El 9 de abril se publicó en el Diario Oficial de la Federación un aviso de Consulta Pública del Proyecto de Norma Mexicana PROY-NMX-C-7730-ONNCCE-2017. Una regulación que busca mejorar las condiciones térmicas de una edificación y marca un precedente en la actividad reguladora nacional
Darinel Becerra
Uno de los grandes retos tanto para los desarrolladores inmobiliarios como para la industria HVACR es generar las condiciones de salud y confort en los espacios laborales.
En un contexto de mercados internacionales, caracterizado por la innovación tecnológica y la intensificación de la competencia, la actividad normalizadora es un instrumento indispensable para la economía nacional y el comercio internacional, en las que las oficinas corporativas juegan un papel fundamental. Por ello, deben cumplir con requerimientos de clase mundial para garantizar las condiciones mínimas de higiene y sanidad, así como de confort.
En México, la estandarización se plasma en las Normas Oficiales Mexicanas (NOM) de carácter obligatorio, éstas son elaboradas por dependencias del gobierno federal, y las Normas Mexicanas (NMX) de ámbito primordialmente voluntario, promovidas por la Secretaría de Economía (SE) y el sector privado a través de los Organismos Nacionales de Normalización. Este es el caso del Proyecto de Norma Mexicana PROY-NMX-C-7730-ONNCCE-2017, “Industria de la construcción –ergonomía del ambiente térmico– determinación analítica e interpretación del confort térmico mediante el cálculo de los índices VME y PPD y los criterios de confort térmico local”.
En entrevista para Mundo HVAC&R, el ingeniero Darío Ibargüengoitia, presidente de Ibalca, firma de consultoría sustentable integral, y coordinador de los grupos de trabajo que elaboraron el Proyecto de la NMX 7730, comenta que esta iniciativa mexicana “nació de la inquietud de tener normas nacionales que consideren la calidad en el ambiente interior por cuestiones de salud y productividad”.
El arquitecto Karlos Barros Rivera, coordinador de Normalización en el Organismo Nacional de Normalización y Certificación de la Construcción y Edificación (ONNCCE), explica por su parte, en entrevista para Mundo HVAC&R, que la iniciativa surge por “una adopción idéntica (IDT) de la Norma Internacional ISO 7730:2005, Ergonomics of the thermal environment. Analytical determination and interpretation of thermal comfort using calculation of the PMV and PPD indices and local thermal comfort criteria”, y agrega que “este proyecto de NMX forma parte de un conjunto de estándares para determinar el confort de las personas al interior de los edificios, el cual se integra a su vez en un marco para evaluar el desempeño energético de los edificios sin descuidar los aspectos de confort”.
El objetivo, detalla Ibargüengoitia, es “dar la proporción térmica general, el grado de incomodidad o insatisfacción térmica a través del cálculo del punto medio y el porcentaje estimado de insatisfacción. La percepción del confort es muy individual [y la Norma], tiene la intención de establecer una media para que más de 80 por ciento de las personas se sientan cómodas en un ambiente cerrado acondicionado. La intención es tener una norma mexicana que pueda ser aplicada a cualquier proyecto dentro del territorio nacional”.
En la síntesis de este proyecto, la Dirección General de Normas de la SE publica que “presenta métodos para el pronóstico de la sensación térmica general y del grado de incomodidad (insatisfacción térmica) de las personas expuestas a ambientes térmicos moderados. Facilita la determinación analítica e interpretación del confort térmico mediante el cálculo de los índices VME [Voto Medio Estimado] y PEI [Porcentaje Estimado de Insatisfechos] y de los criterios de confort térmico local, indicando las condiciones ambientales que se consideran aceptables para el confort térmico general, así como aquellas que dan lugar a incomodidad local”.
Además, especifica que es “aplicable a hombres y mujeres sanos, expuestos a ambientes interiores en los que el confort térmico es deseable, pero en donde tienen lugar desviaciones moderadas de este confort térmico, estando indicada para el diseño de ambientes nuevos o para la evaluación de los ya existentes. Cuando se consideren personas con necesidades especiales, como aquellas con ciertas incapacidades físicas, está previsto su empleo teniendo en cuenta lo indicado en la Especificación Técnica ISO/TS 14415:2005, 4.2”.
“También es necesario tener en cuenta las diferencias étnicas, nacionales o geográficas al tratar espacios no acondicionados”.
Además de las especificaciones técnicas, Ibargüengoitia comenta que sumado al algoritmo que plantea este estándar se trabajó “en una hoja de cálculo con la cual quienes apliquen esta norma van a encontrar esos cálculos de manera rápida y práctica”.
Pero, ¿a qué se refiere la regla cuando habla de los criterios de confort térmico local, las condiciones ambientales aceptables para el confort térmico en general y las que dan lugar a incomodidad local? El presidente de Ibalca expone: “ya que desarrollas el algoritmo, la norma te señala cuáles son las condiciones de temperatura general aceptables para las personas y cuáles son los parámetros que se aceptan para incomodidad. Si partimos del hecho de que las personas no van a permanecer todo el tiempo dentro del edificio, sabemos que hay variación dentro del acondicionamiento del espacio, entonces, puede ser por métodos mecánicos o métodos bioclimáticos; lo que estamos buscando es que esa incomodidad no rebase 20 por ciento de los ocupantes. Este algoritmo nos permite hacer el cálculo y evaluar cuánto de ese porcentaje es de satisfechos; si es más de 20 por ciento se consideraría que el espacio está acondicionado de manera adecuada”.
Un estándar sólo para México
Derivado de un estándar internacional, la NMX 7730 marca un precedente en la generación de normas en el país por la manera en que se consolidó. “En México la SE la manejó como una adaptación, es decir, hicimos la traducción y después a través de notas técnicas se hizo la particularización para México. Es la primera de este tipo. Hacer la traducción, la adaptación y la protocolización está abriendo el camino para que muchas normas se puedan trabajar de aquí en adelante de esta forma. El ONNCCE sí lo ha tomado como punto de partida para en un futuro crear normas de manera más rápida y efectiva”, comenta el presidente electo de ASHRAE Capítulo Ciudad de México.
Un ejemplo de por qué es tan necesaria la NMX 7730 es la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM). Sobre ello, Ibargüengoitia declara que la construcción del Aeropuerto como buena práctica se hizo basada en el ASHRAE 55, pues busca la certificación LEED en su versión 4.
Es decir, en México las buenas prácticas en muchas ocasiones llevan a los profesionales a utilizar estándares de la ASHRAE y la NMX 7730. Esta última puede compararse con el ASHRAE 55 en el mismo sentido de confort térmico para todos los espacios; sin embargo, no se puede exigir el cumplimiento de ese estándar desde un marco legal, porque el ASHRAE son guías extranjeras.
No obstante, la construcción del NAIM se va a pedir una evaluación del cumplimiento de esta nueva Norma. “Estoy casi seguro de que sí cumple con la Norma Mexicana sin ningún problema”, afirma Ibargüengoitia.
Impacto en la industria
Las necesidades regulatorias de oficinas corporativas, centros comerciales y cualquier otro espacio de trabajo deben garantizar no sólo la salud, sino también el confort. Además, tienen que promover en la industria HVAC un mayor desarrollo de soluciones cada vez más inteligentes y eficientes. Y es que el mercado inmobiliario para espacios de trabajo en México está en pleno crecimiento.
La renta de oficinas el año pasado tuvo una demanda de 670 mil metros cuadrados en las ciudades de México, Guadalajara y Monterrey, según la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI).
Ciudad de México (CDMX) representa 80 por ciento del mercado de oficinas a nivel nacional y el año pasado terminó con una demanda bruta de 500 mil metros cuadrados, cifra récord en el mercado. Los sectores con mayor participación en esta actividad fueron los de servicios financieros, telecomunicaciones y business centers, es decir, que la demanda de espacios corporativos creció 19 por ciento respecto de 2016, sólo en CDMX.
En todo el territorio nacional, en 2017, se estaban construyendo 1.7 millones de metros cuadrados de oficinas, los cuales se irán concluyendo en los próximos cuatro a cinco años.
En lo que va del año, la ADI reporta 36 nuevos proyectos de oficinas corporativas, que representan seis por ciento de las inversiones en desarrollos inmobiliarios, seguido de los centros comerciales, con 99 proyectos (17 por ciento) y usos mixtos con 101 (17 por ciento), tomando en cuenta que en gran parte de estos sitios se estará trabajando.
En la capital del país, en 2017, se construyeron ocho edificios corporativos (1 millón 538 mil 603 m2), ocho centros comerciales (1 millón 672 mil 845 m2) y 35 usos mixtos (7 millones 195 mil 274 m2).
Salud y confort para laborar mejor
Este proyecto de estándar nacional es el primero de una serie de regulaciones enfocadas en temas de salud y productividad. ¿A quiénes les compete la NMX 7730? A todos aquellos involucrados en el diseño, construcción y operación de edificios les beneficiará la aplicación de la Norma.
Para Karlos Barros la trascendencia del proyecto radica en que “los dueños y administradores de edificios en los que el confort térmico haya sido diseñado / evaluado de conformidad con la Norma Mexicana podrán tener la certeza de que esto se llevó a cabo a través de metodologías con base científica, transparentes y de amplia difusión, con un enfoque específico en cuidar el confort de las personas”.
El verdadero valor del Proyecto NMX 7730 y su internacionalización
Al hablar de edificios sustentables se deben tomar en cuenta tres grandes pilares: económico, medioambiental y social. “Esta norma tiene como principal objetivo lograr la parte social para que la gente que ocupa los edificios se sienta cómoda. Obviamente también cuida el medioambiente reduciendo el tamaño de los sistemas de aire acondicionado y cuida la economía dando buena eficiencia y aumentando la productividad. Esta Norma tiene una gran importancia porque va enfocada hacia los edificios sustentables y hacia una gran productividad y responsabilidad social”, subraya Ibargüengoitia.
Otro de sus objetivos, que se realiza en torno de la NMX 7730, es apoyar a la industria de la región, y para ello el presidente de Ibalca invita a los profesionales del sector en América Latina a “tomar esta Norma Mexicana basada en ISO y tropicalizarla directamente en sus países. La mayoría de las naciones iberoamericanas pueden tomarla como referencia y adaptarla a ISO y a su propio lenguaje, ya que cada país tiene sus particularidades. Ésa va a ser la intención por medio de los capítulos de la ASHRAE en América Latina y a nivel Iberoamérica”.