A partir de 2017, los automóviles de Mercedes-Benz estarán equipados con sistemas de aire acondicionado a base de bióxido de carbono, que se espera se incorporen con rapidez al mercado europeo.
Este cambio ha obligado a la compañía a crear nuevos diseños para los componentes de sus sistemas, principalmente debido a su presión de trabajo, que supera los 100 bares. De acuerdo con la información difundida, los sistemas cumplirán con todos los requisitos de rendimiento y seguridad y estarán bajo las normas de la Asociación Alemana de la Industria del Automóvil.
El resultado será un amplio paquete de medidas específicas de vehículos, los cuales incluyen un sistema de protección adaptado a la configuración de cada uno; por ejemplo, en el caso de un choque frontal grave, el sistema estará adaptado de tal forma que la mezcla resultante de refrigerante y aire se separe de los componentes calientes del motor y se enfrien, a fin de reducir riesgos secundarios.
Esto será posible gracias a un generador que libera gas inerte de argón específicamente a los puntos calientes pertinentes. Así, se reforzarán las necesidades de seguridad que exigen los altos estándares de Mercedes-Benz. A pesar de ello, se ha señalado que la incorporación tecnológica no será viable en toda su flota de vehículos.
Fuente: El Diario