Con el fin de incentivar en la sociedad el cuidado del medio ambiente, el proyecto de esta certificadora de edificios sustentables busca realizar una evaluación adecuada al contexto mexicano que analice tanto aspectos relacionados con la construcción, el diseño arquitectónico y el comportamiento de los usuarios, como las condiciones climatológicas y la normatividad mexicanas
Francisco Cruz
La sustentabilidad es tema del momento, a pesar de que no está claro qué implica este concepto y si se puede aplicar en cualquier ámbito. Actualmente, el cambio climático global es la mayor amenaza que enfrenta la humanidad porque eleva la temperatura promedio del planeta. Esto afecta el ciclo del agua; genera un desequilibrio ecológico en la tierra; produce desastres naturales, y daña comunidades, cultivos y ecosistemas.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) y con base en diferentes modelos matemáticos, se puede asegurar que para el año 2100 la temperatura en México aumentará 4 ºC, en la frontera con Estados Unidos, y entre 2.5 ºC y 3.5 ºC, en el resto del país.
Existe una probabilidad de 90 % de que el cambio en el clima se deba a las actividades humanas. Así, el objetivo del proyecto de la Certificadora Mexicana de Edificios Sustentables (Cemedis) es crear una metodología que adecúe, a las condiciones específicas de México, los parámetros de evaluación en esta materia, tomando como referencia la norma mexicana del año 2013 que trata de edificación sustentable, NMX-AA-164-SCFI-2013, el Código de Edificación de Vivienda (CEV), de la Comisión Nacional de la Vivienda (Conavi), y lo dispuesto por el Organismo Nacional de Normalización y Certificación de la Construcción y Edificación (ONNCCE). Se busca generar, con ello, una mayor conciencia sobre el desarrollo de las construcciones en todas sus etapas de vida (planeación, funcionamiento y posible demolición) y de incentivar en la sociedad prácticas de sustentabilidad para ayudar a contrarrestar el cambio climático.
Existen países con sistemas de certificación propia y algunos que incluso cuentan con dos o más sistemas. En México, a pesar de que se ha incrementado el número de certificaciones de edificios sustentables de otros países, éstas no toman en cuenta las normas mexicanas, las condiciones climatológicas y la región donde se proyectan las construcciones; además, no existe un seguimiento de las construcciones certificadas que asegure el correcto funcionamiento y los resultados esperados de una certificación.
Metodología de evaluación
La metodología de evaluación se basa en el análisis de tres aspectos. En primer lugar, las zonas climáticas de México en que se hará la edificación, clasificadas según los cuatro principales climas del país (árido, trópico seco, templado y trópico húmedo). En segundo lugar, el uso que se le dará al edificio. En tercer lugar, el análisis de los usuarios que habitarán estas construcciones. A cada elemento se le otorgará un puntaje determinado.
Eficiencia de los recursos
La energía es un criterio útil para determinar el grado de sustentabilidad de los materiales de construcción elegidos, pero no el único: se deben considerar otros impactos, como la contaminación del aire y del agua. Este primer rubro trata del manejo eficiente de los recursos, desde la etapa de planeación del proyecto hasta la operación del edificio y la terminación del mismo.
Según los elementos señalados en el esquema, tanto en la etapa de planeación como en la de operación, se puede alcanzar hasta 35 puntos. La ponderación de puntajes por temas se basa en la NMX-AA-164-SCFI-2013, el CEV y el ONNCCE.
Una gestión de la obra que sea respetuosa con el medio ambiente y la ejecución correcta de ciertos aspectos de trabajo puede mejorar notablemente el rendimiento del edificio. En la etapa de terminación, se puede obtener hasta 30 puntos.
Calidad del ambiente interior
El confort es esencial para la creación de ambientes humanos saludables, que suelen basarse en la iluminación, la ventilación y el uso de materiales naturales. Este segundo aspecto de evaluación se divide en cuatro más, que se relacionan con la comodidad dentro de los espacios: confort térmico, calidad del aire interior, confort acústico y confort lumínico. Estos factores constituyen los requerimientos mínimos de los edificios para no afectar la salud física y emocional de los usuarios.
La calidad del aire interior está determinada por la calidad del aire en el exterior del edificio, por las emisiones de contaminantes en el interior, por el caudal de ventilación y por la eficacia de los sistemas de filtración y el grado de mantenimiento de las instalaciones mecánicas o de otro tipo.
Es importante procurar una buena calidad del aire interior, ya que una mala calidad tiene consecuencias negativas en la salud humana, sobre todo, en las vías respiratorias. Este aspecto puede alcanzar hasta 20 puntos si se cumple con los requisitos, que consisten en que exista tanto una renovación de aire dentro los espacios como una correcta ventilación.
El tercer tema de evaluación trata de la acústica y se define por el cumplimiento de los estándares y requerimientos de resistencia acústica, por los tiempos de reverberación y por los niveles de ruido que se toleran para realizar actividades como concentrarse, escuchar, conversar, leer, dormir. Puede alcanzar hasta 20 puntos.
Ya que la luz natural es beneficiosa para la salud y la carencia de ésta puede causar depresión, enfermedades, trastornos del sueño y de concentración, el confort lumínico es el último tema de esta sección y con él se analiza si se aprovecha la máxima iluminación natural posible, con base en las normas que señalan la cantidad de iluminación que debe existir. Por cumplir con este factor, se obtiene hasta 30 puntos.
Inclusión social
Se divide en dos aspectos. El primero es el sociocultural, en el que se podrá obtener hasta 10 puntos en caso de que el proyecto aporte un beneficio a su entorno inmediato y de que se integre al contexto, genere cohesión social, ayude a resolver los problemas de la comunidad, respete la cultura local y suscite prácticas sustentables. El segundo tiene un alcance de 10 puntos y trata de monitorear, en los años consecuentes a la certificación, los resultados y ahorros de los edificios sustentables.
Hablar de sustentabilidad implica utilizar cálculos numéricos, vectores relacionados con los objetivos y mediciones que se han de ir actualizando y replanteando continuamente. En este proceso de certificación, se contemplará una mayor puntuación para el rubro de eficiencia energética y de calidad del ambiente interior (100 puntos), y una menor para el de la inclusión social (20 puntos). Esto se hace con el fin de evaluar, graficar y calificar por separado ambos aspectos.
En la década de 1960, la arquitectura moderna potenció una cultura de consumo, en contraposición con los criterios de la arquitectura posterior, que se ha modificado para estar acorde con el medio ambiente y ser sustentable.
Este replanteamiento conduce a la certificación de las construcciones para contrarrestar el cambio climático. El objetivo final es construir una especie de biósfera y, de esta manera, gestionar con eficacia los recursos energéticos para generar una buena calidad de vida.
La Cemedis busca implementar prácticas sustentables en las construcciones, adaptándose a las normas nacionales, a los usuarios y al tipo de edificio, y considerando rubros que otras certificadoras no toman en cuenta en México. Del método de certificación de Cemedis 1.0, se obtiene la ventaja de una evaluación a detalle para identificar fácilmente las prácticas sustentables que más se utilizan, las que se pueden implementar y las que se debe reforzar.
La Cemedis fue creada para dejar una huella en el cuidado del medioambiente, que se deteriora cada vez más, y en el desarrollo social y económico de las personas.
[author ]Francisco Cruz
Arquitecto egresado de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca y Maestro por la Universidad de las Américas Puebla. Cursó la especialidad en espacios habitables y se dedica al estudio de los espacios edificados para vivienda y su relación inmediata con su contexto social, económico y ambientalChile.[/author]