Una de las opciones para producir energía y evitar la emisión de dióxido de carbono en el ambiente es la tecnología nuclear. Según el investigador Juan Luis François Lacouture, ingeniero de probado reconocimiento en este rubro, las centrales nucleares utilizan cantidades mínimas de combustible, se responsabilizan de sus residuos y producen una alta densidad de energía, por lo que deberían ser consideradas con mayor seriedad como una alternativa viable para México
Mario Nájera Corona
Para este investigador, la ingeniería es una vocación, un placer profesional que se volvió parte de su vida. Desde que era adolescente, se sintió atraído por las ciencias, en especial por la biología y psicología. Más adelante, en un afán por aplicar el conocimiento científico con el fin de resolver problemas reales y tangibles de la cotidianidad, se encaminó hacia el estudio de la ingeniería.
Desde sus clases de física y química en secundaria, conoció y se apasionó con la complejidad de la materia, de los átomos y la función de núcleos y electrones. Cuando llegó el momento de elegir una carrera universitaria, se enfrentó al problema de que en México no se impartía una licenciatura especializada en energía nuclear, y que lo más cercano era ingeniería química.
Corría el año 1975 y, entre las opciones de estudio, el joven Juan Luis descartó la Universidad Nacional Autónoma de México debido a que se encontraba inmersa en la vorágine generada por la creación de la representación sindical por parte de personal académico y administrativo. Por su parte, en 1974, se había fundado la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), a la cual ingresó en la carrera de Ingeniería en Energía, novedosa en aquella época.
Durante los últimos trimestres, tomó asignaturas sobre energía nuclear con profesores que trabajaban en el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ), creado a partir del Instituto Nacional de Energía Nuclear.
En 1979, Lacouture realizó su proyecto final de titulación en el ININ, donde comenzó su vida laboral gracias a la apertura de plazas en ese mismo año. A partir de la elaboración del Programa Nucleoeléctrico Nacional de 1980, que planteaba la construcción de 20 reactores para el año 2000, se otorgaron varias oportunidades de crecimiento académico, como becas para estudiar en el extranjero. Uno de los beneficiados fue él, por lo que pudo viajar a Francia para cursar la maestría en Ingeniería Nuclear y el doctorado en Ciencias Físicas con especialidad en física de reactores nucleares.
En 1999, justo antes de que comenzara la huelga de casi un año en la UNAM, se integró el Grupo de Ingeniería Nuclear a la Facultad de Ingeniería (FI), con profesores expertos en sistemas nucleoeléctricos y de energía, entre los que se encontraba el doctor Lacouture, quien comenzó a impartir cátedra en la División de Ingeniería Eléctrica y en la de posgrado, con asignaturas como Fundamentos de energía nuclear y Análisis de reactores nucleares. El doctor François opina que los alumnos que se especializan en sistemas nucleoeléctricos son personas a las que les apasiona el tema y que lo consideran un reto para superarse, lo cual demuestra que entre los jóvenes esta disciplina sigue siendo una novedad, a pesar del tiempo que lleva estudiándose en el mundo. “Lo que les enseñamos no se ve en ninguna otra carrera de la Facultad. La ingeniería nuclear se nutre de todo tipo de ingenierías, por lo que la consideran un desafío intelectual”.
La generación de energía eléctrica con base en combustibles fósiles representa un problema a nivel mundial por la cantidad de emisiones dañinas para el ambiente; sin embargo, producir electricidad a partir de centrales nucleares puede ser una solución para el calentamiento global y la creciente demanda de energía de la población del planeta
Energía nuclear: una energía limpia
La generación de energía eléctrica con base en combustibles fósiles representa un problema a nivel mundial por la cantidad de emisiones dañinas para el ambiente; sin embargo, producir electricidad a partir de la energía nuclear puede ser una solución para el calentamiento global y la creciente demanda de energía de la población del planeta.
¿Qué caracteriza a las plantas nucleares para ser consideradas como una energía limpia? Lacouture manifiesta que la tecnología nuclear es la única que se responsabiliza de sus desechos con el fin de no causar estragos en el medioambiente, a diferencia de las plantas que utilizan combustibles fósiles que emiten gases invernadero, ceniza y humo, para los cuales no existe un proceso de contención.
La energía nuclear produce desechos a partir del combustible gastado en los procesos de fisión; no obstante, las cantidades de combustible son mínimas, por lo tanto, los pocos residuos son confinados bajo estrictos parámetros de control: se contabilizan, acondicionan y depositan en lugares exclusivos para no contaminar e, incluso, es viable que sean reprocesados a fin de recuperar los elementos reciclables, subraya el doctor.
Otra ventaja de la energía nuclear es la alta densidad de energía que produce a través de la fisión nuclear, proceso por el cual átomos pesados se separan en otros de menor número atómico, lo que provoca la liberación de un millón de veces más energía que un proceso de combustión.
A pesar de todos estos beneficios, la población teme hablar de la energía nuclear porque los accidentes de los reactores de Chernóbil y Fukushima en las últimas décadas han causado preocupación, y no se toma en cuenta que en el mundo existen más de 400 reactores nucleares que han cumplido con sus funciones de manera totalmente segura. ¿Está México listo para ampliar sus horizontes en materia de energía nuclear?
Panorama nacional de la Energía Nuclear
La Secretaría de Energía (Sener) se ha comprometido a generar, para el año 2050, electricidad a partir de energías limpias en un 50 por ciento, por ejemplo, a través de la energía solar o eólica. El doctor François Lacouture opina que si no se incluye a la energía nuclear dentro de los planes de la Sener, es poco probable que se llegue a la meta prevista, porque las plantas solares o eólicas no producen la gran cantidad de electricidad de un reactor nuclear. En el Programa de Desarrollo del Sector Eléctrico Nacional de la Sener se especifica que planea poner en marcha tres reactores nucleares para los años 2028, 2029 y 2030; sin embargo, informa muy poco sobre estos proyectos: en la radio comunican sobre las plantas de energía solar y eólica que se han puesto en marcha, mas no hacen referencia al uso de energía nuclear. “Creen que hablar de lo nuclear es políticamente incorrecto, tal vez piensan que causarán movimientos en contra”. México ya cuenta con una planta nuclear en funcionamiento, la Central Nuclear Laguna Verde, y su historia puede reflejar cómo se llevan a cabo este tipo de proyectos: en la década de 1960 se puso en marcha el plan, pero una mala administración detuvo su construcción. Luego, en el sexenio de José López Portillo lo retomaron y, aunque comenzó su cimentación, otra vez se detuvo por falta de recursos.
Fue hasta 1990 cuando la Central Nuclear dio servicio, después de pasar por rigurosas pruebas de seguridad que descartaron cualquier tipo de accidentes.
Este ejemplo ilustra el problema de los cambios de administración en cada sexenio. Para anticiparse a ello, el doctor Juan Luis señala que se necesita tener preparado todo el proyecto antes de las elecciones de 2018 y 2024, con el fin de que no se pierda tiempo y se cumplan las metas para 2030. Asimismo, considera importante comenzar de inmediato los trámites legales, la programación de los concursos de los reactores y planear sus posibles ubicaciones.
También se debe tener en cuenta los tiempos de construcción, que son de seis años, aproximadamente, si se ocupan las nuevas técnicas de edificación. Destacó que Japón ha levantado centrales en cuatro años, pero en México no es posible romper ese récord, por ahora: “En diez años de proyecto se podría lograr la meta, pero nos tenemos que apurar porque sabemos que un presidente recién llegado no lanza de inmediato proyectos de esta magnitud”.
En resumen, México considera viable la integración de plantas nucleares, a fin de satisfacer las necesidades de energía eléctrica, las cuales van en aumento a la par del crecimiento demográfico y del rápido avance tecnológico. Según el ingeniero, no hay otra forma de generar grandes cantidades de electricidad más que por medio de los reactores nucleares, y en el país existe el interés para invertir en su construcción.
La Facultad de Ingeniería de la UNAM y la energía nuclear en México
El doctor François Lacouture observa que uno de los principales problemas para la mayoría de los estudiantes mexicanos de Física en reactores nucleares es la falta de oportunidades laborales en el área, debido a que sólo existe una planta nuclear en el país. Alumnos de maestría y doctorado se integran a proyectos universitarios y del Conacyt, o en secretarías gubernamentales, como la Sener o la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias. “La formación de los muchachos en este momento se guía más por su propio interés en el tema que por las posibilidades de empleo”.
Con la puesta en marcha del plan de la Sener, la situación de los egresados, lo mismo que los planes de estudio de las universidades, deben cambiar, pues la formación de recursos humanos es un asunto estrechamente vinculado a los planes de la Sener con el fin de contar con personal más capacitado para operar esta clase de reactores en 2030, opina el doctor.
Por otra parte, enfatiza que una planta nuclear requiere de poca cantidad de ingenieros nucleares, y de una mayor de mecánicos, civiles, eléctricos electrónicos, que hayan cursado o tengan una especialización de energía nuclear. De ahí la importancia de la enseñanza de asignaturas relacionadas con sistemas nucleoeléctricos en las etapas finales de la licenciatura y los programas de posgrado que se imparten en la Facultad de Ingeniería.
El doctor Juan Luis propuso la creación de una nueva carrera en la FI, Ingeniería Energética, Ambiental y Seguridad, la cual buscará capacitar a los estudiantes para egresar con un perfil de ingeniero en energía con bases sólidas de elementos relacionados al cuidado del medioambiente y la seguridad, con el objetivo de solucionar problemas del sector energético. Asimismo, esta licenciatura permitiría crear más recursos humanos que respondan a la demanda de energía eléctrica y hacer más factible la construcción de los tres reactores nucleares para finales de la siguiente década.
Otro campo de oportunidad en la UNAM, según Lacouture, es expandir las clases optativas de energía nuclear hacia la División de Ingeniería Mecánica e Industrial, pues en estas licenciaturas los alumnos están más preparados en termodinámica, transferencia de calor y mecánica de fluidos, disciplinas esenciales para entender los procesos nucleares.
Para finalizar la entrevista y a manera de mensaje de un profesor comprometido con el desarrollo del país mediante la formación de una nueva generación de jóvenes que respondan con excelencia a los retos nacionales, el doctor Juan Luis François Lacouture expresa: “Cualquier cosa que quieras llegar a ser, hay que hacerlo con convicción, entusiasmo, bases y conocimiento. La energía nuclear tiene mucho futuro”.
Texto tomado de la Gaceta oficial No. 16 de la Facultad de Ingenieria de la Universidad Nacional Autónoma de México