Esta disciplina está cobrando gran relevancia en los diferentes actores involucrados en la construcción y diseño de edificios sostenibles. Esta situación afecta a la industria HVACR, debido al mayor gasto energético en los sistemas; sin embargo, existe la oportunidad de combinarlos con la bioclimática para hacer más eficiente su desempeño e incrementar los ahorros económicos
Danahé San Juan
La Facultad de Arquitectura (FA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) organizó el 12º Congreso de Arquitectura con Alta Tecnología Bioclimática y Diseño Sustentable, dirigido a arquitectos, urbanistas, ingenieros y profesionales de carreras afines, así como académicos, investigadores y estudiantes relacionados o interesados en el manejo sostenible de los recursos naturales, para beneficio de la sociedad y el ambiente en las urbes.
El objetivo de la bioclimática es sacar el máximo provecho de los recursos naturales para ofrecer mayor confort dentro de un edificio, a un gasto menor. Esto a través de un diseño inteligente que considere las estaciones del año, las particularidades geográficas y climáticas del lugar donde se sitúe la edificación, las características de los sistemas HVACR con que cuente el inmueble, el aprovechamiento de las energías limpias, etcétera.
Es por esta razón que durante el congreso, expertos de diferentes despachos arquitectónicos presentaron algunos de sus más destacados proyectos para hablar sobre las aplicaciones, retos y oportunidades que ofrece la bioclimática, con miras hacia la sostenibilidad.
Marcos Mazari, director de la FA, señaló la importancia de recurrir a la investigación multi e interdisciplinaria para que los planes arquitectónicos estén mejor sustentados y, por ende, ofrezcan mayores beneficios para los dueños, operadores y usuarios de los inmuebles. Asimismo, precisó que a estas iniciativas hay que añadir la explotación de la generación distribuida de electricidad, a través de granjas solares, paneles solares, generadores eólicos, tecnología LED, etcétera, sumados al desarrollo de espacios verdes, reducción de la huella de carbono, lucha contra el cambio climático, eficiencia energética, ciudades inteligentes, entre otras herramientas y estrategias.
Investigar para certificar
Éste fue el título del primero de tres paneles en que se dividió el congreso. En él, Alicia Silva, directora general de Revitaliza Consultores, Felipe Flores, director de Operaciones de Torre Mayor y Mario Jesús Carmona de Proyectos y Construcción Sostenible de la UNAM charlaron acerca de lo fundamental de que los profesionales de la arquitectura realicen investigaciones en torno a las oportunidades que ofrece la aplicación bioclimática. También es preciso que se acerquen a otras disciplinas y a los fabricantes de productos HVACR, para que la instalación de estos sistemas se haga de tal manera que aumente su eficiencia.
Previo al primer panel del congreso, Jimena Fernández, directora creativa en Space, expuso algunos de sus casos de éxito en la Ciudad de México. Además señaló que la certificación es una cuestión de inversión económica, cultural, social, incluso individual, ya que el impacto personal es muy significativo, pero a nivel corporativo se habla de un beneficio exponencial.
Emplear un método de investigación aplicado para el desarrollo de proyectos bioclimáticos y sustentables es uno de los primeros pasos a seguir si se quiere construir un edificio sustentable, eficiente y que proporcione el mayor confort a los usuarios. Si además se tiene el objetivo de conseguir una certificación que lo avale como un edificio sustentable, los arquitectos se deben valer de prácticas y materiales respetuosos del medioambiente, desde el momento en que se realiza la planeación y el diseño del proyecto. También se recomienda analizar la ubicación para aprovechar al máximo las condiciones naturales para su construcción, operación, renovación e incluso demolición.
Investigación aplicada en la Academia
El segundo panel contó con la presencia de Adriana Lira, profesora de la FA de la UNAM, Víctor Fuentes, profesor de la Universidad Autónoma de México (UAM) y Homero Hernández, director asociado de la empresa Soluciones Corporativas para Arquitectura y Planeación (SCAP).
Ellos hablaron sobre la necesidad de que las instituciones académicas actualicen sus planes de estudio para que los alumnos y futuros arquitectos obtengan información actualizada y herramientas para enfrentar los retos que demanda la actualidad: cambio climático, aprovechamiento de recursos naturales, energías verdes, materiales ecoamigables, entre otros elementos disponibles para la edificación sustentable.
De igual forma, se destacó la importancia de que los organismos educativos continúen desarrollando trabajos de investigación que lleven hacia la innovación de tecnología amigable con el medioambiente, y que además ofrezca importantes porcentajes de ahorro. Los resultados de esas investigaciones son información que debe ser transmitida, ya que el conocimiento debe compartirse para que los beneficios de una indagación se extiendan hacia todas las edificaciones. Al mismo tiempo, se debe pensar en el usuario final. Por ejemplo, en un edificio de uso comercial, donde los empleados se encuentran dentro de oficinas, puede ser difícil que existan las condiciones adecuadas para que haya una temperatura o iluminación confortables. Ante esto, un buen diseño arquitectónico contemplaría el aprovechamiento de las corrientes de aire y de la luz solar para ventilación e iluminación natural, respectivamente, logrando ahorros económicos por la reducción del gasto en electricidad, pero también empleados más contentos y productivos.
Applied Research: Transferencia de Tecnología
En el último panel, Tabitha Tavolaro, directora asociada en ARUP NY, y Julieta Boy, gerente de proyectos en LBR, enfatizaron la necesidad de que haya avances tecnológicos e intercambio de conocimientos, habilidades, métodos de diseño y de fabricación, entre los gobiernos, instituciones académicas y organismos empresariales.
Lo positivo de este actuar es que sería posible asegurar que los avances tecnológicos, científicos y educativos conllevarían a una mejor disposición de la bioclimática, así como la promoción del trabajo colaborativo entre dos industrias que impactan directamente sobre el crecimiento de las edificaciones sustentables. Esto no significa que el aire acondicionado, la ventilación mecánica y la calefacción pasen a ser prescindibles, pues hay momentos del día y la noche o temporadas climáticas en las que su uso es indispensable para mantener el confort, pero su aplicación sería aún más eficiente de lo que sus fabricantes se han empeñado en conseguir.