Cuando hablamos de eficiencia energética en la edificación muchas veces pensamos en inmuebles nuevos con uso de tecnologías modernas y eficientes. Y esto es correcto, pues la tendencia del mercado va hacia que los nuevos edificios sean eficientes, pero ¿qué sucede con la gran base ya construida de edificios?
De acuerdo con diferentes fuentes, entre ellas el Consejo Mundial de Edificación Sustentable (WorldGBC), los edificios son los responsables del 39 por ciento de las emisiones de carbono a la atmósfera, relativa a la energía. Por suerte, este dato lo llevamos manteniendo ya por más de una década, y el crecimiento de las ciudades tiene un porcentaje mayor a éste. Es decir, lo que hemos logrado con los edificios nuevos ciertamente es reducir sus consumos energéticos por metro cuadrado, comparado con los antiguos. Hemos mantenido constante este famoso 39 por ciento, pero, en definitiva, ya es hora de su reducción.
Hoy en día, contamos con diferentes iniciativas para reducir las emisiones de GEI en el planeta, pero lo vemos como algo que sólo pueden hacer las grandes empresas, los dueños de edificios, los comercios y cualquier otro que no seamos nosotros mismos.
Es el momento de que cada uno de nosotros, en nuestro espacio de trabajo, hogares y lugares de influencia, hagamos un uso correcto de la energía, ya sea con soluciones tan simples como un interruptor de energía en los contactos, donde conectamos la computadora, cargadores de celular, etcétera. De esta forma, cuando no hagamos uso de los aparatos, los desconectemos por completo, apagamos las luces que no utilicemos, es decir, nos aseguremos de no contribuir al uso de energía innecesaria.
Se tienen iniciativas muy importantes que promueven diferentes organismos internacionales, como el WorldGBC para que, en el 2030, todas las edificaciones logren una emisión cero de carbono a la atmósfera y, para el 2050, las ciudades con todos los edificios. Estas metas se pueden lograr, siempre y cuando todos participemos en la solución.
Se tienen certificaciones internacionales de edificios, como LEED, BOMA BEST, Net Zero, así como el reciente programa de Aceleración de Energía en Edificios (Building Energy Acelerator) que están dando las herramientas para que logremos estos objetivos.
Se puede decir que el primer paso es saber cuánto consumimos de energía, dónde la consumimos y cómo podemos reducir estos consumos. Lo ideal sería llegar a tener un Sistema de Gestión de Energía (SGE), basado en la ISO-50001 2018, que nos permita, no sólo conocer cuánto consumimos, sino hacer un plan de mejora continua y colaborar para lograr estas metas necesarias para salvar al mundo.
Es de vital importancia que todos busquemos capacitarnos, educarnos y participar de manera activa, ya que el planeta no es nuestro, sólo se nos permite vivir en él y tenemos que dejarlo, al menos, en las mismas condiciones en las que lo encontramos al nacer.
Los invito a acercarse a las diferentes asociaciones, instituciones y organismos, para saber cómo participar y logremos detener el impacto negativo del cambio climático.
Darío Ibargüengoitia
Ingeniero Mecánico con Especialidad en Biodiseño y Tecnologías Ambientales. Miembro de la Junta Directiva del WorldGBC. Consultor en Sustentabilidad, LEED Felow, Edge Expert, CPMP y HBDP por el ASHRAE, BOMA Best Verifier in trainig. Coordinador de las Normas Mexicanas NMX de Comisionamiento y de la Calidad del Ambiente Interior. Presidente del Consejo de IBALCA y Director General de Ambiente Regenerativo Integral.