Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las muertes causadas por enfermedades respiratorias y cardiovasculares han aumentado diez por ciento en México durante los últimos años. Anualmente, añade el organismo, se registran 14 mil 700 muertes asociadas a estos males, producto de la alta contaminación atmosférica. En 2016, las ciudades más contaminadas del país fueron Monterrey (86PM10), Toluca (80PM10), Salamanca (60PM10), León (58PM10), Irapuato (55PM10), Silao (51PM10), Ciudad de México (42PM10), Guadalajara (41PM10) y Puebla (32PM10).
La contaminación en interiores (casas, escuelas, transporte, oficinas, etcétera) también es causante de distintos malestares respiratorios. De acuerdo con la Fundación Europea del Pulmón se han detectado 900 compuestos en el interior de las edificaciones y, en algunos casos, se encuentran cinco veces más concentrados que en el exterior. Este tipo de contaminación causa 2.7 por ciento de la carga global de enfermedades y está relacionada con 1.5 y 2 millones de muertes al año.
Algunos contaminantes como el humo de tabaco, combustibles, materiales de limpieza, alérgenos, plantas, polvo, humedad, entre otros, pueden combatirse mediante una buena ventilación de área y un sistema de filtración de aire.
El Instituto Nacional Americano de Estándares (ANSI, por sus siglas en inglés), de hecho, publicó una serie de lineamientos necesarios para que un edificio cuente con una ventilación necesaria y aceptable. Asimismo, designa cuánto aire debe filtrarse, dependiendo de la contaminación en el exterior y si se debe introducir aire por los sistemas de ventilación a 17 CFM por pie cúbico al minuto por persona.
Los sistemas de purificación y filtración son de gran utilidad, ya que en el aire citadino existen contaminantes muy nocivos para la salud humana. Los limpiadores existentes contienen filtros muy densos que, al atrapar el polvo, también captan el aire, causando el declive en la presión con la que circula el aire en un edificio.
Fuente: Trane