La transición de refrigerantes ha significado mejorías en los productos, con miras a reducir la afectación que causan sobre el planeta. En este proceso, las espumas y complementos aislantes también se verán afectados, al involucrar HCFC en las labores de fabricación
Eréndira Reyes
Los desafíos actuales en materia de sustentabilidad representan una oportunidad para el desarrollo de nuevas tecnologías. Dentro de la industria de la construcción, la reducción de emisiones de carbono se relaciona directamente con el uso de soluciones sustentables que permitan la disminución de recursos, específicamente en materia energética.
La oferta de materiales sustentables en el sector va en aumento, gracias a un mercado creciente que demanda tales innovaciones. Cabe destacar que factores como iniciativas de edificación sustentable, reglamentaciones nacionales y privadas y algunas especificaciones de compañías aseguradoras, en las que se manejan estándares de construcción muy estrictos en temas como aislamiento y protección contraincendios, contribuyen al desarrollo de mejores tecnologías y al ahorro de energía.
En una edificación, un aislamiento apropiado fomenta una mejor conservación de la temperatura, derivando en un menor impacto energético para la climatización de ambientes. Dicho aislamiento se puede lograr a través de diversas tecnologías, como paneles sándwich de alto desempeño fabricados con espumas rígidas de poliisocianurato o placas de poliestireno extruido que proporcionan aislamiento en una variedad de aplicaciones en edificios residenciales, terciarios e industriales, y recubrimientos elastoméricos flexibles que refrescan los techos y permiten la optimización energética de éstos.
Materiales auxiliares
La reacción entre poliol e isocianato resulta en poliuretano plástico, elemento que la mayoría de las personas ubica como espumas, aunque son mucho más que eso, ya que a partir del tipo de compuestos básicos se obtendrá una gran variedad de productos, clasificados conforme a su estructura física en flexibles convencionales o slab, flexibles moldeados, rígidos, elastómeros, recubrimientos y adhesivos.
Los sistemas de poliuretano constan de dos componentes líquidos; uno de ellos es mezcla de polioles con aditivos y el otro un diisocianato, que al ser mezclados de manera homogénea reaccionan para formar el poliuretano. La mayoría de estos poliuretanos son espumas para aplicaciones en diversos segmentos de la industria automotriz, muebles de refrigeradores, de fabricación de suelas y de la construcción.
Tal combinación de químicos puede dar como resultado materiales más rígidos y tiene un carácter de aislante térmico; además, puede encontrarse en forma de celdas muy amplias, que sirven para el confort.
Paulo Vegette, director del negocio de ICEE de Dow, para la Región Norte de América Latina, comenta en entrevista con Mundo HVAC&R que este tipo de tecnologías se encuentra en transición, como resultado de los acuerdos establecido por distintos organismos a nivel internacional. “Nuestros clientes pueden favorecer a la sociedad con productos que sean más sustentables y que no agredan al medioambiente, lo cual tiene mucho que ver con las políticas públicas. En tal sentido, lo que ocurre en los países desarrollados es que ya no aceptan más productos con hidroclorofluorocarbonos (HCFC)”.
Algunas empresas estamos tratando de que México logre, para diciembre de 2016, una producción de espumas de poliuretano sin contenido de HCFC, para que la producción de esos materiales se exporte a países desarrollados, como Estados Unidos de América y los de la Unión Europa”.
A fin de ser congruentes con esta política ambiental, y como parte de sus metas de sustentabilidad a 2025, la empresa Dow, en conjunto con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México, participaron en la iniciativa para la eliminación de los HCFC en aplicaciones de espumas de poliuretano.
“Esta alianza estimula la utilización de alternativas que disminuyen el daño a la capa de ozono y reducen el efecto del calentamiento global. Las principales industrias que se verán impactadas por dicho cambio son aquellas relacionadas con eficiencia energética, industria e infraestructura y confort”, explicó Paulo Vegette durante la firma del convenio.
Cabe destacar que el PNUD es una división de la Organización de las Naciones Unidas que se encarga de incentivar proyectos cero emisiones y que busca que el crecimiento de los países sea inclusivo, con mejores servicios, sostenibilidad medioambiental, buena gobernanza y seguridad. Se trata de políticas muy importantes, porque inciden favorablemente en la problemática del agotamiento de la capa de ozono. “Con este convenio vamos de la mano con las políticas públicas, al servir, básicamente, para llevar la propuesta del por qué hacer el reemplazo en la industria y del cómo es posible realizarlo; es decir, las tecnologías disponibles para que la industria pueda adoptarlas, ya sea desde el performance del producto final o desde la importancia de contar con elementos aislantes”, indica Vegette.
El convenio, además de toda la parte expositiva, tendrá a su disposición fondos por parte del PNUD, con el objetivo de que los clientes interesados en el tema puedan hacer inversiones en sus plantas y se tenga la posibilidad de generar el cambio de manera más rápida y con mayor competencia.
“Para satisfacer estas necesidades, la compañía cuenta con un amplio portafolio de soluciones hechas a la medida, dirigidas al desarrollo de espumas de poliuretano para refrigeración doméstica y comercial, paneles para construcción, suelas para calzado, entre otras aplicaciones que permiten a nuestros clientes la conversión, sin sacrificar desempeño o calidad”.
Son acciones que tienen como objetivo cumplir los compromisos adquiridos por los países en desarrollo ante el Protocolo de Montreal; tratado internacional que tiene como propósito recuperar la capa de ozono para 2050 y el cual regula el consumo y la producción de los HCFC en el planeta.
A partir de enero de 2017, los consumidores de HCFC del sector espumas incluidos en este programa habrán finalizado sus proyectos de reconversión y ya no utilizarán el HCFC-141b, debido a su impacto negativo sobre la capa de ozono que circunda el planeta.
Además de los parámetros del Potencial de Agotamiento de la Capa de Ozono y del Potencial de Calentamiento Global, desde hace algunos años se han comenzado a discutir otros parámetros sobre estándares para el desarrollo de productos, por lo que acuerdos de tal índole ayudan a generar una infraestructura más estable en el desarrollo de nuevos productos y que la transición sea más sencilla.
Sobre el tema, el representante de Dow indica que “nosotros no sólo buscamos dar una solución del lado del producto, también se piensa en los procesos, ya que se debe tener un desempeño superior que permita, dentro de la innovación de la química, ser más ligeros y que se pueda tener mayor eficiencia energética. Por eso mismo, los productos que se están desarrollando para la transición utilizan menos material, a fin de que tengan un mejor rendimiento en la conservación de energía, pero sin descuidar el confort”.
Conocer alternativas genera mejores soluciones
Como resultado del convenio firmado por la Semarnat, el PNUD y Dow se buscará ofrecer seminarios en varias partes de México, a modo de garantizar que la industria que utiliza y adopta estas tecnologías tenga toda la información y conocimiento acerca de ellas. Aún hace falta mucho por hacer; sin embargo, el sector y las políticas públicas impulsadas en fechas recientes son evidencia de que el camino se ha iniciado y la nueva transición tecnológica rendirá resultados en los próximos años. Cuando menos, es lo que esperan estas instituciones.
Paulo Vegette explica que “hace dos años hubo un incremento importante, equivalente a más del 50 por ciento, en el reemplazo de lo que teníamos en términos de uso de HCFC. Nosotros, en la empresa, no contamos con una solución única, ya que con toda la infraestructura de laboratorio que tenemos podemos hacer un trabajo a la medida y de acuerdo con las necesidades de los distintos clientes, pues cada uno tiene sus procesos, sus tiempos y sus requerimientos y no existe un único agente de soplado en una solución de poliuretano. En otras palabras, aunado a la información, se continúa investigando en el tema”, afirma.
Hablar sobre la conservación energética y el confort se vincula de manera muy estrecha con las necesidades humanas, y al hablar de edificios con una mayor capacidad de ahorro energético, se estará hablando de soluciones que garanticen una operación adecuada y el respeto al ambiente.