Durante la segunda mitad de 2017, un cúmulo de fenómenos naturales, huracanes, lluvias torrenciales y terremotos, asolaron gran parte del territorio mexicano. ¿Cómo debe responder la industria ante la catástrofe y qué acciones de prevención debería aplicar en un futuro para disminuir su impacto y salir avante?
Jaime Jiménez
El pasado 19 de septiembre, como hace 32 años, se vivió uno de los terremoto más fuertes en la historia de México: un sismo ―de 7.1 en escala Richter― que afectó gravemente a Ciudad de México, Morelos y Puebla. Doce días antes se registró otro que impactó a Oaxaca y Chiapas, entidades que representan alrededor del 35 por ciento del PIB nacional. Esto debido a que concentran gran parte de la actividad comercial, financiera y de manufactura.
La destrucción que ocasionaron, además de pérdidas humanas, materiales y en muchos de los casos falta de tranquilidad, sin duda está teniendo también impacto en la economía. Esto porque el proceso de recuperación se vaticina difícil, a causa de la capacidad de continuidad en los negocios, es decir, la sobrevivencia del sector empresarial para seguir operando, después de una catástrofe. Aunado a lo anterior, los movimientos generados por el sismo sobrepasaron el nivel de resistencia de los materiales de las construcciones, lo que ocasionó daños en piezas estructurales y no estructurales.
Ante este suceso, se registraron daños a la infraestructura de 93 sitios de servicio de telecomunicaciones en CDMX, 44 lugares en el Estado de México y 7 en Morelos. De acuerdo con Pablo Kuri, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de la dependencia, los servicios e instituciones de salud también fueron afectados. En Ciudad de México existen 22 hospitales con afectaciones.
El Servicio Sismológico Nacional (SSN) indicó que México se encuentra en una zona de alta sismicidad, debido a la interacción de cinco placas tectónicas: Norteamericana, Cocos, Pacífico, microplaca de Rivera y Caribe.
Por esta razón, con el fin de minimizar pérdidas y afectaciones financieras, los propietarios y operadores de infraestructuras clave están obligados a dotar sus inmuebles con mayores medidas de seguridad y confort. El propósito, claro está, es la prevención de futuras contingencias, las cuales no sólo dañan a la economía de las empresas, sino que también amenazan la vida de empleados y visitantes. La velocidad es fundamental para responder eficientemente después de un fenómeno meteorológico, así como la calidad de la recuperación económica, es decir, “reconstruir mejor” y tomar acciones que lleven a un mayor desempeño operativo.
Dentro de los planes que las empresas deben de tener, como parte de una estrategia de continuidad del negocio, está la tecnología y equipos que garantizan su óptimo funcionamiento. En este rubro se encuentran los sistemas HVAC, indispensables para el sector empresarial, centros comerciales, oficinas, escuelas, hospitales, aeropuertos, fábricas, plantas industriales, edificios de servicios turísticos, entre otros.
Como resultado de los recientes acontecimientos, de las 500 mil empresas que siguen sin operar, 3 mil 500 se encuentran en Ciudad de México, debido a que la ayuda al sector comercio no llega, alertó la Asociación Latinoamericana de Micros, Pequeños y Medianos Empresarios (Alampyme); e indicó también que más de 2.4 millones de personas no obtienen ingresos, a raíz de estas contingencias.
Después de un terremoto de esta magnitud, los sistemas de ventilación, calefacción y aire acondicionado son elementos críticos para dar continuidad a las actividades de las diversas industrias. Muchos organismos públicos y privados, así como los sectores industrial y turístico, pueden ver comprometidos seriamente sus servicios ante estos casos, pero hay algunos cuyos detrimentos causan un mayor impacto sobre la población.
Los equipos destinados a ofrecer confort ambiental, en específico, requerirán de sumo cuidado al momento de realizar tareas de mantenimiento, después de un desastre natural. Las fallas normalmente se ubicarán en el sistema mecánico, tuberías, conductos y serpentines. El sistema eléctrico suele verse afectado en las conexiones del equipo. En caso de que estén habilitados para seguir proporcionando el clima adecuado en diferentes instalaciones y edificios, hay que poner mucha atención a la posible fuga de gases refrigerantes.
La mayoría de los administradores de edificios deberán trabajar con proveedores de servicios especializados en la operación de estos equipos, capaces de evaluar y reparar los daños por medio de procesos aprobados por los fabricantes de los productos. El objetivo es restaurar el sistema y el servicio de la manera más rápida posible, sin olvidar la calidad y buenas prácticas, para beneficio de la empresa y el planeta. Los sistemas de ventilación, calefacción y aire acondicionado son elementos críticos para la continuidad de las operaciones en negocios de diversas industrias, pero no hay que olvidar que también pueden sufrir desperfectos, ante movimientos telúricos.
Medidas preventivas
México es uno de los países más propenso a sufrir temblores, por esto la Secretaria de Seguridad Pública sugiere que por lo menos se realicen tres veces al año simulacros. El objetivo es fomentar la cultura de la prevención entre los habitantes de Ciudad de México.
Cifras del SSN revelan lo común de la ocurrencia de estos fenómenos en Puebla y Morelos, pues desde el año 1900 a la fecha se han registrado mil 99 en esa zona, además de que todos los días se tiene registro de la presencia de aproximadamente 15 sismos inferiores a los 2 grados.
Los daños causados por el movimiento de las placas tectónicas se registran principalmente en las bases estructurales de un edificio, las paredes y el techo. Estas zonas suelen ser los lugares donde se ubican los diferentes sistemas HVAC (split, cassette, fan & coils, ductos de aire, zoclos térmicos, pisos radiantes, captadores solares, etcétera), por lo que resulta difícil protegerlos.
Algunas de las medidas que se puede implementar son:
- Revisar que el equipo se encuentre correctamente ubicado en su sitio. La fuerza del movimiento de un temblor es capaz de afectar el montaje de la unidad, lo cual podría afectar la unidad condensadora, mover el ventilador de su lugar y/o romper otros elementos
- Verificar que los componentes externos, como las líneas de refrigerante, gas y/o eléctricos se encuentren en buen estado, pues de lo contrario se podrían presentar goteos que afecten la eficiencia del equipo y perjudiquen la salud de las personas, así como cortos circuitos que podrían derivar en incendios
Para evitar daños serios, causados por alguna de las opciones anteriores, se recomienda instalar:
- Aisladores de vibración: absorben el movimiento y protegen los componentes internos; sin embargo, es necesario consultar al especialista HVACR para que determine su efectividad
- Soportes de sujeción: se colocan en las esquinas de los equipos y están diseñados para soportar los aisladores de vibración y reducir el impacto de las vibraciones
- Tuberías flexibles que resistan a los movimientos, para disminuir las posibilidades de fractura y escape de gas
El artículo “Seismic Bracing for HVAC Equipment de Patrick J. Lama, P.E., publicado por el ASHRAE Journal en julio de 2001, señala que, si una estructura sufre colapso parcial o total, debe ser demolido para evitará que los equipos HVAC instalados o el edificio mismo caigan sobre los ocupantes. También recomienda considerar:
- Cuanto mayor sea la profundidad del terremoto, mayor será el área afectada por el temblor, pero menos intenso será por pie cuadrado
- La escala Richter es logarítmica, por tanto, un pequeño cambio en una magnitud es un tremendo cambio en la cantidad de energía liberada. La siguiente fórmula convierte la magnitud de Richter a la energía liberada:
Log E = 11.8 + 1.5 × (Magnitud de Richter)
Donde E es Ergio (unidad de medida de energía y trabajo equivalente a 10-7 joules o 100 nanojoules [nJ]) en unidades del Sistema Internacional de Unidades.
La protección de los equipos depende de si están o no aislados de las vibraciones y del tipo de soporte que tengan (piso, pared o techo). Las tuberías horizontales, los conductos eléctricos y las bandejas de cables se tratan como suspendidos.
Equipo de contención sin aislamiento de vibraciones
El sistema más sencillo de reparar es el equipo montado en el piso sin aisladores de vibración. Cuando se conoce la magnitud de las fuerzas en la base del equipo, se puede diseñar un anclaje. Los equipos como los tanques y los intercambiadores de calor que no tienen partes móviles se atornillan. Las bombas pequeñas, ventiladores de escape, unidades de tratamiento de aire, transformadores y equipos montados en áreas que no son sensibles a las vibraciones se atornillan hacia abajo. Normalmente se pueden anclar utilizando un número práctico de anclajes de perforación de poste.
Para sistemas con pernos rígidos, el ingeniero debe seleccionar los pernos de anclaje de tipo y tamaño adecuados. El tamaño depende de la profundidad de empotramiento disponible. La mayoría de estos pernos en estructuras de gran altura son anclajes poco profundos (empotramiento de menos de ocho veces su diámetro).
En zonas de elevada actividad sísmica, los equipos que pesan más de 11 toneladas requieren más anclajes de normal, lo cual no resulta práctico. Para evitarlo se pueden conectar placas de empotramiento al refuerzo estructural de la losa estructural. Los amortiguadores sísmicos se pueden fijar a estas placas después del vertido y el curado del hormigón.
Para reforzar equipos no aislados ―bombas pequeñas, unidades de tratamiento de aire, cajas de mezcla, bombas de calor y sistemas eléctricos― suspendidos del techo, se recomienda un cable de calidad aeronáutica preestablecido. Esto permite que los tamaños de cable de 3 a 9.6 milímetros se usen como tirantes, en el 99 por ciento de las unidades suspendidas.
Equipo que no requiere restricción sísmica
Equipo mecánico de menos de 181 kilogramos
HVAC, fontanería, tubería de gas:
- De menos de 1¼ pulg. (32 mm) de diámetro. En salas de equipos mecánicos
- De menos de 2½ pulgadas (64 mm) de diámetro. Fuera de las salas mecánicas
- Gas tubería de menos de 1 pulg. (25 mm) de diámetro
Conductos:
- Canalizaciones rectangulares de menos de 0.56 m2 en sección transversal
- Conducto redondo de menos de 28 pulgadas (711 mm) de diámetro
Otro: cualquier tubería o conducto se suspende dentro de 12 pulgadas (304 mm) de la estructura de soporte para toda la longitud de la carrera
¿Cómo actuar después de un terremoto?
Desde hace dos décadas ha habido un aumento paulatino en la cantidad de sismos en territorio mexicano, por lo que se recomienda efectuar recorridos de reconocimiento por las instalaciones y oficinas de un inmueble después de un suceso de este tipo. Lo anterior se debe llevar a cabo en compañía de gente capacitada paran verificar el buen desempeño y correcto mantenimiento de la calefacción, ventilación y aire acondicionado del edificio. Asimismo, deberán cerciorarse de que la toma de aire externo y los filtros de los equipos estén asegurados, ya que los sistemas HVAC pueden ser el medio de entrada y distribución de amenazas biológicas, químicas y radiológicas. En este sentido, se recomienda instalar una toma de aire expuesta que no se selle de manera permanente.
De acuerdo con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), parte de la estrategia para enfrentar desastres naturales es estudiar y conocer los peligros y amenazas para saber cómo actuar antes, durante y después del suceso. De igual forma, es forzoso tener información sobre los niveles de riesgo de vulnerabilidad para poder diseñar acciones y programas que mitiguen los peligros, a través del reforzamiento y adecuación de la infraestructura.
La limpieza y reparación de los equipos siempre deberá ser manejada por técnicos experimentados, para que cada uno de los componentes que conforman estas unidades reciba un diagnóstico y reparación adecuados. De no manejarse así, el problema podría agravarse, incrementando las pérdidas económicas.
También es necesario recurrir a los fabricantes, en caso de que los componentes del sistema tengan que ser reemplazados. La idea es cubrir en el menor tiempo posible la urgencia de refacciones y piezas certificadas, ya sea porque quedaron inservibles o porque el costo de la reparación es más alto que la sustitución.
En lo concerniente a los sistemas HVAC, es importante:
- Identificar el nivel de daño en los equipos para repararlos
- Contar con un proveedor experto en el mantenimiento de estos sistemas que asegure su buen estado y funcionamiento
- Tener sistemas de respaldo que permitan continuar las actividades cotidianas de las empresas, mientras se efectúan las reparaciones
- Considerar renta de equipos para mantener los servicios que ofrece el negocio
Hay que cerciorarse de que no haya grietas o abolladuras en las tuberías y equipos, para evitar el escape de refrigerante o agua que pudiera afectar la instalación eléctrica. También se debe verificar que las juntas y los sellos no se hayan debilitado. En caso de que así sucediera, es necesario reemplazarlas por material nuevo.
Toda empresa, independientemente del área industrial en la que se desempeñe, debe poseer un plan de acción para resolver los problemas originados por el terremoto. Con una planeación es más sencillo mantener el control, evitar percances, disminuir el riesgo de perjudicar la zona geográfica en donde se sitúe la compañía y acotar las pérdidas materiales y financieras. Se debe contar también con una póliza de seguro que cubra daños a este tipo de equipos; y sobre todo recurrir a personal capacitado o a un especialista para que compruebe la operatividad de los sistemas.
Debido a lo ocurrido durante el mes de septiembre en algunos estados del centro y sur de la República Mexicana, se detonó la necesidad de revisar y mejorar los planes y medidas de seguridad, a nivel nacional, para la sociedad civil y las empresas. Es necesario revisar los cilindros y tanques estacionarios de gas, identificar perillas mal cerradas, empaques deteriorados y fisuras en las tuberías que puedan ocasionar fugas, incendios y explosiones.
Para impedir que los equipos de aire acondicionado dañados acumulen suciedad, desechos y microorganismos, un técnico calificado deberá evaluar las afectaciones para después proceder con la limpieza y desinfección. Lo anterior sirve para impedir la propagación de enfermedades que pudieran convertirse en epidemias. Otro motivo por el que se deben aplicar estas medidas es para disminuir el tiempo que la empresa o edificio tarde en retomar sus actividades, con el propósito de evitar que la producción, economía y participación de la compañía en el mercado se vea afectada.
Una solución temporal
Los sistemas HVAC están diseñados para soportar todo tipo de condiciones climáticas, pero hay factores que pueden disminuir su rendimiento o impedir que sigan operando totalmente. Los grandes comercios no pueden detener sus actividades, por lo que necesitan de equipos temporales que sean una solución en caso de emergencia. En el mercado existe el servicio de renta de equipos, los cuales sirven para que la empresa opere durante las reparaciones o hasta que se sustituya o actualice el sistema HVAC dañado.
Su éxito radica en la facilidad para que las actividades de los negocios continúen, en caso de que la reparación exceda el tiempo estimado o si se tienen recuperaciones de áreas escalonadas, es decir, sectores de la infraestructura que tienen una codependencia para funcionar. Durante una crisis, este recurso ofrece grandes beneficios, ya que las unidades en renta son de fácil instalación, gracias a sus rápidas conexiones a la red de energía, agua y otros ductos.
Los sismos que han aparecido en diferentes partes del mundo, son difíciles de predecir, éstos no se pueden evitar, ni tampoco los daños que puedan ocasionar, por ello el prevenir y contar con las herramientas adecuadas es vital para la continuidad de las operaciones. El Código Internacional de la Edificación (IBC), así como los trabajos que la ASHRAE ha realizado ―ASHRAE Handbook-HVAC y la Guía Práctica de Restricción Sísmica―, ofrecen información detallada sobre los códigos que definen la magnitud de la fuerza estática sísmica horizontal que actúa en el centro de gravedad (CG) de los equipos HVAC. Lo anterior sirve para diseñar un sistema protegido que reduzca o evite daños. Nunca se debe olvidar que no hay manera de proteger al cien por ciento los equipos, durante un evento sísmico; sin embargo, sí es posible aplicar estrategias que reduzcan los daños.
[author image=”https://www.mundohvacr.com/wp-content/uploads/2014/10/A0MH0076493.jpg” ]Jaime Jiménez Ingeniero Civil con maestría en Administración de Empresas por el ITESM. Actualmente es Director General de Trane para México. En marzo de 2012, además, fue nombrado Vicepresidente del sector HVAC & Transport Mexico de Ingersoll Rand, empresa a cargo de Trane, debido a sus más de 25 años de experiencia en una amplia gama de negocios consolidados en el sector.[/author]