Como muchas otras actividades económicas, el control de la temperatura resulta crucial para mantener la cadena productiva en tiendas de autoservicio y departamentales. Refrigerantes sintéticos, equipos más ahorradores y eficientes, así como profesionales altamente capacitados, son sólo algunas de las tendencias que Eloy Espinosa, director de ingeniería de BOHN de México, vislumbra para este sector
Fotografía de portada: Eloy Espinosa, director de Ingeniería de BOHN de México
Darinel Becerra / Fotografía: Rubén Darío Betancourt
Mundo HVAC&R (MH): ¿Cómo está trabajando BOHN con los centros comerciales? ¿Qué tecnologías les están ofreciendo?
Eloy Espinosa (EE): En los supermercados hacemos el equipo de enfriamiento que le da poder a todas las vitrinas refrigeradas, cámaras frigoríficas y zonas de empaque. La base fundamental de nuestra compañía es producir equipo de refrigeración.
MH: Platíquenos alguna innovación con algún caso de éxito en México.
EE: La refrigeración como proceso es una tecnología que no ha sufrido grandes modificaciones en su esencia desde hace muchos años. El ciclo mecánico de la refrigeración, como existe hoy en día, tiene cerca de 80 años y es igual. Los compresores se han vuelto más eficientes y pequeños, con menor consumo energético. En todos los dispositivos que están alrededor de los equipos de frío, se ha incorporado mucha electrónica para el control, materiales para transferencia de calor, como el cobre o aluminio, y se han hecho aleaciones entre estos dos metales que son más económicos y de mayor beneficio en transferencia de calor, así como en los refrigerantes.
“La eficiencia de un sistema de refrigeración no sólo tiene que ver con un equipo, sino con cómo éste se instala, ajusta y opera, lo cual, junto con el mantenimiento, está completamente en manos del supermercado”
MH: ¿Cuál son los refrigerantes más utilizados en la actualidad?
EE: En los últimos años, se han estado moviendo los refrigerantes sintéticos por un tema de contaminación ambiental. Primero fue el tema de la destrucción de la capa de ozono, se renovaron los refrigerantes sintéticos para dejar de dañarla; después, la siguiente generación contribuyó con el calentamiento global. Ahora estamos en la discusión de disminuir los refrigerantes que generan este potencial de calentamiento global y estamos pasando al uso de sustancias que no lesionen la capa de ozono ni generen calentamiento global, pero estamos en la disyuntiva en que se empiezan a tornar inflamables, lo que es un riesgo dentro de nuestro sistema de refrigeración. Por otro lado, están los refrigerantes naturales, que han existido toda la vida. Desde que se inventó la refrigeración existe el amoniaco, el CO2 o el propano, pero resulta que éstos tienen otros retos; el amoniaco es altamente tóxico, el propano lo utilizamos en las estufas de gas para cocinar y el CO2 genera presiones muy altas que también implican cierto riesgo.
MH: ¿Cómo es el mercado de la industria de la refrigeración en autoservicios en comparación con otros?
EE: Hay varios estudios bien fundamentados donde se muestra que México está apenas un 50 por ciento arriba en metros cuadrados de tiendas de autoservicio per cápita, comparado con países como Estados Unidos u otros europeos. Además, aún se consumen de manera muy importante productos perecederos que deberían de pasar por la cadena de frío y no lo hacen. Las oportunidades ahí son grandes, la industria está creciendo de manera importante y las necesidades son fuertes.
MH: ¿Cuál es la disposición de las tiendas de autoservicio para incorporar más tecnología?
EE: Ya llevamos algunos años trabajando de la mano con la ANTAD [Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales], por lo que hemos impulsado la utilización de equipos de alta eficiencia, así como las buenas prácticas durante la instalación y el mantenimiento. La eficiencia de un sistema de refrigeración no sólo tiene que ver con el propio equipo, sino con cómo se instala, ajusta y opera, lo cual, junto con el mantenimiento, está completamente en manos del supermercado.
El tema de técnicos bien capacitados y con buenos conocimientos de instalación es algo que nos compete a todos, tanto al supermercado como a los fabricantes en términos de capacitación. En BOHN tenemos un programa de capacitación para convertirla en competencia laboral, basado en la selección, diseño, instalación y mantenimiento de los equipos de enfriamiento.
MH: ¿Dónde están las mayores carencias técnicas en el autoservicio?
EE: En todo el país existen cadenas importantes de autoservicio y los estándares de construcción de las tiendas en el norte, centro o sur de México son los mismos para una cadena grande. La situación es que tú encuentras más metros cuadrados per cápita en zonas como la del norte o el centro, que en el sureste. Allí todavía se estilan mucho los mercados sin refrigeración y la gente de pequeños poblados no tiene acceso a productos que pasen por la cadena de frío.
En el centro y el norte del país están mucho más habituados a esas prácticas, dada a la influencia que tenemos de Estados Unidos.
MH: ¿Ustedes trabajan directamente con los fabricantes?
EE: Sí, con la mayoría, participamos con productos para casi toda la cadena de frío. Si tomamos en cuenta el supermercado como el penúltimo eslabón de la cadena, antes de que lleves los productos a tu casa, hasta ahí estamos presentes. De ahí para atrás contribuimos con la producción, el transporte a plantas procesadoras, centros de distribución, supermercados, así como en el traslado de productos perecederos entre dos puntos.
MH: ¿En dónde están los focos rojos de la cadena de producción?
EE: Muchas partes de la cadena están rotas, y eso es un verdadero problema porque tenemos que ser muy eficientes con el equipo que trabaja dentro del campo y cosecha el producto. En el campo y en los centros de siembra, el producto se refrigera, después es transportado a una planta procesadora sin frío, lo que hace que la cadena se rompa; luego, se vuelve a retomar su enfriamiento durante su transportación al centro de distribución, pero si a continuación se lleva al supermercado y se deja expuesto al calor, la cadena se vuelve a romper. El punto es que no se tiene conciencia como sociedad acerca de la importancia de mantener la cadena de producción.