Este año, la Canícula será uno de los períodos climatológicos más intensos, en el que varios estados de la República vivirán una dura sequía y reportarán arriba de 50 grados. De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), julio y agosto son los meses de intenso calor y reducción de lluvias en diferentes ciudades de la República Mexicana. Este evento climático no es ajeno a la operación de los edificios corporativos, pues los propietarios y responsables de la operación de edificios se enfrentan al desafío de optimizar su rendimiento operativo y así garantizar el confort ante la presencia de altas temperaturas.
Y es que en estos meses de verano, más allá de la necesidad de aumentar el uso de la energía para enfriar edificios, hay una serie de factores que pueden ejercer una mayor presión sobre los sistemas de su edificio, como el incremento en el uso de agua para riego, humedad extrema y partículas añadidas en el aire. Comprender cómo las temperaturas extremas del verano afectan el desempeño energético de los edificios, ayudará a tener un mejor desempeño de los equipos, administrar el consumo de energía y por qué no, reducir las facturas de los recibos de luz.
La mayoría de los edificios de uso comercial están diseñados utilizando datos climáticos por zona específica, lo que ayuda a conocer las temperaturas extremas esperadas durante el verano hasta en un 95%. Como resultado, en los días más calurosos del verano, es posible que la situación ambiental exceda la capacidad de enfriamiento actual de los equipos y sistemas del edificio.
Debido a que los factores ambientales han cambiado mucho en los últimos años, hay más días con temperaturas extremas y, en algunos edificios, sus sistemas de aire acondicionado no pueden abastecer la demanda requerida. Esto es un desafío para edificios con más de 30 años, ya que cumplir con los estándares en medio de temperaturas extremas, es difícil y solo lo pueden lograr el 90% del tiempo. De acuerdo con Trane, proveedor líder en sistemas de aire acondicionado y automatización, hoy en día es esencial integrar tecnologías que logren satisfacer la capacidad de enfriamiento en cualquier estación del año y bajo una perspectiva de bienestar centrada en el ser humano y con una clara atención en la eficiencia energética.
Los propietarios y operadores de edificios deben aplicar las medidas necesarias para garantizar a sus ocupantes, una óptima operación y una buena calidad del aire interior, ante las altas temperaturas que están por suceder. Expertos en el clima, señalan que las entidades de Campeche, Colima, Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Quintana Roo, San Luis Potosí, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz , Yucatán, Morelos, Nuevo León, Oaxaca y Puebla son las más afectadas por la canícula este 2022.
Trane sugiere dos puntos clave que pueden ayudar a minimizar el impacto que el verano tiene en edificios, incluso en los días más calurosos:
1. Garantizar un desempeño energético óptimo en verano
A menudo se requiere que los equipos de aire acondicionado funcionen al máximo durante el verano. Esto puede llevar a descubrir deficiencias en los edificios, que están ocultas en otras épocas del año, por eso el mantenimiento regular es muy importante para que el equipo esté preparado para funcionar al máximo en época de verano. Un mantenimiento proactivo puede reducir las fallas inesperadas entre un 70% y un 75% y reducir el tiempo de inactividad hasta un 40%.1
La revisión continua de los equipos y sistemas de aire acondicionado es otra forma de mantener el desempeño óptimo de su edificio. Los ingenieros de Trane están comprometidos a la revisión constante de todos los productos, se enfocan en incrementar la eficiencia energética y el rendimiento de los sistemas.
Un edificio más eficiente puede proporcionar un mayor confort a los ocupantes, lo que resulta en una mayor productividad de los empleados, así como una mejor experiencia del cliente. La insatisfacción en el confort de los ocupantes puede ser especialmente crítica en el verano, ya que los edificios sin sistemas y controles óptimos pueden presentar complicaciones para mantener los niveles de temperatura y humedad requeridos. Esto hace que la productividad del personal sea una preocupación importante para la mayoría de las organizaciones. Las acciones que tienen incluso un pequeño impacto en la productividad de los empleados, pueden marcar una diferencia significativa en el resultado final.
2. Reducir la carga térmica
Hay muchas formas en las que puede reducir la carga interna de su edificio para ahorrar energía, como desconectar el equipo cuando no está en uso, agregar protecciones solares en ventanas y cambiar a una iluminación más eficiente energéticamente hablando o, incluso, reducir la cantidad de iluminación utilizada en el verano.
También hay opciones funcionales que ayudan a reducir la carga térmica de su edificio y mejorar la eficiencia. Un sistema de automatización de edificios (BAS) puede ser especialmente beneficioso porque los datos del sistema y del equipo BAS muestran cómo están funcionando, así como las tendencias de uso del edificio. Hoy en día, hay soluciones de manejo de energía que proporcionan datos e información de edificios que se pueden utilizar para operar los sistemas de forma más eficiente para reducir la carga térmica en edificios.
El uso de datos puede proporcionar una mejor comprensión de cuándo y cómo está operando un edificio; qué partes del edificio están en operación continua y están al máximo, o si los sistemas en ciertas áreas no están funcionando. Esto puede indicar un problema que quizá impida lograr una eficiencia óptima. Las tecnologías actuales pueden ayudar a determinar qué significan los datos y convertirlos en información significativa que se puede utilizar para realizar mejoras y optimizar el desempeño energético del edificio.
Las condiciones extremas durante la canícula y el verano pueden plantear desafíos únicos. El uso de datos para anticipar posibles dificultades o problemas de equipos, basados en tendencias o anomalías, permitirá tomar medidas correctivas antes. Hoy en día se puede optimizar el rendimiento de edificios para lograr el confort de ocupantes, al tiempo que se ahorrar costos de energía, se mitigan riesgos de salud y se promueve una cultura corporativa sustentable.
Con información de Trane