La lucha contra el cambio climático y las necesidades de control de temperatura en edificios y sistemas HVACR impulsan el avance de la producción de poliuretano. Este material tiene en México un gran potencial, ya que hasta ahora es el cuarto productor a nivel mundial
Danahé San Juan
De acuerdo con José Navarro Meneses, director general de Tarsus México, la producción de poliuretano (PU) ha crecido un 8.1 por ciento anual desde 2014, y se estima que su demanda continuará a la alza debido a que es un material flexible, duradero y ligero, el cual puede reemplazar al acero o al aluminio, y que también favorece el ahorro económico y contribuye a reducir el consumo energético, aspectos de gran interés para las industrias del frío y de la construcción, en donde es utilizado para producir filtros de aire, paneles térmicos y aislantes acústicos.
Así lo afirma Research and Markets en su informe Mercado global de espuma de poliuretano 2019-2023, el cual señala que este material tendrá una tasa de crecimiento anual compuesto de más de un 3 por ciento a nivel mundial para 2023, motivado principalmente por la necesidad de China de abastecer a las industrias de la construcción, la automoción y el embalaje.
En cuanto a México, de acuerdo con el sitio web de UTECH Las Américas, se vislumbra un panorama prometedor con una demanda de más de un 4 por ciento, lo que se traduce en casi 4 millones de toneladas de producción de poliuretano de manera anual, según Brennan Lafferty, vicepresidente y editor del grupo Crain Communications. También se recalca que el mercado mexicano destina el 37 por ciento de la producción para el sector de la construcción, mientras que la fabricación de refrigeradores demanda cerca de un 30 por ciento; por ello, se estima un crecimiento de hasta un 5.6 por ciento para este mercado.
El especialista de Tarsus México explica así el dinamismo de este producto: “si requiero enfriar o calentar los interiores de un edificio necesito contemplar, dentro del plan de construcción de las capas del edificio, materiales que tengan una baja capacidad de transmisión térmica para mantener la temperatura de confort, sin importar el clima exterior y sin utilizar más energía de la necesaria en el proceso”. El PU es el material que logra que estas características se cumplan para que el edificio sea ambientalmente eficiente (Figura 1).
Para fabricar este material se utiliza la resina de uretano, la cual, en México, no es necesario importar, puesto que se cuenta con la materia prima para llevar a cabo el proceso. Por ello, el país se sitúa como el segundo productor en Latinoamérica, después de Brasil, y el cuarto a nivel internacional, después de China, Estados Unidos y Alemania.
El poliuretano en la industria HVACR
La temperatura es energía, dice José Navarro Meneses, “si la vemos como la veía Einstein, no existe ni el frío ni el calor, sino una concentración de energía mayor o menor”. Por ejemplo, “en todos los sistemas de aire acondicionado, los ductos que llevan los líquidos que están a presión y absorben la temperatura tienen que estar aislados del exterior, porque si se instalan cercanos a la temperatura externa, perderán energía y harán que los sistemas sean ineficientes”. Navarro detalla que estos sistemas están pensados para mantener la temperatura en el mismo nivel y sin que haya interferencias externas.
Para ejemplificar cómo el poliuretano ayuda a cumplir con esta función, se puede comparar un refrigerador con 15 años de vida con uno nuevo, “la diferencia entre los dos es su capacidad de aislamiento; dado que los materiales que se usaban antes no eran ciento por ciento aislantes térmicos, el aparato gana temperatura en el interior y esto hace que el compresor se active porque llega a la temperatura límite y tiene que empezar a comprimir nuevamente”. En cambio, el refrigerador nuevo mantiene la temperatura y no permite que se pierda, lo cual hace que los compresores funcionen de manera más eficiente.
Pasa lo mismo en los transportes refrigerados, ilustra Navarro, “los perecederos tienen que partir de su origen y llegar a su destino sin perder temperatura. La única manera de conseguirlo es con un sistema de refrigeración que, para lograr la eficiencia energética, tiene que estar totalmente aislado y eso sólo se consigue usando poliuretanos”.
En este sentido, el PU tiene una gran área de oportunidad en el mercado, sobre todo para que los rubros de construcción y transporte cumplan con los reglamentos térmicos, al tiempo que se controlan las densidades en diferentes niveles y para distintos usos (Figura 2).
La producción de PU para la industria HVAC seguirá creciendo, pero uno de sus principales desafíos es “lograr la eficiencia energética total, pues, aunque este material es técnicamente muy eficiente, siempre se puede mejorar. Mucho tiene que ver con la innovación en términos de cómo las diferentes densidades se combinan para generar productos muy específicos”, puntualiza el director Navarro.
En particular, el PU debe continuar desarrollándose en pro de la cadena de frío, mientras que, en el sector de la construcción, se espera un constante crecimiento para cumplir con los estándares ambientales y los códigos térmicos en las nuevas construcciones.
De este modo, la producción y venta de PU seguirá al alza, ya que este producto también ayuda a reducir el impacto ambiental y las emisiones de carbono que provocan el incremento de la temperatura mundial; además de que permite ahorros energéticos y económicos, finaliza José Navarro.