[dropcap]S[/dropcap]erenidad, conocimiento y experiencia son tres rasgos que encuentran justo asidero en Rodolfo Lacy, subsecretario de Planeación y Política Ambiental de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). Desde que asumió su puesto actual, ha encaminado programas, estrategias y leyes para conformar la política de combate al cambio climático y las emisiones contaminantes que hoy dicta el rumbo nacional.
A su trayectoria en la administración pública la precede una sólida formación académica en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), más tarde en El Colegio de México y que culminó en el Massachusets Institute of Technology, donde realizó estudios de maestría enfocados en la captura de bióxido de carbono en el sector de energía y cuyo proyecto de doctorado contó con la guía inmejorable del doctor Mario Molina, Premio Nobel de Química en 1995 por sus contribuciones a descubrir la descomposición del ozono por la acción del cloro, precedente para la conformación del Protocolo de Montreal.
Modestia aparte, su labor le merece hoy el respeto de sus pares, acaso también porque no duda en compartir su conocimiento con humildad, pues su franca preocupación por solucionar los apremiantes problemas ambientales, recuerda en entrevista, ha sido su pasión desde que era estudiante: “Mientras iba en el transporte hacia la UAM, trataba de pensar en lo que podría hacer para ayudar al ambiente”.
“Hay muy poco desarrollo para la adaptación al cambio climático y requiere de una organización distinta de la sociedad para enfrentar los fenómenos meteorológicos extremos. Tenemos los medios para hacerlo y se tiene que trabajar en eso”
Mundo HVAC&R (MH): ¿Hace cuánto que asumió el cargo?
Rodolfo Lacy (RL): Desde el principio de la actual administración tuve la fortuna de que me invitara el entonces secretario de la Semarnat, Juan José Guerra. Y fui ratificado para este puesto por el Presidente, quien es el que dio la designación oficial. Básicamente en esta subsecretaría se lleva la planeación del sector, lo que no es un tema ajeno para mí porque he estado en distintos momentos, en distintas áreas de planeación dentro del Gobierno.
En especial, esta subsecretaría atiende las negociaciones de cambio climático, temas de política en la materia, el manejo de información ambiental, la planeación territorial y demás asuntos relativos.
MH: ¿Cuáles han sido los principales avances en la subsecretaría desde su llegada?
RL: Aplicamos la Ley General de Cambio Climático en su totalidad. Ahora, prácticamente estamos trabajando para constituir un mercado de bonos de carbono; queremos evolucionar la gestión climática de acuerdo con el mandato que tenemos de la Ley. Al iniciar este gobierno creamos el Fondo del Cambio Climático.
De igual forma, se creó la Comisión Intersecretarial de Cambio Climático, el consejo dirigido por el doctor Mario Molina. Se realizó la Estrategia Nacional del Cambio Climático, con una visión de metas a 10, 20 y 40 años. Asimismo, se hizo el Programa Especial de Cambio Climático y se negoció y diseñó el impuesto al carbono; somos prácticamente el único país que tiene un impuesto al carbono de naturaleza universal para todos los combustibles fósiles. También se puso en marcha el Impuesto Verde, que está enfocado en el uso adecuado de los plaguicidas. Ambos son los dos primeros impuestos verdes con que se cuenta en el país.
Por otra parte, se hicieron las negociaciones para el Acuerdo de París, ya que también somos el primer país en vías desarrollo en presentar sus compromisos autodeterminados. El hecho de que se haya establecido el Sistema Nacional de Cambio Climático, tal y como lo especifica la ley, es un cambio fundamental.
MH: Recién se dio a conocer que las emisiones de gases de efecto invernadero alcanzaron niveles récord durante 2015, ¿cómo participa México de esta cifra y qué acciones está implementando la Secretaría para mitigarlas?
RL: Estamos visualizando la mitigación de cambio climático para el periodo y compromiso del Acuerdo de París: 22 % para gases de efecto invernadero y 51 % para carbono negro, que es un contaminante climático de vida corta, ya que no es un gas, es una partícula, y lo que estamos previendo es un conjunto de acciones. Entonces, un primer esfuerzo que el país puede realizar para alcanzar estas metas es ser precisamente más eficientes en el uso de la energía.
Un segundo esfuerzo es aprovechar otras energías que no son fósiles y que son muy abundantes en México, particularmente la eólica, la solar y la geotérmica; eso nos llevaría a un horizonte del uso de 37.7 % de energía limpia, que sea libre de gases y compuestos de efecto invernadero a 2030.
La eficiencia energética, para ser más específicos en la primera cuña, aplica a todos los vehículos de uso intensivo y para vehículos ligeros o pesados, homologando nuestros estándares con Estados Unidos y Canadá, en todos los sentidos, incluyendo los gases de refrigeración de mitigación regulatoria.
En este sentido, la primera acción de mitigación regulatoria que tomamos en esta Administración en materia de gases fue expedir una norma para eficiencia energética y control de gases de efecto invernadero para la fabricación de autos nuevos en nuestro país. Así también, entro el control de aires acondicionados, dando crédito a aquellas empresas y fabricantes de vehículos que introdujeron esta nueva tecnología a los sustitutos del refrigerante 134-a.
MH: ¿Qué sectores productivos registran el mayor nivel de emisiones y cuál requeriría mayor atención para cumplir con las metas que México ha asumido internacionalmente?
RL: Los sectores que emiten más gases de efecto invernadero son (la generación de electricidad) y el sector transporte, que emite CO2 de manera directa por procesos de combustión, también emite un poco de metano y algo de óxido nitroso por el escape. Estamos tratando de introducir vehículos a gas natural y vehículos que tengan mejor tecnología como los híbridos y los eléctricos.
El sector eléctrico está migrando hacia combustibles de menor intensidad de carbono, como el gas natural, y energías renovables; junto con la Secretearía de Energía, hemos establecido una ruta tecnológica para que esto ocurra.
MH: ¿Cómo debería trabajarse a nivel país para cumplir con estas metas?
RL: Básicamente con regulación. Solamente tenemos una norma para fijar límites máximos permisibles de gases de efecto invernadero, que es la de vehículos nuevos en planta; pero necesitamos desarrollar una para vehículos pesados, para la industria en general, y esta regulación que se tiene que dar viene asociada de un conjunto de instrumentos que facilitan la aplicación de la normatividad. Ya tenemos el impuesto al carbono, pero estamos por crear los mercados de carbono, para que precisamente sea más fácil para la industria cumplir con estas metas.
MH: ¿Considera que el crecimiento del sector de la edificación y su creciente demanda de equipo de climatización y refrigeración podrían actuar en detrimento de los esfuerzos realizados?
RL: Definitivamente el sector de las edificaciones está creciendo rápidamente, cada vez se usan más aires acondicionados. En nuestras casas tenemos desde aparatos hasta sistemas de aires integrales, los cuales están creciendo mucho en el sector casa habitación. Afortunadamente, hay una tendencia para empezar a tener edificios verdes y certificarlos.
Tenemos una norma de edificaciones sustentables, pero no es una obligatoria, es una Norma Mexicana indicativa, y ésta tiene que evolucionar hasta convertirse en una norma obligatoria.
Hay tres vertientes de control de gases de infecto invernadero. Uno es que las edificaciones tengan un diseño bioclimático para mantener el consumo de energía y tener las condiciones de confort dentro de viviendas, escuelas, oficinas, y se dé por diseño en una primera instancia y no tanto por soluciones tecnológicas. Otra vertiente es el tipo de combustibles que se utilizan. México, tradicionalmente, ha usado el gas LP para calentar agua y comida, pero estamos migrando al gas natural y ya también empezamos a tener calentadores solares. La idea es usar menos combustibles fósiles y más renovables en las edificaciones de nuestro país. Un tercer elemento es el que estamos comentando de aires acondicionados. Además del diseño bioclimático, una de ellas es utilizar gases que no dañen la capa de ozono y que tengan menor potencial de calentamiento global; para ello, hay un conjunto de nuevos gases y soluciones que así te lo permiten.
MH: ¿Se han definido estrategias para trabajar más de cerca con los diferentes actores de este sector?
RL: Tenemos mesas de trabajo. El país cuenta con una unidad de protección de la capa de ozono, que se ha distinguido por su gestión y eso nos ha servido de plataforma para el diálogo con la industria, pero también con la cadena de servicios asociados a la industria de la refrigeración.
MH: Con la salida de los HFC del mercado, ¿qué alternativas se buscaría impulsar?
RL: Sería utilizar tecnologías que en algún momento fueron importantes y que ahora están resurgiendo como nuevas soluciones termológicas, como el bióxido de carbono, que sería el que más nos podría interesar para crear soluciones de refrigeración. Las bombas geotérmicas de calor son arreglos tecnológicos que permiten bajar la factura de uso de gases de refrigeración, por lo que es una opción de corto plazo también.
En el tema de cambio climático, el mayor desafío fue consensuar a nivel nacional una postura de país en la negociación del Acuerdo de París. Tuvimos que hacer consultas públicas de una estrategia nacional, después un programa especial y, posteriormente, de la postura del país ante la comunidad internacional.
México tiene una vertiente de la que hemos platicado, que es un reto de mitigación, porque tenemos que mantener nuestro nivel de competitividad a nivel internacional: el control de los gases. Esto nos va a llevar a nuevos desarrollos tecnológicos, nuevas empresas y servicios, que sean de bajo carbono, pero el proceso de adaptación al cambio climático también es una necesidad para el país. Hay muy poco desarrollo para la adaptación al cambio climático y requiere de una organización distinta de la sociedad para enfrentar los fenómenos meteorológicos extremos. Tenemos los medios para hacerlo y se tiene que trabajar en eso.