En los últimos años, los fabricantes de equipos de refrigeración se han enfocado en reducir la huella de carbono y el impacto que tienen los equipos en el medioambiente.
Rogelio Rodríguez.
Ingeniero responsable de I+D y Nuevas Líneas de Producto, en Imbera.
Uno de los principales insumos sobre el cual existen varias alternativas es el refrigerante, sustancia química que hace posible el enfriamiento. El impacto que tienen los refrigerantes en el medioambiente se mide por su potencial de calentamiento global (GWP, por sus siglas en inglés).
La medida base de este índice es el CO2, al que se le otorga el valor de 1. Con base en esta medición, se puede analizar cada una de las sustancias actuales y saber cuál es su impacto en la huella de carbono, comparado con el impacto que tendría el dióxido de carbono (CO2). Por ejemplo, uno de los refrigerantes más utilizados es el R134a cuyo GWP es 1.300; esto quiere decir que impacta 1 mil 300 más veces que el CO2.
Los refrigerantes ecológicos son aquéllos que reducen el impacto potencial en el calentamiento global. Los más populares, de uso común en Europa y China, son los Hidrocarburos (HC) como el Propano (R290) e Isobutano (R600), cuyo GWP es menor a 10. El CO2 es otra alternativa de refrigerante que tiene un bajo impacto y ha sido seleccionado por Coca Cola para suministrar sus equipos a partir del 2012.
Hay otras alternativas que se han estado desarrollando por distintos proveedores a nivel mundial, como el refrigerante HFO-1234fy, el cual fue autorizado en el 2011 como el único refrigerante para la industria automotriz.
La principal desventaja de este tipo de refrigerantes, comparados con los actuales, son básicamente dos:
- El riesgo de inflamabilidad, tanto de los HC como del HFO, es que no se ha autorizado para los equipos de refrigeración comercial y en algunas ocasiones se limita la cantidad de gas que puede llevar un equipo
- La eficiencia energética de los equipos que utilizan estos nuevos refrigerantes generalmente es menor, comparada contra los equipos que usan la tecnología actual, resultado del estudio y desarrollo de sistemas más eficientes a lo largo del tiempo
En países como México, el aumento en el consumo de energía de los equipos tiene mayor impacto en el GWP, durante el transcurso de la vida total del refrigerante, si se compara con la continuación del uso de los refrigerantes actuales, ya que los métodos para la generación de energía se basan principalmente en la quema de combustibles. Por cada kW generado, se emiten a la atmosfera 0.63 kg de CO2. Éste es un alto nivel si se compara con países como Suecia y Brasil, cuyas emisiones son menores a 0.9 kg de CO2, debido a que generan energía mediante otros métodos, como la hidroelectricidad.
Basado en esto, el futuro de los refrigerantes ecológicos dependerá principalmente de las siguientes acciones:
La habilidad de desarrollar sistemas seguros de refrigeración y componentes que reduzcan el riesgo de un accidente
El desarrollo de equipos de refrigeración, componentes, soluciones, etc. que permitan mejorar la eficiencia energética del sistema
Imbera, en conjunto con sus principales clientes, comenzará este año con la producción de equipos que funcionan con CO2 y R290, además de enfocar recursos para la mejora y eficiencia de los equipos, con la finalidad de igualar el consumo de energía de los enfriadores actuales, cuyo ahorro es mayor a 80%, comparado con los equipos que se producían en el 2000.
Toda la industria de refrigeración deberá de enfocarse en cómo mejorar los sistemas y sacar el mayor provecho posible a estos componentes, que han llegado para quedarse.
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