El sector de la refrigeración ha pasado por diversas etapas en las últimas décadas. Hoy en día se afronta una dura batalla por los daños irreparables que se le han causado al planeta, debido a la producción y al uso creciente de refrigerantes adulterados o sin procedencia conocida. Esto ha llevado a las compañías a desarrollar cada vez más y mejores soluciones para las diversas situaciones que pueden presentarse ante los usuarios.
2070 Fecha estimada en la que el agujero de la capa de ozono se cerraría por completo, en caso de que se logre erradicar la utilización de las SAO en la industria de la refrigeración y el aire acondicionado.
Redacción.
Debido al veloz y severo crecimiento de la población mundial y a la dependencia tecnológica que se ha generado durante las últimas décadas, el incremento en la demanda de soluciones de enfriamiento que promuevan confort a la población es inminente, en la búsqueda de seguridad, economía, desempeño y sustentabilidad, como los cuatro principales criterios de garantía para el usuario.
No obstante, se presume que durante los próximos años el mercado tenderá a ofrecer soluciones igual de eficientes y que tengan un impacto aún menor en la capa de ozono. Estas soluciones exigen mejora en diversos factores que hoy tienen tendencia a escala global, como la seguridad y la sustentabilidad, lo cual, por supuesto, no deja de lado lo que siempre se ha buscado: productos económicos y de excelente desempeño.
Un tema muy importante que dictan hoy en día estas tendencias es el cuidado del medioambiente, pues, con el fin de regular los daños a la capa de ozono, existen diversos tratados que limitan la producción de refrigerantes con potencial de agotamiento del ozono, los cuales impulsan un cambio con la programación de la salida para los refrigerantes a base de HCFC. La intención es que esto sea logrado en las siguientes dos décadas, lo cual implica grandes esfuerzos y un difícil proceso de transición en el país. Se anticipa que las regulaciones adicionales en el futuro controlarán los reemplazos de refrigerantes HCFC, debido a su alto Potencial de Calentamiento Global (GWP, por sus siglas en inglés).
“La industria de la refrigeración siempre ha estado en constante desarrollo. Actualmente, lo que podemos percibir es un gran movimiento en dirección a nuevas tecnologías que promuevan cada vez más la eficiencia energética de los sistemas y agreguen beneficios ambientales. Una manera alterna de medir el impacto de los refrigerantes en la atmósfera es un nuevo concepto, llamado Equivalente Total del Impacto al Calentamiento (TEWI, por sus siglas en inglés), el cual resulta un análisis más completo del sistema, que la medida del GWP. El TEWI es medido por la masa del equivalente total de CO2 resultante de la suma del impacto directo generado por un escape de fluido refrigerante en el sistema, y también del impacto indirecto generado por el CO2 emitido en la producción de energía eléctrica necesaria para alimentar equipos, lo que corrobora la tendencia de considerar la eficiencia energética y los impactos sobre el medioambiente de todos los productos del sector HVAC”, menciona Mauricio P. Xavier, gerente de Negocios de DuPont Fluoroquímicos para América Latina.
Responsabilidades y retos mundiales
En la actualidad, existen empresas que ofrecen soluciones ambientalmente aceptables al mercado global, las cuales han mostrado daño nulo a la capa de ozono y se alinean poco a poco al Protocolo de Montreal, un documento que regula la producción, venta y consumo de sustancias nocivas para la capa de ozono a escala mundial desde 1989. Dicho Protocolo acordó con casi la totalidad de los países que integran la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la programación de salida para los refrigerantes a base de hidroclorofluorocarbonos (HCFC) –que hoy aún ocupan gran parte del mercado total– para el año 2040, debido a que, a pesar de haber reducido considerablemente el impacto en la capa de ozono con respecto a sus predecesores en los últimos años, estos productos aún contienen cloro y continúan siendo nocivos para el medioambiente.
Ese acuerdo establece plazos para la reducción del consumo de los HCFC mediante restricciones de importación. Este año, la importación de esos productos está congelada con base en el volumen importado entre 2009 y 2010, y en 2015 se llevará a cabo la primera reducción (de 10 %), que se seguirá reduciendo gradualmente hasta el 2040, cuando prácticamente esos productos estén eliminados. Esa restricción afectará principalmente al R-22 y al HCFC-141b, productos muy utilizados en la industria de la refrigeración y de expansión de espuma.
“Existe también la Directiva de Aire Acondicionado Móvil (MAC, por sus siglas en inglés) en Europa que invita a reducir el consumo de productos que causan el efecto invernadero y que, en la industria de la refrigeración, actualmente aplica para el refrigerante R-134a, empleado en aire acondicionado automotriz. Sin embargo, esa restricción no está vigente en otras regiones del mundo”, agrega el ingeniero Mauricio P. Xavier.
La salida de los refrigerantes HCFC representa la implementación a escala mundial de tecnología de punta que permita, en algunos casos, la eliminación de sustancias dañinas para la capa de ozono, la reducción de costos de energía y la maximización de los beneficios por disminuir la huella ecológica. Actualmente, son muy pocas las empresas que ya cuentan con esta tecnología y menos aún las que se encuentran en proceso de aplicación. No obstante, se continúa trabajando para que en el futuro próximo toda la industria de la refrigeración se incorpore a estos nuevos sistemas que ayudan a salvaguardar la capa de ozono.
Al hablar sobre la posición que juega América Latina en el proceso de desarrollo tecnológico y producción de la industria de refrigerantes, Mauricio P. Xavier menciona: “En América Latina y a escala mundial, representa un papel muy positivo, con grandes perspectivas de crecimiento en diversos sectores; y para la industria de la refrigeración, no es diferente. La perspectiva es continuar creciendo, apoyando el desarrollo en productos ambientalmente amigables y más eficientes. Esto se debe a que posee un amplio mercado interno, además de recibir inversiones externas que posibilitan la entrada de nuevos productos y tecnologías, y favorecen el desarrollo de la industria. Sin duda, México juega un rol muy importante en la región, ya que es uno de los países que más regulaciones en materia ha desarrollado. DuPont, consciente de la responsabilidad que esto implica, se encuentra trabajando de la mano con las autoridades para facilitar el proceso de desarrollo y transición hacia tecnologías más limpias y sustentables, con el fin de facilitar el proceso de todos los países que nos encontramos en el Capítulo 5 del Protocolo de Montreal”.
Incidencia de las certificaciones
Por otro lado, encontramos otras ventajas de suprimir el uso de los HCFC cuando hablamos sobre la ya conocida certificación Leadership in Energy and Environmental Design (LEED), otorgada por el Green Building Council, que no sólo certifica los edificios nacionalmente, sino que los acredita a escala internacional. Su intención es promover procesos inteligentes, eficientes, rentables y saludables, así como contribuir a reducir el impacto negativo de la construcción en la población y en el medioambiente, de manera que no se genere mayor infraestructura urbana y se evite el “greenwashing” (pretensiones falsas o exageradas), sin olvidar el papel de liderazgo en un proceso de diseño integral en cada uno de los proyectos que se desarrollen. Algunos de los puntos más importantes que se toman en cuenta para lograr la certificación son el cuidado a la energía y a la atmósfera; la utilización de materiales y recursos, y la calidad ambiental interior del edificio.
Los refrigerantes que se utilizan en edificios tienen la capacidad de mejorar o perjudicar el camino hacia la certificación LEED, si se considera que uno de sus principales objetivos es reducir o eliminar la presencia de CFC en la atmósfera y ayudar al cumplimiento anticipado del Protocolo de Montreal, que exige minimizar las contribuciones directas de gases que provocan afectaciones en el cambio climático.
Uno de los requerimientos para adquirir esta certificación es la no utilización de refrigerantes basados en Cloro-Flúor-Carbón (CFC) en los sistemas de calefacción, ventilación o aire acondicionado (HVAC), que se emplean en el funcionamiento básico del edificio. Además de ello, en algunos casos se requiere un análisis económico, pues precisa el reemplazo de unidades enfriadoras, lo cual se considera económicamente imposible si la tasa de retorno de inversión es igual o mayor a 10 años.
Para cumplir con estos requerimientos no es necesario cambiar equipos que aún cuenten con validez en vida útil, sino reemplazar los refrigerantes que se utilizan por mejores tecnologías. Con esto se cubren dichas necesidades y además se genera una importante aportación a los rubros de calidad de ambiente interior e innovación en el diseño. Esto se debe a que se torna mucho más sencillo establecer el nivel mínimo de eficiencia energética para el edificio propuesto y sus diferentes sistemas, con la finalidad de reducir los impactos económicos y ambientales asociados con el uso excesivo de la energía. Por si fuera poco, se logra incrementar de forma evidente los niveles de desempeño energético y reducir los impactos ambientales y económicos asociados con el uso excesivo de energía. Es decir, estos cambios no sólo deben realizarse para cumplir con las especificaciones del Protocolo de Montreal, sino, en general, en función de las normativas medioambientales que tienen como objetivo proteger la capa de ozono.
Opciones para enfrentar el problema
Desde hace muchos años, diversas compañías han aportado a los mercados globales ciencia e ingeniería mediante la innovación de sus productos, materiales y servicios, considerando que la colaboración de clientes, gobierno, ONG y de líderes de opinión es vital para encontrar soluciones a los desafíos mundiales, como disminución de la dependencia de combustibles fósiles, protección de las personas y del medioambiente. Por ello, entre las alternativas que se han desarrollado para el reemplazo de los refrigerantes dañinos para la capa de ozono, se encuentran sustancias a base de hidrofluorocarbonos (HFC), las cuales cuentan con una composición libre de cloro y practicidad de uso, por lo que no son perjudiciales para la capa de ozono y son lo suficientemente versátiles para utilizarse en diversas aplicaciones. Un ejemplo es el R-438A, que remplaza al R-22 y brinda una solución al mercado, y cuyo impacto sobre el medioambiente es notoriamente menor, con un GWP 42 por ciento menor que el R-404A. Esta sustancia alternativa representa una innovación importante para satisfacer las regulaciones ambientales y poner al alcance soluciones amigables, que cumplen cabalmente con la responsabilidad social que se demanda a las empresas manufactureras de refrigerantes. Además, estos productos pueden utilizarse en reacondicionamiento de R-22, en sistemas de aire acondicionado de expansión directa (DX) y en sistemas de refrigeración; equipos comerciales, de uso residencial, comercial e industrial, ya que presentan en el equipo un desempeño muy similar a los HCFC, son compatibles con la mayoría de los lubricantes –aceite mineral (AM), alquilbenceno (AB) y polioléster (POE)– y permiten continuar utilizando el equipo actual, evitando el remplazo de equipos costosos. Es el único refrigerante HFC que puede ser utilizado como reemplazo del R-22 en un amplio rango de temperaturas del evaporador, brindando grandes ventajas en relación con el protocolo de Montreal.
Productos pirata, obstáculo de peso
Otro tema de suma importancia que amenaza y debe tomarse en cuenta para definir el rumbo de la refrigeración en la actualidad son los grandes problemas con los que ha tenido que lidiar en los últimos años la industria de la refrigeración, debido a la producción y uso creciente de refrigerantes adulterados o sin procedencia conocida. Esta situación ha dado lugar a la aparición de daños irreparables en el mundo y en las empresas relacionadas, lo que, sin lugar a dudas, representa un menor rendimiento para el diseño de equipos de refrigeración y aire acondicionado para el usuario. “Éste es un tema de gran preocupación para nosotros, dado el impacto que tiene en la seguridad de las personas y de sus operaciones. No es sólo una cuestión de costos, sino que se involucra el potencial de afectación que existe para quien utiliza este tipo de productos. Nuestra postura es capacitar y compartir con nuestros clientes la importancia de utilizar productos genuinos, ya que la garantía de seguridad, calidad y productividad se mantiene en el alto estándar que nos distingue al alcance de todos nuestros socios de negocio. Seguimos y seguiremos trabajando de manera coordinada con las autoridades para ayudar a que este problema sea erradicado por completo”, menciona José Luis Mata.
Los embalajes sin certificación o identificados incorrectamente se han vuelto un fenómeno frecuente en los últimos meses; en muchos casos, los productos registrados, por ejemplo, el R-134a, contienen aproximadamente 10 por ciento de R-134a y el resto de R-12, R-22 y R-40, según documenta el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP, por sus siglas en inglés). Estas mezclas adulteradas actúan de manera distinta a la esperada de un producto puro y pueden causar, entre otras complicaciones, la pérdida de rendimiento en los equipos o incluso la fractura de compartimientos del sistema, como el compresor. Muchos de estos productos falsos son etiquetados como HFC; sin embargo, contienen concentraciones de CFC y HCFC, lo cual constituye un conflicto de importaciones ilegales y la violación de tratados internacionales, como el Protocolo de Montreal. De cualquier manera, el riesgo más importante es que los contratistas y los técnicos que puedan tener contacto con estos productos podrían ser víctimas de esta irresponsabilidad y sufrir una tragedia.
“El que los productos falsificados contengan altos niveles de R-40 puede ser muy peligroso. Los daños se dan debido a que el R-40, en contacto con el aluminio, reacciona al ser combinado con algunos componentes del sistema, formando trimetilaluminio. Ésta es una sustancia que se enciende espontáneamente al contacto con el aire; mientras permanece dentro del sistema de refrigeración está en fase líquida y se deposita en el colector de aceite del compresor. Hoy en día la industria busca maneras viables de eliminar de forma segura el trimetilaluminio desde el interior de un circuito de refrigeración; sin embargo, aún no existe acuerdo alguno sobre este tema, que sin duda es inquietante”, detalla Mata.
Los casos de víctimas que trabajan con sistemas de enfriamiento, debido a la utilización de mezclas de refrigerantes contaminados, requieren especial atención en el aspecto de la seguridad, la calidad de los procesos y de los productos comercializados en todo el mundo. La realidad es que esta cuestión va más allá de las limitaciones técnicas relacionadas con el sistema de refrigeración o con los cambios que puedan hacerse en él para evitar accidentes. Por lo tanto, se recomienda comprar siempre productos de empresas que estén autorizadas; de esta manera, el técnico en refrigeración y el usuario final pueden garantizar la calidad y los procesos de seguridad, así como la integridad de los equipos.
Son innumerables las acciones que han sido realizadas en este trayecto por las partes interesadas para resolver el problema de seguridad al que se enfrenta la industria en casos como estos. Los productores de fluorocarbono ya han advertido a sus clientes, incitándolos a adquirir los refrigerantes solamente con proveedores autorizados para adoptar medidas que combatan los productos falsificados. Por su parte, algunas empresas han adoptado un sistema de etiquetado e identificación para brindar mayores herramientas a los clientes en la selección de productos adecuados para sus equipos. Por ejemplo, uno de los principales fabricantes de refrigerantes en México ha iniciado el DuPont Brand Assurance Program, que utiliza tecnología exclusiva para colocar una etiqueta holográfica en tercera dimensión. La etiqueta de seguridad ofrece verificación visual inmediata en caso de haber comprado un refrigerante genuino de la empresa. Su sistema de seguridad se basa en que los 10 puntos que la constituyen no pueden verse al mismo tiempo. Para asegurarse de que el refrigerante es genuino, se debe inclinar la etiqueta de seguridad para ver un punto en la esquina izquierda, dos a la derecha, tres en la parte superior y cuatro en la inferior. Los puntos deben aparecer y desaparecer en cada lado de seguridad conforme es inclinada. Esta etiqueta, asegura al comprador haber adquirido auténticos refrigerantes.
Por otro lado, es importante recordar que con el objetivo de poder identificar la composición de cada refrigerante, a cada uno se le asigna una nomenclatura avalada por entidades de gran reconocimiento, como ASHRAE. Ésta se forma con la letra R y un número subsiguiente (R-22, R-410A) que permiten conocer la composición de los fluidos refrigerantes. Un producto sin etiqueta impide saber la composición del refrigerante con el que se trabaja y puede exponer al usuario a situaciones peligrosas, incluso cuando se está realizando una correcta manipulación.
Las mezclas desconocidas pueden afectar el rendimiento de los equipos y estropearlos, causando severos daños económicos, así como fugas que podrían generar un ambiente de trabajo inseguro y peligroso, sin mencionar el impacto negativo sobre el medioambiente. Es a través del nombre homologado de los refrigerantes que es posible identificar su composición y conocer las precauciones que se deben tomar para recargar los equipos de forma segura.
“Actualmente, en América Latina, hay diversas tecnologías para refrigerantes existentes, como halogenados, amonio, CO2, hidrocarburos, entre otros. Todos poseen características propias en términos de rendimiento, seguridad y beneficios ambientales; sin embargo, DuPont sólo comercializa productos halogenados, los cuales representan la tecnología más segura y con mayor costo-beneficio al usuario. Hoy en día, la tecnología que más destaca en DuPont Latinoamérica son los productos de la línea ISCEON®, que no degradan la capa de ozono y, por lo tanto, permiten la adecuación del equipo al Protocolo de Montreal. El gran diferencial de esta línea es que sus productos son compatibles con óleos OM, AB y POE, lo que permite el reemplazo de los HCFC de manera sencilla, al mismo tiempo que proporcionan un buen rendimiento y menor temperatura de descarga, prolongando la vida útil del compresor”, comenta Mauricio P. Xavier.
Quién marca el camino en la industria mundial
Al preguntarle sobre las regiones en el mundo que más desarrollo presentan en su industria de refrigerantes y nuevas tecnologías, el ingeniero comenta: “En general, los países desarrollados están más avanzados en cuanto al uso de refrigerantes ambientalmente amigables en sus sistemas de aire acondicionado y refrigeración, puesto que los plazos de reducción de sustancias dañinas para la capa de ozono, determinadas por el Protocolo de Montreal, están más avanzados. Por otro lado, los productos alternativos están disponibles tanto para los países desarrollados como para los países en desarrollo, como es el caso de los de América Latina, e incluso las compañías de nuestra región han dado grandes pasos en la sustitución de los productos HCFC, como un gran ejemplo de preocupación ambiental”.
Mauricio P. Xavier, quien en 1992 impulsó la aprobación e introducción de refrigerantes alternativos, comenta que DuPont continúa trabajando para crear productos amigables con el medioambiente. Un ejemplo de esto es su línea de soluciones a base de hidrofluorolefinas (HFO) que forma parte de la cuarta generación de refrigerantes ecoamigables en la búsqueda de una solución sostenible para el sector automotriz, que brinda al usuario un equilibrio entre rendimiento óptimo, costo y eficiencia energética. Ésta representa una solución ideal para el aire acondicionado en términos de seguridad, rendimiento y sostenibilidad, que ha evolucionado en países desarrollados, donde actualmente se mantiene en etapa de introducción, por lo que aún no está disponible para otros mercados.
Eliminación de refrigerantes agotadores de la capa de ozono en México
Las negociaciones intergubernamentales de un acuerdo internacional para eliminar gradualmente las sustancias que agotan la capa de ozono comenzaron en 1981 y concluyeron con la adopción del Convenio de Viena para la protección de la capa de ozono en marzo de 1985, el cual fue ratificado por México el 14 de septiembre de 1987. Este instrumento alienta la cooperación intergubernamental para la investigación, la observación sistemática de la capa de ozono, el intercambio de información y el control y eventual eliminación del empleo de las sustancias agotadoras de la capa de ozono, en primera instancia los Clorofluorocarbonos (CFC). Para este fin, se adoptó el Protocolo de Montreal, el 16 de septiembre de 1987, que entró en vigor el 1° de enero de 1989. México fue de los primeros países en ratificar el Protocolo de Montreal, el 31 de marzo de 1988.
El Protocolo ha sido ajustado y enmendado con el paso del tiempo para acelerar los calendarios de eliminación, introducir otros tipos de medidas de control y agregar nuevas sustancias controladas a la lista. Actualmente cuenta con cuatro enmiendas, denominadas por el lugar de su adopción: Londres, Copenhague, Montreal y Beijing.
Fuente: Semarnat
• Este instrumento divide a los países en dos grandes grupos: los desarrollados (Art. 2 o No Art. 5) y en desarrollo (Art. 5). Sobre esta base los países asumen compromisos, con diferencia de 10 años entre unos y otros, de reducción en producción y consumo de las sustancias agotadoras de la capa de ozono, como los Clorofluorocarbonos (CFC), Halones, Hidroclorofluorocarbonos (HCFC) y el Bromuro de metilo, entre otros. El Protocolo ha generado instancias, como el Fondo Multilateral destinado a brindar apoyo financiero a los países en desarrollo para el reemplazo tecnológico requerido para dejar de usar productos que dañan la capa de ozono.
• México fue el primer país (IV Reunión del Protocolo de Montreal en 1995) en presentar un calendario de reducción acelerada del uso de estas sustancias, hasta dejarlo en 10 por ciento para el año 2000, 10 años antes que el resto de los países en desarrollo.
• Actualmente, nuestro país ha reducido en 90 por ciento el uso de CFC. Desde 1990, los productos en aerosol distribuidos en México utilizan propelentes alternativos. Todos los refrigeradores domésticos y el 95 % de los equipos de refrigeración comercial producidos a escala nacional se encuentran libres de CFC. El sector de solventes y el de espumas de poliuretano han eliminado su uso de CFC en 80 y 75 por ciento, respectivamente.
• México se ha distinguido por cumplir cabalmente los compromisos asumidos y se ha beneficiado al recibir asignaciones sustantivas de recursos económicos para apoyar al sector industrial en la transformación que se requiere para reducir la producción y el uso de sustancias agotadoras de la capa de ozono. Desde 1991 hasta la fecha (sept./2011), México, con el apoyo del Fondo Multilateral del Protocolo de Montreal, ha implementado más de 100 proyectos demostrativos, de transferencia tecnológica, capacitación y asistencia técnica por un monto superior a los 77 millones de dólares.
• A escala mundial, México se distingue como uno de los países con mejor desempeño en el cumplimiento de los compromisos del Protocolo. Por ejemplo, actualmente todos los refrigeradores, aires acondicionados, aerosoles comerciales y espumas de poliuretano producidos en el país ya no utilizan CFC.
• En este contexto de cumplimiento, México convino el cierre anticipado de la producción de CFC, lo que en promedio redujo en 60 por ciento la producción de estas sustancias en todo el continente americano y en 12 por ciento a escala mundial.
• Después de sendas negociaciones con las otras Dependencias involucradas del Ejecutivo Federal se llegó al consenso para aceptar las Enmiendas de Montreal y de Beijing, con lo cual nuestro país es parte de todas las enmiendas del Protocolo y le permite beneficiarse de recursos para la eliminación de sustancias agotadoras de la capa de ozono.
• Durante la 19ª Reunión de las Partes del Protocolo de Montreal (septiembre de 2007), se marcó un hito al acordar un ajuste al calendario para eliminar de manera temprana (10 años antes) la producción y el consumo de HCFC, que constituyen el otro gran bloque de sustancias agotadoras de la capa de ozono. En la actualidad, se negocian los cambios en los criterios de elegibilidad relacionados con instalaciones posteriores a 1995 y segundas conversiones para que los compromisos de los países Artículo 5 logren cumplirse.
La Unión Europea, por la eliminación de los HFC
Una nueva ola de tecnología está incitando la revolución de la industria de la refrigeración europea, con nuevos esquemas que castigan el uso de energía y eliminan la dependencia de químicos dañinos.
Al lanzar su nuevo reporte Chilling Facts V, la Agencia de Investigación Ambiental (EIA, por sus siglas en inglés), con sede en Londres, mencionó que las cadenas de supermercados a lo largo de la Unión Europea, sobre todo en el Reino Unido, están cambiando los hidrofluorocarbonos (HFC) tradicionales por refrigerantes naturales, con lo que han obtenido importantes beneficios durante el proceso.
Los HFC son gases florados, cientos de veces más potentes que el dióxido de carbono (CO2), y son responsables de alrededor de 2 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero en Europa. Son empleados ampliamente en la industria de la refrigeración y liberados a la atmósfera.
Las compañías que respondieron a la EIA resaltaron los ahorros en eficiencia energética derivados del uso de nuevos sistemas que no utilizan HFC; en Suiza, Co-op Schweiz halló un incremento de 30 por ciento en la eficiencia energética anual de sus equipos, en comparación con los sistemas previos que utilizaban HFC, con beneficios adicionales por recuperación de calor, mientras que la tienda Carrefour de Turquía que instaló sistemas sin HFC reporta un incremento en su eficiencia energética cercana al 15 por ciento.
Chilling Facts V también encontró un incremento significativo en el número de tiendas que están adoptando tecnologías libres de HFC. “Abandonar el uso de HFC es una doble victoria para el clima, pues reduce la demanda de energía y elimina la dependencia de los refrigerantes dañinos para el medioambiente”, menciona Fionnuala Walravens, activista de alto nivel de la EIA.
El reporte aparece sólo unos cuantos días después de que se acordara en la cumbre del G20 utilizar los recursos brindados por el Protocolo de Montreal para reducir gradualmente el uso de HFC y al tiempo que la Unión Europea discute nuevos reglamentos para disminuir las emisiones de HFC.
Walravens añade: “Las compañías europeas lideran el mundo en tecnologías que trabajan con refrigerantes naturales. Los nuevos reglamentos de la Unión Europea podrían ser un aliciente para la economía verde y para asegurar una reducción fugaz en la disponibilidad de los HFC, mediante prohibiciones para los nuevos equipos de refrigeración y aire acondicionado”.
Fuente: Environmental Investigation Agency
Compañías europeas que han adoptado tecnologías a base de hidrocarburos
En Europa, miles de tiendas están utilizando equipos a base de hidrocarburos como parte integral de sus sistemas para congelamiento de alimentos:
Musgrave: ha puesto a prueba un sistema híbrido que combina aire e hidrocarburos en sus tiendas de Budgens
Lidl: en el 2011, se reportó que el minorista planeaba utilizar tecnología basada en hidrocarburos en 200 de sus tiendas. Chilling Facts V señala que la compañía ha incrementado en 20 por ciento el número de congeladores libres de HFC, con lo que ha alcanzado un total de alrededor de 9 mil unidades
Waitrose: en 2012, Waitrose, miembro de la sociedad John Lewis, contaba con alrededor de 74 tiendas que utilizaban hidrocarburos. Según la información brindada por Chilling Facts V, este año, el minorista suma 98 sucursales libres de HFC
Marks and Spencer: en fechas pasadas, el minorista inglés invirtió en sistemas receptores de baja presión a base de R290 en sus tiendas de aprendizaje sostenible. Actualmente, el volumen de refrigerantes naturales utilizado en sus talleres y bodegas se ha cuadruplicado, hasta alcanzar alrededor de 20 del total de refrigerantes usados
Delhaize: emplea congeladoras a base de hidrocarburos en sus tiendas de Rumania
Iceland: está llevando a cabo pruebas con sistemas de refrigeración por enfriamiento de agua mediante hidrocarburos
Un grupo nodal de minoristas que llevan a cabo esfuerzos importantes para reducir el impacto ambiental de sus sistemas de refrigeración, llamado “Green Cooling Leaders” (Líderes en Enfriamiento Verde) y pertenecientes a la Agencia de Investigación Ambiental, utilizan hidrocarburos. Uno de ellos, The Cooperative Group UK ha instalado sistemas de enfriamiento libres de HFC, con congeladores que trabajan a base de hidrocarburos, en aproximadamente 2 mil 400 tiendas. El minorista también se encuentra desarrollando sistemas de refrigeración secundaria a base de hidrocarburos y esperan que se convierta en su tecnología principal en un futuro.
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