la actualidad, sólo los Hidroclorofluorocarbonos (HCFC) son las únicas sustancias agotadoras de la Capa de Ozono que se siguen utilizando en algunos aires acondicionados, en aerosoles técnicos y en la industria de las espumas de poliuretano como parte de los sistemas de aislamiento térmico. Los HCFC son los sustitutos directos de los Clorofluorocarbonos (CFC) que se eliminaron totalmente en la década pasada y, además de dañar la Capa de Ozono, tienen un alto potencial de calentamiento global.
El consumo actual de HCFC en México es de 9 mil 151 toneladas. Este consumo significa, a su vez, un total de 11.6 mega toneladas de bióxido de carbono equivalente (CO2), dado el potencial de calentamiento global que tiene cada una de estas sustancias agrupadas en los llamados HCFC. Por lo anterior, la Semarnat desarrolla el Plan Nacional de Eliminación de Hidroclorofluorocarbonos (HCFC). En sus dos primeras etapas (2013–2022), se tiene como meta eliminar el 67.5 por ciento del consumo registrado en 2008.
Las actividades del Plan Nacional de Eliminación de HCFC incluyen el desarrollo de proyectos de eliminación del HCFC en la fabricación de espumas de poliuretano, equipos de refrigeración doméstica y comercial, y en aerosoles, así como la capacitación a técnicos en la eliminación de los HCFC como agentes de limpieza y en la sustitución de los HCFC en aires acondicionados por sustancias que no dañan la capa de ozono y con mayor eficiencia energética.
Adicional a estas acciones, según un comunicado de la Secretaría, México ha iniciado el proyecto de destrucción de sustancias agotadoras de ozono (SAO) en desuso y que han sido recuperadas a través de los centros de recuperación y reciclado autorizados en México. Con este proyecto se ha fortalecido la capacidad nacional en la recuperación, acopio, transporte, monitoreo y destrucción ambientalmente adecuado de las SAO residuales, incluyendo la legislación y su aplicación.
La primera fase del proyecto consiste en la destrucción de 75 toneladas de SAO residuales a través de la tecnología de Arco de Plasma de Argón, una de las mejores tecnologías a nivel internacional y la cual presenta las mejores ventajas ambientales por su prácticamente nula emisión de contaminantes a la atmósfera.
Asimismo ya se tiene identificado un inventario de aproximadamente 80 toneladas adicionales las cuales están contempladas para destruirse en una segunda fase del proyecto de destrucción, el cual fue aprobado por el Comité Ejecutivo del Protocolo de Montreal para la destrucción de 166.7 toneladas de SAO contaminadas y en desuso, esta segunda fase iniciará a principios de 2016.
Fuente: Semarnat