La gente pasa 90 por ciento del tiempo en su lugar de trabajo; espacio en donde son susceptibles a contraer enfermedades causadas por una mala calidad del ambiente interior. Para dar una solución a este problema un grupo de especialistas ha redactado la primera NMX, la cual podría entrar en vigencia a finales de 2017
Danahé San Juan
La calidad del aire interior es un concepto que contempla el confort térmico, el aislamiento acústico y la iluminación. Tres puntos de gran relevancia para la ejecución de los sistemas HVAC, así como para evitar que se presente el Síndrome del Edificio Enfermo (SEE). Éste se refiere a la manifestación simultánea de síntomas que perjudican la salud de un conjunto de personas (entre 20 por ciento o más), a saber, irritación en ojos, nariz y garganta, resequedad en membranas mucosas y piel, ronquera, dificultades para respirar, erupciones cutáneas, náuseas, mareos, vértigos, cefalea, infecciones respiratorias, resfriados constantes, alergias, etcétera. El término fue acuñado por la Organización Mundial de la Salud luego de una serie de investigaciones que determinaron dos clasificaciones para los edificios en los que se padecían estas condiciones:
- Temporalmente enfermos: edificios nuevos o recién remodelados en los que los síntomas desaparecen en aproximadamente medio año
- Permanentemente enfermos: edificios en los que los síntomas persisten a pesar de la aplicación de diferentes métodos para contrarrestar los problemas
Existen diferentes regulaciones internacionales para que los edificios tengan las condiciones necesarias para una óptima calidad de aire interior. En el caso de México, la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi) publicó el Código de Edificación de Vivienda (CEV), en 2007, en atención a la Ley de Vivienda expedida el 27 de junio de 2006, la cual establece la promoción de la labor de las autoridades competentes para expedir, aplicar y mantener en vigor y permanentemente actualizadas las disposiciones legales, normas oficiales mexicanas, códigos de procesos de edificación y/o reglamentos de construcción, según el sitio web del Gobierno Federal.
La importancia de establecer estas normativas se debe a que 90 por ciento del tiempo la gente lo pasa dentro de los edificios, de tal forma que las emisiones contaminantes, aunadas a la generación de calor, intervención acústica, entre otros factores, determinan que sea una cuestión de salud la reglamentación para que las personas cuenten con ambientes saludables dentro de los edificios.
La labor ya se está trabajando en México, con la elaboración de la nueva Norma Mexicana de la Calidad del Ambiente Interior, en cuya redacción colaboraron:
- Diseños Industriales Felaire
- Dirección General de Normas de la Secretaría de Economía
- IBALCA
- Imati Proyectos
- Organismo Nacional de Normalización y Certificación de la Construcción y Edificación (ONNCCE)
- Three Consultoría Medioambiental
- TROX de México
- Universidad Panamericana
- ASHRAE Capítulo Ciudad de México
- Sustentabilidad para México (SUMe)
Darío Ibargüengoitia, director de Comisionamiento en IBALCA y expresidente nacional de SUMe, comenta que “en México no se tenían normativas de este tipo, aunque se contaba con algunos datos o requerimientos mínimos de ventilación en ciertos reglamentos de construcción y requerimientos dentro de anexos de construcción, principalmente en la Ciudad de México, pero lo que se quiere ofrecer con esta normatividad es que el país cuente con edificios que contengan una calidad ambiental para beneficio de la salud de sus ocupantes”.
La nueva norma comprende el confort térmico, la ventilación, el tema de la acústica y la vibración, además de cuestiones de ahorro energético relacionados con iluminación, en inmuebles de oficinas. “El objetivo es establecer los lineamientos de un confort relativo a la temperatura y humedad dentro de los edificios”, afirma Darío Ibargüengoitia.
Se decidió trabajar con edificios no residenciales para establecer los rangos de confort térmico dentro de los mismos, de acuerdo con la zona climática y de las condiciones del lugar. Posteriormente, se trabajará la Norma de la Calidad del Ambiente Interior, que sería la norma madre o de referencia; después con la Norma Mexicana de Ventilación para espacios cerrados; seguida de la Norma Mexicana de Acústica y Vibración; y finalmente con la Norma Mexicana de Iluminación. “Con todas estas normas vamos a asegurar que México ostente una calidad en el ambiente interior”, destaca el especialista.
Para el equipo que desarrolló la Norma Mexicana, que se llevó a cabo bajo la coordinación del ONNCCE, es importante mejorar el ambiente por cuestiones de salud, por lo cual se han retomado normas internacionales para adaptarlas al contexto nacional, a fin de adecuarlas a la cultura, buenas costumbres y prácticas de la población.
Regulaciones para el sector
Hay casos de edificios cerrados, como aulas de escuelas u oficinas, en donde se obligará a que haya ventilación mínima para la calidad del aire. Esto se debe a la necesidad de contar con una temperatura adecuada, para consumir el mínimo de energía. Ante esto, los inversionistas tendrán que invertir una suma mayor a la planeada para hablar de una buena calidad.
Cabe destacar que en las grandes ciudades o zonas conurbadas de México, acatar la nueva norma no implicará un costo adicional, pues los edificios existentes cumplen estándares internacionales. “Lo que se busca es implementarla en edificios tipo B o C, es decir, hospitales, clínicas, etcétera. Las inversiones aumentarán de 1 a 5 por ciento en las construcciones, pero se garantizará una ocupación casi inmediata porque la calidad será la apropiada.
Beneficios
Los buenos resultados van dirigidos a cuestiones de salud para las personas, pues se busca disminuir el ausentismo por enfermedad, lo cual se traduce en mayor producción o más trabajo en menos tiempo.
Para los constructores, el beneficio radica en el cumplimento de una norma mexicana, que, aunque será voluntaria, les traerá grandes beneficios, ya que se trabajará con la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) para que posteriormente sea obligatorio tomar en cuenta sus objetivos en áreas laborales. “Hablamos de una obligatoriedad que no pasará de cuatro años para que se logre. Los constructores entregarán edificios amigables con el ambiente y sanos para sus ocupantes. Por su parte, los fabricantes de equipos podrán distribuir una cantidad mayor de aparatos requeridos para alcanzar la calidad interior que se espera, es decir, sus ventas aumentarán. Sin embargo, el objetivo de esta norma es beneficiar a los ocupantes”, detalla Darío Ibargüengoitia.
Asimismo, las normas estarán relacionadas con el Código de Conservación de Energía, con lo cual se garantizará que, a pesar de la complejidad de los sistemas, éstos tengan más alta eficiencia energética, lo cual se verá reflejado en un menor consumo, gracias a una mejor operación y al mantenimiento adecuado.
Aplicación nacional
México es un país rico en diversidad climática. En el norte, se encuentran climas áridos o secos, para los cuales es indispensable el aire acondicionado o la calefacción. En el sur y las zonas costeras, los climas cálidos y tropicales convierten el uso de AA y la ventilación en una necesidad básica. Finalmente, las regiones montañosas, donde prevalecen los climas templados y fríos, requieren sistemas de climatización para alcanzar un confort térmico en ambientes cerrados. A partir de estos datos, Ibargüengoitia afirma que para establecer los requerimientos de la Norma Mexicana de la Calidad del Ambiente Interior se consideraron ocho zonas y sub-zonas, para un total de 12, establecidas en el Código de Conservación de Energía y en el Código de Edificación de Vivienda, que relacionan cada comunidad, municipio, ciudad y estado, a fin de conocer sus condiciones bioclimáticas, sobre todo para adecuar las de confort y ventilación. El propósito de estas conciliaciones es que en un par de años las secretarías de Trabajo y Protección Civil de los estados y municipios consideren los puntos establecidos por la nueva norma dentro de su reglamento de construcción y se exijan en los lugares de trabajo.
Asimismo, la pretensión es que las certificaciones internacionales acepten estas normas mexicanas como equivalentes a las americanas, para que sean implementadas entre los aspirantes a certificación, así como para construir un cambio de cultura que contemple al usuario como receptor de beneficios.
Respecto a la fabricación y diseño de los productos HVAC, se seguirá buscando que éstos cumplan con los requisitos de sostenibilidad. Para esto, se tomarán de referencia normas existentes, como la 011 de eficiencia energética, el Código de Conservación de Energía para las Edificaciones de México, entre otras, que ya han establecido niveles mínimos de eficiencia y seguridad de los equipos. Asimismo, se trabaja con diferentes instituciones gubernamentales, como la Conuee, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, la STPS, para que haya más oportunidades de verificación. Además, se pretende que el requerimiento se haga a nivel nacional, a fin de que no se otorguen licencias de ocupación o de construcción a proyectos que no cumplan con las normativas. Es importante resaltar que esta NMX se aplicará también de manera voluntaria a edificios existentes.
Ante este panorama, por un lado, el reto será mostrar a los desarrolladores los beneficios que implicaría apostar por la nueva normatividad. Por otro, capacitar tanto a los diseñadores como a usuarios, para que los primeros aprendan a aplicarlas y los segundos tengan la capacidad de verificar el cumplimiento.
Conforme al compromiso ambiental de México, la Norma Mexicana de la Calidad del Ambiente Interior busca apegarse a los requerimientos de refrigerantes y eficiencia energética. Darío Ibargüengoitia finaliza diciendo que si se piensa que la sustentabilidad tiene tres pilares –economía, sociedad y medioambiente–, la nueva norma no olvida ninguno, ya que su enfoque también protege al planeta, impulsa el menor consumo de energía, ataca las emisiones contaminantes, pero “lo más importante es el aspecto social, pues se persigue que los ocupantes tengan salud”.