En la naturaleza, el diseño pasivo se encuentra al obtener resultados de confort y supervivencia sin un desperdicio significativo de energía. Ahora bien, hay que recordar que la energía en la naturaleza es un bien precioso y una de las bases existentes en la vida. Por ello, los mecanismos de gran intensidad energética ocurren, aunque no son los predominantes. Entonces, existe un balance entre gasto energético y energía obtenida al, por ejemplo, capturar una presa, ya que al ser mayor la energía por gastar en comparación con la que se obtiene, la naturaleza busca soluciones más creativas.
En términos de manejo térmico, una de las mejores alternativas para encontrar modelos es recurrir a las condiciones extremas. En zonas con calor extremo, como en los chaparrales o desiertos, las plantas han desarrollado estrategias interesantes para su supervivencia, éstas incluyen componentes como el autosombreado, que aprovecha la forma de los organismos, ya sea tipo estrella o cúbica, aunado al aprovechamiento existente gracias las espinas del cactus o del saguaro. Dicha diferencia de temperaturas entre las zonas con sol y las zonas con sombra genera micromovimientos de aire que le permiten a la planta refrescarse sin perder grandes cantidades de agua.
En este sentido, las variables predominantes son utilizar sus propios elementos estructurales y otras funciones para tener sombra y crear un microclima propicio para un movimiento de aire, utilizando únicamente las pequeñas diferencias generadas por la energía solar.
En el caso de frío extremo, los animales que habitan la zona ártica utilizan capas de aislamiento que incluyen filamentos delgados y mucho aire a través de las gruesas pieles de los organismos polares, lo cual puede ser un modelo para nuevos aislamientos con mejores propiedades.
El diseño pasivo en la naturaleza utiliza la energía de procesos ya existentes. Por su parte, los termiteros recurren a principios físicos, que permiten tomar una mínima energía del movimiento caótico del aire en su superficie, a fin de generar lentos movimientos de aire dentro del nido en forma de péndulo, lo que les permite, en conjunto con otras acciones, controlar la humedad y los gases de respiración que generan al interior, manteniendo una buena calidad de aire allí.
Otra característica en común es que los materiales con los que se crean estas soluciones son simples, es el propio diseño el que los hace funcionar y no un material complejo. El termitero está hecho de tierra, las espinas de celulosa, las pieles se encuentran cubiertas de pelos.
No es, sin duda, la inversión más alta que los organismos hacen en términos de energía y recursos, pero su diseño funciona, lo cual hace que sea muy resiliente, porque es fácilmente (y con poco costo de energía) reemplazable. Lo anterior tiene mucho qué aportar al diseño de nuestros edificios y a sus sistemas pasivos. Los siguientes son principios clave con los que la vida genera tales soluciones: utilizar recursos y energía localmente disponible y abundante y utilizar elementos multifuncionales.
[author image=”http://www.mundohvacr.com/wp-content/uploads/2015/08/A0MH0077811.jpg” ]Mauricio Ramírez
Cuenta con 10 años de experiencia en Diseño, Construcción y Gerencia de proyectos. Es LEED AP y Sustainability manager de Lend Lease en México. Se graduó del programa de certificación profesional en Biomimicry por el Biomimicry Institute. Actualmente, es profesor titular de Biodiseño en el ITESM, Campus Ciudad de México. También, participó en el desarrollo de lineamientos de sustentabilidad para los proyectos del programa Habitat de Naciones Unidas, en conjunto con la Sedesol y el Colegio de Ingenieros Ambientales.[/author]