De acuerdo con una encuesta realizada en 2014 por la consultora KPMG al sector empresarial mexicano, los directivos consideran a la sustentabilidad como “un tema relevante para el futuro de sus organizaciones”, aunque sólo 36 por ciento de ellos considera su importancia al hacer su planeación estratégica. Esto indica que, aunque las compañías están preocupadas por este tema, aún no toman acciones concretas que se puedan ver reflejadas en beneficios para sus negocios.
El interés por la sustentabilidad y el cuidado ambiental también sigue creciendo, en paralelo a la labor de concientizar a distintos sectores e instituciones sobre la necesidad de adoptar prácticas sustentables que beneficien a las comunidades, la cual ofrece ventajas y beneficios para aquellos que invierten en estas medidas.
Por el contrario, algunos empresarios pueden ver las soluciones sustentables como una importante inversión con altos costos y beneficios intangibles, aunque existan, y estén comprobados, muchos beneficios reales de las inversiones en esta práctica, entre los que se incluyen los resultados finales, donde la efectividad de las alternativas se hace evidente.
Por ejemplo, la mayor parte de los gastos de un edificio proceden de los consumos de electricidad, agua y gas. De hecho, los costos de operación y mantenimiento representan hasta 85 por ciento del costo total de la vida útil de un edificio. En contraste, los costos se reducen de forma significativa a través de la implementación de prácticas sustentables, las cuales también disminuyen el impacto ambiental.
La urbanización impulsa la construcción verde
Las demandas de consumo de energía también impulsan la sustentabilidad en edificios y operaciones. Según la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés), para 2030 el consumo energético en las ciudades se incrementará en 73 por ciento a nivel global, mientras que las emisiones de CO2 crecerán 76 por ciento.
De acuerdo con los resultados del Censo de Población y Vivienda 2010, realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México, alrededor de 72 por ciento de la población, es decir, 81.3 millones de personas, viven en zonas urbanas. Según las proyecciones de crecimiento poblacional, se espera que para el año 2030 existan al menos 20 ciudades con más de un millón de habitantes cada una, haciendo que el consumo de energía crezca exponencialmente año con año.
Ahora bien, el crecimiento urbano refleja una importante necesidad de invertir en prácticas sustentables, pues se requiere disminuir el costo de los consumos energéticos tanto para los dueños de los edificios como para los usuarios que viven en este tipo de complejos.
Es claro que ante esta situación,se tiene que replantear el modelo tradicional de construcción con la finalidad de seguir evolucionando hasta modificar, totalmente, sus materiales y procesos, de manera que las comunidades y el medioambiente puedan prosperar. Por lo tanto, la construcción verde tendrá que ser la tendencia y en ella se tendrán que integrar la planeación del sitio de edificación, la eficiencia en el uso de agua y energía, la selección de materiales y la calidad ambiental interior.
El reto
Sin lugar a dudas, uno de los grandes desafíos que enfrentan los gobiernos y las organizaciones es convencer a ingenieros y arquitectos, así como a directivos de empresas, que la construcción sustentable no es tan costosa como parece. Aún más importante que eso, es necesario convencerlos de que es redituable y puede traer grandes beneficios tras su implementación.
Esto es algo tan cierto que incluso existe un organismo certificador, como el U.S. Green Building Council, que avala las ventajas y beneficios de la construcción sustentable a través del certificado que otorga el Leadership in Energy and Environmental Design (LEED), esquema que aplica en México y en diversos países.
Si bien LEED fue inicialmente concebido en Estados Unidos, se utiliza en otras partes del mundo, existiendo en la actualidad edificios certificados en más de 30 países. En ese sentido, se ha discutido la pertinencia del uso de los criterios LEED en contextos diversos, dado que la certificación se refiere en gran medida a la normativa americana que se aplica y en muchos países se ha cuestionado si es viable aplicarla.
A nivel local, el Distrito Federal, desde 2008, ha impulsado este tipo de edificaciones a través de su Programa de Certificación de Edificaciones Sustentables (PCES), cuyo objetivo es crear un estándar para evaluar los edificios, tanto de vivienda como de comercio, y otorgar beneficios, como incentivos fiscales, descuentos en el pago de predial, concesión de licencias de construcción, entre otros.
A nivel global, 40 por ciento de la demanda de energía proviene de edificios. De ese total, 40 por ciento se utiliza en los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado, situación que ha traído como resultado un planteamiento sobre las acciones que se deben seguir a la hora de construir un edificio verde, sobre todo para que se consideren soluciones de climatización eficientes que pueden reducir los costos de energía y el uso de los recursos naturales, así como aumentar la comodidad de los ocupantes.
Uno de los pasos esenciales para incrementar el número de edificios sustentables, además de sus ventajas y beneficios, es el uso de soluciones innovadoras que maximicen la eficiencia energética. Para conseguir este objetivo, es importante que las organizaciones elijan cuidadosamente a sus proveedores y se aseguren de que los productos, servicios y asesoría que recibirán verdaderamente cumplen con los estándares de sustentabilidad de la industria. Algunas consideraciones para tener éxito en esta elección pueden ser:
- La eficiencia energética comienza con un análisis previo. Todo proyecto de construcción que se presuma de ser sustentable debe de pasar por una evaluación previa, con el fin de tener claras sus aspiraciones y conocer las oportunidades que se tienen para lograr los resultados deseados. Es ideal, por lo tanto, buscar la guía de profesionales, darles a conocer el proyecto y brindarles la oportunidad de conseguir asesoría para obtener mejores resultados. También es recomendable que las organizaciones tengan y comparen propuestas de diferentes proveedores para asegurarse de que incluyan tecnología de punta y de que calculen los ahorros energéticos desde el primer paso de la construcción hasta el final de la vida del edificio. En construcciones existentes, esto definirá la rentabilidad de remplazar un sistema obsoleto por uno nuevo con menores costos de operación y mantenimiento
- Seleccionar cuidadosamente las soluciones ayudará a tener un mejor resultado, sobre todo si se identifican como verdes o energéticamente eficientes. Actualmente, el mercado está plagado de productos y soluciones marcados como sustentables; sin embargo, no todos cumplen con las normas y certificaciones que efectivamente confirmen su carácter sustentable. Además, según los requerimientos del proyecto, serán las soluciones verdes las que puedan implementarse. Por ello, hay que tomarse el tiempo para conocer y evaluar lo que los distintos proveedores tienen en su oferta y adquirir los que ayudarán a conseguir una edificación sustentable
- Los buenos proveedores llevan a su cliente paso a paso. Los proveedores realmente comprometidos con sus clientes conocen las necesidades de sus proyectos; por ello, trabajan de forma conjunta para determinar si la implementación y operación de sus sistemas verdaderamente está generando los resultados deseados de ahorro de energía
En resumen, la rentabilidad en un edificio diseñado con base en una serie de medidas de eficiencia energética es normalmente alta; mientras que el éxito de su desempeño depende del porcentaje de ahorro energético que logre, considerando que se trata del ahorro a lo largo de un año, en el que se evalúa la operación del edificio en su conjunto y la inversión se hace una única vez.
En proyectos en los que se logra ahorro energético, los retornos de inversión siempre se darán en un lapso menor a cinco años, tiempo mínimo que garantiza la operación total del inmueble y el manejo de su mantenimiento. El análisis incluirá desde la energía eléctrica hasta el gas, diesel, agua, entre otros.
Sin lugar a dudas, el futuro de la industria de la construcción se centra en la sustentabilidad. La eficiencia energética es una tendencia, ya que ofrece un gran potencial en México, y en el mundo, para generar ahorros financieros, de energía, operacionales y ambientales.
[author ]Jaime Jiménez
Tiene un título de Ingeniero Civil y una maestría en Administración de Empresas por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Ha recibido diversos diplomas por parte del Programa de Entrenamiento de Graduados Trane, con base en La Crosse, Wisconsin, al haber cursado programas como Ingeniería Profesional de Ventas, Construcción de Sistemas de Administración y Administración del Liderazgo. Actualmente, es director General de Trane y Thermo King de México.[/author]