Al correr de los años las oficinas han dejado de ser espacios aprensivos y poco inspiradores. Empresas como Google y Facebook han buscado la manera de generar un ambiente afable y relajado para sus empleados; ahora, Amazon inauguró Las esferas, donde no hay salas para conferencias o escritorios cerrados, los empleados se reúnen en casas de árbol, áreas de descanso o senderos junto a cascadas
Hugo León Morales
Pieza distintiva de las oficinas de Amazon en Seattle, Las esferas (The Spheres) no sólo se han convertido en un ícono de la ciudad más grande del estado de Washington, Estados Unidos, sino también en una idea innovadora de cómo debe ser el lugar de trabajo, haciendo énfasis en lo que comúnmente falta en las oficinas urbanas: un vínculo directo con la naturaleza.
De acuerdo con el blog de Amazon (blog.aboutamazon.com), desde un inicio el proyecto se concibió como un edificio de vidrio curvo lleno de plantas y árboles. Durante la planificación el equipo de diseño estudió la forma y función de varios invernaderos esféricos en el mundo, incluidos los de Kew Gardens, en Reino Unido; Mitchell Park Conservatory, en Milwaukee, Wisconsin; así como La Biosfera, en Génova, Italia. Finalmente, surgieron tres edificios distintos, y su forma y geometría evolucionaron a lo largo del proceso de diseño.
Más estrategias verdes y sustentables
La fachada de Las Esferas contiene 2 mil 643 paneles de vidrio. El cristal que se eligió es ultra claro y de bajo consumo, con una capa intermedia de película para mantener alejadas las longitudes de onda infrarrojas que producen calor no deseado.
Para probarlo, el equipo de horticultura de Amazon construyó un pequeño invernadero en Woodinville, Washington, utilizando el mismo tipo de vidrio. Este invernadero de maquetas permitió probar los niveles de luz, temperatura y humedad, informa el blog de la compañía.
Gracias a esto, Las Esferas tienen un promedio de temperatura de 22 grados Celsius con un 60 por ciento de humedad, pero lo más sorprendente es que manejan diferentes microclimas dentro de las esferas. Así, los trabajadores pueden elegir diferentes ambientes (más frescos o cálidos), según su preferencia, incluso existe un sistema de ventilación para imitar una brisa placentera.
En la página web del edificio (www.seattlespheres.com) se explica que el inmueble posee alrededor de 40 mil plantas de más de 300 especies originarias de 50 países. Otra de las características de Las Esferas son sus jadines verticales, que cuentan con más de 25 mil plantas tejidas en cuatro mil pies cuadrados de malla, una demostración innovadora de biodiversidad.
Además de ser una forma creativa de exhibir las plantas, estos muros verdes también ofrecen múltiples beneficios, como la reducción de las islas de calor urbanas, la limpieza del espacio aéreo interior y el enfriamiento y aislamiento natural de los edificios.
En el lugar no se emplea un sistema de caldera típico; por el contrario, todo el complejo utiliza un sistema de calefacción que se basa en un “ecodistrito” subterráneo que transporta energía reciclada.
La idea de las redes distritales de energía subterránea de tuberías que transportan agua o vapor entre edificios para calefacción y refrigeración no es nueva. Ciudades como Boston, Copenhague, Tokio y París, cuentan con estos sistemas, algunos de los cuales datan de hace más de 100 años y, a menudo, están conectados a centrales eléctricas convencionales.
Lo que hace diferente al sistema de Amazon es que usa calor residual de un centro de datos que no pertenece a la compañía, sino al Westin Building Exchange, un “hotel de transportistas” contiguo que alberga a más de 250 compañías de telecomunicaciones e Internet, así que Amazon negoció con ellos el poder capturar esa energía para sus instalaciones, localizadas al otro lado de la calle.
El blog de Amazon explica que en lugar de descargar su calor a la atmósfera desde las torres de enfriamiento de la azotea, el Westin Building Exchange lo conduce a una planta central en la torre Doppler, de Amazon.
A unos 65 °F, el agua que llega no está lo suficientemente caliente como para calentar las oficinas, por lo que pasa por cinco enfriadoras de recuperación que concentran el calor en un volumen menor de agua, elevando la temperatura a 130 °F, aproximadamente.
Un tanque de 1 millón 514 mil litros proporciona almacenamiento de calor de bajo grado y un suministro de agua de emergencia para el Westin, si es necesario; además, los edificios también tienen sistemas de caldera de respaldo para brindar calor adicional en los días más fríos.
Reciclar el exceso de energía ahorra unos 80 millones de kilovatios-hora de uso de electricidad, una cantidad equivalente a las emisiones de dióxido de carbono de 30 millones de kilogramos de carbón.
Las tuberías subterráneas llevan la energía mientras que las bobinas radiantes ocultas hacen circular el calor, manteniendo cómodas las oficinas. Un sistema de control en la planta central ayuda a los ingenieros a optimizar el flujo de energía.
El compromiso de generar energía limpia es sólo una parte del esfuerzo que Amazon realiza para operar de manera sostenible, pues dentro de su política destaca el aumentar los recursos de energía renovable y mejorar la manera en que realiza sus empaques.
El sistema de energía del distrito de Amazon requirió de la colaboración de agencias de la ciudad, empresas de desarrollo, arquitectos e ingenieros, sin mencionar a Westin y Amazon.
Nuestro objetivo con Las Esferas era crear un lugar de reunión único donde los empleados pudieran colaborar e innovar juntos, y donde la comunidad de Seattle pudiera reunirse para experimentar la biodiversidad en el centro de la ciudad
John Schoettler, vicepresidente de Bienes Raíces e Instalaciones Globales de Amazon
El reto arquitectónico
En su página de Internet (http://www.nbbj.com), NBBJ, firma estadounidense de arquitectura, planificación y diseño que estuvo a cargo del proyecto, explica que Las Esferas son realmente dos edificios diferentes: un marco exterior con un núcleo interior de hormigón. Éste se hizo con más de 5 mil toneladas de hormigón reforzado.
En la base, una viga en anillo de 181 toneladas transfiere las pesadas cargas de gravedad, viento y fuerzas sísmicas desde la fachada de vidrio y acero a las columnas en los pisos inferiores.
Una forma geométrica llamada hexecontaedro pentagonal forma el marco de acero, el cual se basa en uno de los 26 subconjuntos conocidos de sólidos catalanes, llamados así por el matemático belga que los describió en 1865.
La cubierta de cristal transparente proporciona más de 6 mil metros cuadrados de espacios de trabajo, comedores, salas de reuniones y un gran salón, además de una variedad de zonas botánicas. Cada esfera se compone de cinco pisos de gran altura, donde se pueden albergar grandes árboles.
Este novedoso espacio es sólo una parte del plan realizado por Amazon en Seattle. De manera general, el proyecto abarca aproximadamente 85 mil metros cuadrados a lo largo de tres bloques dentro de la ciudad, incluyendo tres torres de oficinas de 37 pisos, dos más de mediana altura y un centro de reuniones polivalente con capacidad para 2 mil personas.
El primer edificio de gran altura, llamado Doppler, se completó en 2015. Contiene oficinas, comercios minoristas y restaurantes en la planta baja, y también se vincula con el centro de reuniones polivalente de cinco pisos y arena, que sirve a toda la sede. El segundo rascacielos, Day One, se inauguró en 2016.