La eficiencia energética se ha convertido en una prioridad global en los últimos años, a medida que los países buscan reducir el consumo de energía y mitigar el impacto ambiental. En México, la NOM-012-ENER-2019 ha sido un paso importante en esta dirección, estableciendo requisitos mínimos de eficiencia energética para las unidades condensadoras y evaporadoras. A casi cuatro años de su publicación en el Diario Oficial de la Federación, es momento de hacer una pausa y reflexionar sobre los avances logrados y los desafíos que aún quedan por superar.
Desde su entrada en vigor en 2019, la NOM-012-ENER-2019 ha logrado importantes avances. Hemos visto una mayor conciencia y adopción de tecnologías eficientes, lo que ha impulsado a los fabricantes y distribuidores a ofrecer productos más eficientes y asequibles para los consumidores. Asimismo, los estudios preliminares indican que la implementación de la norma ha contribuido a una disminución significativa en el consumo de energía, especialmente en los sectores residencial y comercial. Esto se ha traducido en un ahorro económico tangible para los usuarios, quienes han experimentado una reducción en sus facturas de servicios públicos.
Sin embargo, no todo está ganado. Aún existen desafíos que deben abordarse para lograr una implementación más efectiva de la NOM-012-ENER-2019. Uno de los principales retos es asegurar el cumplimiento de la norma en todo el país, especialmente en zonas remotas o de difícil acceso. Además, es necesario fortalecer los esfuerzos de educación y sensibilización pública sobre los beneficios de la eficiencia energética, para que los consumidores puedan tomar decisiones informadas.
Otro aspecto a considerar es la necesidad de ampliar los programas de incentivos y facilitar el acceso a financiamiento para la adquisición de equipos eficientes, especialmente para los sectores de bajos ingresos. Esto ayudaría a acelerar la adopción de estas tecnologías y a democratizar los beneficios de la eficiencia energética.
La implementación de la NOM-012-ENER-2019 ha sido un paso importante en la ruta hacia una México más eficiente y sostenible energéticamente. Los avances logrados hasta el momento son alentadores, pero aún queda trabajo por hacer para superar los desafíos pendientes y consolidar los beneficios de esta política pública.
Con un enfoque integral que involucre a todos los actores clave, desde el gobierno hasta los consumidores, México puede continuar avanzando hacia una mayor eficiencia energética, contribuyendo así a un futuro más sostenible para todos. Es momento de redoblar esfuerzos y mantener el impulso hacia una sociedad más consciente y responsable en el uso de la energía.
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