El 90 % del tiempo de las personas transcurre dentro de edificios. Por tanto, es importante enfocarse en el desarrollo de estrategias que ayuden a la optimización de los espacios y la disminución de emisiones que dañan el medioambiente y, además, brinden confort a los ocupantes
Pedro Martin Colea / Fotografía: Cortesía de Signify México
Fotografía superior: Una luz adecuada y conectada impacta de forma directa en la seguridad, confort, bienestar y productividad de los colaboradores hasta en un 4.5 %: Lighting Europe 2016.
A sí como el mobiliario, las redes y los sistemas son clave para el desarrollo de una organización, la infraestructura de iluminación es un activo importante y valioso para la productividad corporativa.
A principios del siglo XX, el esquema laboral estaba basado en escritorios fijos, tareas orientadas, jerarquías estrictas y poco empoderamiento de los trabajadores.
Con el paso de los años, esto ha evolucionado, permitiendo cada vez más la introducción de tecnología informática, trabajo colaborativo, horarios flexibles y oficinas abiertas, hasta llegar a la demanda actual que gira en torno a lugares de trabajo energéticamente eficientes, centrados en la productividad y rendimiento, con la integración de tecnologías que buscan el fortalecimiento y bienestar de sus empleados.
No obstante, dichos cambios han traído como consecuencia otro tipo de desafíos para los líderes empresariales, incluido el aumento de costos en diferentes aspectos, como energía, mayor movilidad, mejor administración de espacios, más demanda de seguridad y el cumplimiento de la NOM 035 (Factores de riesgo psicosocial en el trabajo-Identificación, análisis y prevención) para procurar el bienestar de los colaboradores.
El informe Lighting Europe, de 2016, indica que el 90 por ciento del tiempo de las personas laboralmente activas transcurre dentro de edificios, por lo que ha incrementado la tendencia de edificios inteligentes con ecosistemas que promuevan espacios recreativos similares a los de restaurantes, gimnasios, centros de esparcimiento y, a su vez, que permitan un desarrollo integral.
Pero ¿cómo se adaptan los espacios laborales actuales para convertirlos en unidades inteligentes de acuerdo con las tendencias mundiales de trabajo y colaboración? Estas construcciones, además del medioambiente, cuidan sus operaciones, y están compuestas por sistemas, con los que se facilita la administración, operación y mantenimiento del inmueble, lo que garantiza su flexibilidad para futuras adecuaciones y prolonga la vida del edificio. Asimismo, ayudan a disminuir el uso excesivo de energía, y se calcula que permiten ahorrar entre un 8 y 18 por ciento del consumo total, según el American Council for an Energy-Efficient Economy (ACEEE).
No cabe duda de que la naturaleza del trabajo está cambiando el diseño de los edificios junto con las expectativas de los empleados, impulsados por la transformación digital y la automatización, siendo un gran aliado el IoT.
De acuerdo con Gartner, se estima que para el 2020 habrá 25 mil millones de dispositivos inteligentes bajo este esquema, lo que implica que todo lo conectado será una de las fuentes generadoras de datos más importantes en el mundo.
En la oficina, una fuente de datos valiosos se genera a partir de la iluminación, en donde cada punto de luz se vuelve inteligente y con capacidad de recopilar información sobre el entorno que lo rodea, a través de sensores que permiten el encendido y apagado automático de las luces al detectar la presencia o ausencia de personas. Además, se ajustan al nivel de luz diurna para atenuar la iluminación y contribuyen con el medioambiente al reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2), pues utilizan luminarias led de bajo consumo energético.
Sin estar presentes, con dichas tecnologías ahora es posible responder estas preguntas: ¿Cuántas personas ocupan la sala de juntas?, ¿cada cuánto tiempo?, ¿cuántos empleados están en una determinada zona de trabajo?, ¿cuándo no es necesaria tanta iluminación en el edificio? En Inglaterra, y en otras partes de Europa, estas prácticas han reportado reducciones en costos de energía de hasta un 80 por ciento.
Es destacable que, a través de esta información, sea posible transformar cualquier oficina en un lugar de trabajo inteligente y sostenible, por lo que la iluminación es un aliado que va mucho más allá de la estética del lugar o un ambiente armonioso: una luz adecuada y conectada impacta directamente en la seguridad, confort, bienestar y productividad de los colaboradores hasta en un 4.5 por ciento, según el informe ya mencionado.
Los datos recopilados de un sistema de iluminación generan una comunicación bidireccional que, entre sus principales ventajas, incluye la posibilidad de supervisar y gestionar el comportamiento en tiempo real; además de almacenar información histórica sobre las operaciones diarias, con la finalidad de realizar diagnósticos remotos y así identificar o prevenir cualquier dificultad e incluso gastos inesperados con la iluminación.
Esta mancuerna entre iluminación y el IoT permite aprovechar la inteligencia digital a favor de la infraestructura de iluminación existente y de la construcción de futuros edificios inteligentes, así como tener colaboradores más motivados y espacios eficientes y sostenibles, sin la necesidad de sacrificar diseño. Hablar de sistemas de iluminación conectados no está peleado con la integración de luminarias que añadan decoración a las oficinas; por el contrario, en la actualidad existe un amplio portafolio que permite cumplir con todos estos factores.
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Pedro Martin Colea
Es ingeniero industrial y de sistemas egresado del Tecnológico de Monterrey. Cuenta con una maestría en Gestión de Energía y más de 25 años de experiencia en el desarrollo de negocios. En la actualidad es director general de Signify México.