En muchos foros se ha estado mencionando la palabra biofilia o diseño biofílico. Pero parece que la definición de este concepto todavía no está muy difundida en nuestra industria. La hipótesis de la biofilia fue planteada desde 1984 por el profesor norteamericano E.O. Wilson, quien establece que el ser humano tiene afinidad por el mundo viviente, por los seres vivos en su entorno, como una característica innata y genética.
Esta concepción tiene muchas implicaciones, como que el contacto con otros seres vivos mantiene el bienestar y la salud del ser humano, y que su ausencia implica en sí un proceso de estrés. Durante los siguientes años se desarrolló una tendencia de diseño llamada diseño biofílico, la cual busca que los edificios, desde su concepción, tengan elementos vivos: plantas, muros y azoteas verdes, y que otorguen a los usuarios un mayor contacto visual y de experiencia durante su vida cotidiana, con un entorno vivo. Estos entornos no son solamente de plantas, sino que pueden tener un diseño que atraiga biodiversidad, como aves, mariposas y otras especies.
Si bien, no está del todo demostrada que esta característica sea innata y genética como se planteó originalmente, muchos estudios indican que la presencia de la naturaleza efectivamente incrementa nuestra salud e, incluso, nuestra capacidad recuperación de muchas enfermedades físicas, mentales y de procesos de estrés. Por ejemplo, en el estudio GreenCity, realizado el año pasado por el Departamento de Salud Pública de Toronto, Canadá, se analizó el impacto en la salud de los habitantes a partir del contacto con seres vivos de otras especies. Así, 65 por ciento de los estudios presentó un impacto positivo en el rubro de salud física. Mientras que 91 por ciento de los estudios indicaron, del mismo modo, un impacto positivo respecto a salud mental. Finalmente, de los estudios centrados en bienestar general, se documentó que 79 por ciento presentó una mejoría relacionada con el contacto con la naturaleza.
Por otro lado, de acuerdo con el estudio “Salud, Bienestar y Productividad en Oficinas”, publicado por el World Green Building Council, en la operación de oficinas, 90 por ciento del capital invertido se destinó no a la infraestructura o a la renta, sino al pago de salarios y compensaciones a los empleados. Dado que el contacto con la naturaleza está relacionado con mantener un adecuado nivel de bienestar y promueve la salud, es claro que un diseño que mantenga este contacto puede ofrecer interesantes retornos a quienes invierten en ello, si no de manera económica, sí en forma de reducción de ausentismo, disminución en la rotación de personal y crear lealtad en los empleados. Pero, para ello, es necesario medir y convertir en unidad montería los impactos sociales y en productividad de estas medidas, no sólo los relacionados con los costos energéticos o de suministros.
Independientemente de que la ciencia confirme si esta afinidad por la vida proviene de temas genéticos, aprendidos, sociales o heredados, lo cierto es que hay evidencia de que la naturaleza es un factor importante en la calidad de vida, la productividad y la salud de las personas. Por ello, el diseño biofílico es una alternativa de gran interés para el desarrollo de nuestro entorno construido.
[author image=”http://www.mundohvacr.com/wp-content/uploads/2015/08/A0MH0077811.jpg” ]Mauricio Ramírez
Cuenta con 10 años de experiencia en Diseño, Construcción y Gerencia de proyectos. Es LEED AP y Sustainability manager de Lend Lease en México. Se graduó del programa de certificación profesional en Biomimicry por el Biomimicry Institute. Actualmente, es profesor titular de Biodiseño en el ITESM, Campus Ciudad de México. También, participó en el desarrollo de lineamientos de sustentabilidad para los proyectos del programa Habitat de Naciones Unidas, en conjunto con la Sedesol y el Colegio de Ingenieros Ambientales.[/author]
1 comentario
¿si ubiera la necesidad de algun apoyo en algun proyecto estarias en la posibilidad de apoyarnos para avalar la propuesta?