Desde que comenzó la renegociación para modernizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) por parte de los gobiernos de México, Estados Unidos y Canadá, la única certeza lograda hasta el momento es la incertidumbre acerca de si se logrará un nuevo acuerdo o no.
Las negociaciones para actualizarlo empezaron en agosto del año pasado y estaban destinadas a terminar en diciembre; mientras Canadá y México tratan de dialogar y acoplarse a las exigencias de EEUU, el gobierno comandado por Donald Trump continúa utilizándolo como moneda de cambio para sacar adelante sus polémicas iniciativas como, el muro al sur de su frontera, entre otras.
Otra factor que ha desafiado la supervivencia del tratado son los aranceles que la Casa Blanca impuso a inicios de junio a las importaciones de acero y aluminio canadiense y mexicano, pues desde ese momento las negociaciones se pararon en seco.
A esto, se han sumado los comicios recientes del 1 de julio pasado, ya que debido a este proceso las pláticas se han detenido y se espera retomarlas una vez que entre en funciones el gobierno del nuevo presidente electo de México.
Con relación a este tema, en una nota de la agencia de noticias Reuters, el candidato de Morena a la presidencia, Andrés Manuel López Obrador, comentó: “yo voy a plantear que se mantenga el tratado, pero no puede convertirse en una fatalidad para los mexicanos, nuestro país tiene muchos recursos naturales, muchas riquezas”.
Según Reuters, un gobierno liderado por el político tabasqueño lejos de rebajar las tensiones podría empeorar las negociaciones entre México y EEUU, ya que ambas naciones quedarían en manos de dos políticos heterodoxos y afines al aislacionismo económico.
Sofía Ruiz