Organizado por el Instituto Biomimicry, la edición 2017 del concurso global de Biomimesis (diseño inspirado en la naturaleza) estuvo enfocada en el cambio climático y en cómo esta disciplina puede ayudar a contrarrestar sus efectos. Uno de los finalistas fue Thermosmart, un equipo conformado en su mayoría por expertos mexicanos en el tema, y cuya propuesta consiste en crear un sistema integral de optimización térmica para edificios nuevos y existentes, inspirado en el aparato circulatorio de diversas especies animales
Mauricio Ramírez
El sector de la edificación lleva ya unos veinte años implementando diferentes medidas para lograr inmuebles más eficientes. En este desarrollo, las certificaciones de edificios sustentables han desempeñado un papel fundamental, al tiempo que han logrado grandes avances.
El impacto del entorno construido es muy importante, porque los edificios tienen un gran consumo de energía y recursos. Así, mientras no existan fuentes cien por ciento renovables y se dependa de combustibles fósiles, la lucha contra el cambio climático puede acentuarse, yendo todavía más allá en la eficiencia (e inteligencia) de los edificios.
Para lograr ideas innovadoras, una fuente importante es la Biomimesis (Biomimicry), que busca soluciones en las estrategias de diseño de la naturaleza, y luego las emula (imitar en profundidad) en el desarrollo de tecnología. No utiliza a los seres vivos, sino que se inspira en sus estrategias de diseño, implementándolos en tecnología para resolver los desafíos del ser humano.
En este contexto, el Instituto Biomimicry emite cada año la convocatoria para el concurso global de Biomimesis (The Biomimicry Institute’s Biomimicry Global Design Challenge), que, invita a estudiantes y profesionistas a diseñar soluciones que permitan abordar cuestiones relacionadas con el cambio climático, como el consumo de energía, emisiones de Gases de Efecto Invernadero, sistemas alimentarios, transporte, manejo de agua y utilización de combustibles fósiles.
En esta edición participaron más de 100 equipos multidisciplinarios y el grupo mexicano Thermosmart fue nombrado uno de los cinco finalistas con una propuesta que consiste en crear un sistema integral de optimización térmica para edificios nuevos y existentes, fundamentado en el funcionamiento del aparato circulatorio de ciertas especies animales.
Un equipo exitoso con participantes mexicanos
Después de Estados Unidos, México es uno de los países que más personas ha capacitado durante los últimos diez años a través del programa educativo del Instituto Biomimicry y de su empresa asociada Biomimicry 3.8, en conjunto con la Universidad Estatal de Arizona (que lleva a cabo el programa de maestría en Biomimesis).
El equipo Thermosmart está integrado mayormente por profesionales mexicanos que han tenido una formación importante en Biomimesis. Ellos son Daniela Esponda, diseñadora industrial, que ha recibido premios por el diseño de una boya que permite limpiar el mar de hidrocarburos; María Luisa Gutiérrez, diseñadora industrial, que ha creado juguetes para estimular animales en cautiverio; Claudia Rivera, académica en la Facultad de Química de la UNAM y experta en temas de química atmosférica; Forrest McIlwain, biólogo radicado en Nashville, EEUU, que ha participado en el diseño de albergues temporales de emergencia para la ONU, y finalmente, el que esto escribe, arquitecto mexicano y especialista en certificación de edificios sustentables y quien coordinó al equipo. Todos tienen maestría o especialidad en Biomimesis.
La propuesta para el concurso consistió en una innovación para incrementar la eficiencia de las edificaciones tanto nuevas como ya existentes, y es resultado de varios meses de trabajo en una búsqueda profunda sobre las oportunidades de mejora en los inmuebles y de modelos de solución inspirados en la naturaleza.
Uno de los descubrimientos que realizó este equipo en su investigación fue identificar el hecho de que los seres vivientes y los edificios, como entes de diseño, comparten retos, como mantener cierta temperatura interna para poder sobrevivir. ¿Cómo hace la naturaleza para resolver este reto? El equipo exploró varias de las estrategias en la búsqueda de un patrón de solución.
Entre los organismos estudiados estuvo el lagarto americano, que tiene la capacidad de incrementar su absorción de calor mediante el incremento del flujo sanguíneo cercano a la piel. Por otra parte, también se analizó a los elefantes, pues utilizan una estrategia similar para crear “áreas calientes” en algunas zonas de sus extensas orejas y acelerar la disipación de calor.
Pero el aspecto más relevante del equipo fue el hallazgo de un elemento en común de los sistemas estudiados: la sangre como elemento termorregulador. Así, se trabajó en un diseño conceptual que permite replicar algunas de estas ideas en los edificios. A través de modelos energéticos básicos, se calculó que los sistemas propuestos podían hacer una atractiva reducción de consumo de energía, para lograr un tiempo de recuperación de inversión aceptable y un efecto climático relevante.
Tras ser nombrado finalista del concurso, el equipo Thermosmart participará en una segunda ronda que consiste en un programa de incubación o aceleración, apoyado por expertos globales, para desarrollar la propuesta y competir por el Premio Rayo de Esperanza, de la Fundación Ray C. Anderson, a finales de 2018.
El trabajo de este equipo demuestra que la innovación es una de las estrategias más prometedoras para lograr que México avance en su desarrollo, protegiendo y aprendiendo de su biodiversidad. También es evidente que el talento de sus profesionales es competitivo a nivel global.
La creación inspirada en la naturaleza es una puerta para el desarrollo de nuevas empresas, que nazcan con una visión responsable con el planeta y busquen una relación más respetuosa entre el ser humano y los demás seres vivientes.
[author ]Mauricio Ramírez
Cuenta con 10 años de experiencia en sustentabilidad en edificios. Es LEED AP BD+C y Gerente de Sustentabilidad de Bovis con sede en México. Ha sido profesor Biomímesis en el ITESM, Campus CDMX. Es representante de sustentabilidad para México (SUMe) en el LEED International Roundtable y miembro activo del colectivo Biomimicry México. [/author]