El control de temperatura y humedad puede representar un grave problema económico cuando no se logran garantizar las condiciones idóneas para el transporte de productos –perecederos, fármacos, bebidas, embutidos, carnes y lácteos– hacia su destino
Danahé San Juan
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el mundo se desperdician 1,300 millones de toneladas de alimentos cada año, es decir, casi un tercio de la producción para consumo humano; mientras que, en México, la cifra asciende a 20 millones de toneladas. En términos económicos, esta pérdida representa un costo de 940,000 millones de dólares anuales. Generalmente, ocurre por exceso de producción, daños a los productos, fluctuaciones del mercado o falta de infraestructura para la cadena de frío, entre otras.
El transporte es uno de los eslabones más susceptibles y, por ello, el tema ha tenido un crecimiento importante en los últimos dos años, aunado a los avances en normativa que garantizan las buenas prácticas en el traslado de productos que requieren de temperaturas controladas, pero, también en el desarrollo de tecnología ad hoc para este tipo de refrigeración, comenta José Carlos Gómez, director comercial de Thermo King para México, en entrevista con Mundo HVAC&R. “Anteriormente, sólo confiábamos en el laboratorio o en el productor para la distribución y la vida útil del producto. Hoy en día, se exige que haya un control y que se pruebe cómo llegan los productos, para garantizar que tengan mayor rentabilidad de anaquel y para proteger la salud de todos nosotros”. Estas normatividades contienen parámetros para el transporte refrigerado y el almacenamiento (Tabla 1) y son reguladas por diferentes instancias como la Dirección General de Inocuidad Agroalimentaria, Acuícola y Pesquera (DGIAAP) del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), la Secretaría de Salud (SSA), la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
El director comercial explica que las normativas deben ir más allá de los mantenimientos, la higiene o la inocuidad, ya que la necesidad constante de eficiencia energética y control a distancia demanda la producción de herramientas para el control de los equipos desde su centro. “Esta es una tecnología que estamos impulsando mucho; la otra son los paneles solares que utilizamos, similares a los de uso residencial, pero ahora en transportes”. También menciona que no se debe olvidar a los conductores, pues un tema es el transporte refrigerado, y otro, el aire acondicionado móvil para dar confort a los choferes sin importar que el vehículo esté detenido y sin emitir contaminantes a la atmósfera.
Transporte y distribución
Las especificaciones para el traslado de los productos dependen del tipo de transporte que se maneje (aéreo, terrestre o marítimo), sin embargo, a pesar de las variaciones como distancia, tiempo y espacio, la función es similar y el objetivo es el mismo: salvaguardar la calidad de los productos por medio de un control adecuado de la temperatura. Para una distribución que garantice los niveles de temperatura, existe una gran variedad de instrumentos que favorecen la refrigeración, el congelamiento y la conservación de productos frescos. El especialista especifica que los equipos deben tener un rango definido de temperatura “que puede ir desde los -30 hasta los 30 °C. La planeación se coordina dependiendo de la distancia y el producto, con esta información se eligen los equipos, se lleva el registro de lo que se transporta y se entregan los datos para demostrar que la carga no sufrió ninguna alteración o variación de temperatura”.
Además del transporte refrigerado, también hay herramientas para el control remoto, cuyo objetivo es que los clientes monitoreen y registren los niveles de la temperatura desde su celular o laptop, para que esas funciones no sean responsabilidad del operador de la unidad. “Esto garantiza la calidad y que no haya errores humanos al momento de mover los equipos”, recalca José Carlos Gómez, lo que, a su vez, se refleja positivamente en la mercancía.
Datos del Atlas Agroalimentario 2012-2018, elaborado por el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), detallan que México produjo 286 millones de toneladas –equivalentes a 854 mil millones de pesos–, de los cuales 560 millones fueron aves, 34.3 millones bovinos, 17.2 millones porcinos, 8.7 millones caprinos, 8.9 millones ovinos, y 1.7 millones de toneladas de pescado, durante 2017.
En su “Volumen mensual exportado de productos agroalimentarios”, el SIAP también informa que en febrero de este año se exportó 1 millón 696 mil 126 toneladas de productos de origen agrícola, pecuario y pesquero a 122 países. En cuanto a las importaciones, precisa que se adquirieron 3 millones 165 mil 866 toneladas, provenientes de 104 países. Estas cifras demuestran que hay una gran oportunidad para el desarrollo de tecnología de transporte refrigerado en México, en la que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) registró 70 mil 689 transportes terrestres con caja refrigeradora y 41 vehículos refrigerador, en 2018.
En el campo de la distribución, “cada año se generan variables en Latinoamérica por las fluctuaciones económicas y sociales, lo que genera diferentes escenarios; en México, por ejemplo, hay muchas variables en transporte, pero debemos trabajar en conjunto con los clientes en soluciones que permitan continuar con la cadena de suministro”, apunta José Carlos Gómez. Asimismo, afirma que se debe afianzar la relación con los proveedores de equipo de refrigeración para asegurar la cobertura a nivel nacional e, incluso, ir más allá: “muchas de las empresas ya no son sólo nacionales, sino también internacionales. Hablamos de clientes con operaciones en EUA, México, Guatemala, entonces, tenemos que dar prioridad a cada uno de esos puntos”.
Por ello, se debe proveer de tecnología refrigerada para cubrir todos los puntos a nivel nacional y expandir las áreas de oportunidad internacionales. El directivo agrega que en Europa constantemente hay mejoras en las disposiciones ambientales y normativas, una práctica que también se ha comenzado a trabajar en México. “En Latinoamérica ya lanzamos el R-452, creado por Thermo King. Este refrigerante comenzó a utilizarse en Europa, siguió en Norteamérica y llegó a México desde el año pasado. Con esto buscamos generar un impacto positivo en la sociedad, por lo que trabajamos de la mano con el gobierno para desarrollar productos y lograr un mundo mejor”, recuerda Gómez.
Lo importante, recalca el experto, no sólo es continuar con el desarrollo de productos innovadores y basados en las normativas, sino también fomentar las buenas prácticas entre los técnicos e ingenieros, puesto que cuando se trabaja con un transporte refrigerado, se requieren conocimientos especializados en el tema o de lo contrario ocurren fallas que ponen en riesgo los productos y los equipos. “En México, tenemos más de 100 técnicos calificados con nuestros distribuidores certificados que se encargan del mantenimiento de todas nuestras unidades en el país. La responsabilidad es grande, a veces no lo visualizamos, pero muchos factores de nuestra vida diaria dependen de la transportación. Por ejemplo, llegamos a tener cargas de millones de pesos en vacunas, que dependen del buen mantenimiento brindado por los técnicos”.