Algunos de los elementos que deben considerarse para la implementación de la sustentabilidad en las ciudades del mundo fueron descritos en la pasada edición. Sin embargo, la sustentabilidad no se reduce a sólo algunos. Es necesario tomar en cuenta la totalidad de elementos que implica el consumo para la conservación de la vida humana.
Los materiales básicos usados en la construcción representan más del 90 % de las emisiones de gei del sector industrial.
Caroline Vérut.
El compromiso con la sustentabilidad demanda, más que la adopción de medidas que aporten beneficios a corto plazo, una evaluación correcta de todas las características relacionadas con consumo responsable. La consciencia de que cada aspecto energético tiene importancia, así como la visión ética de que la sustentabilidad no es una obligación, sino la única manera de vivir, es una responsabilidad que todos los seres humanos deben asumir.
Cuidado de los materiales
Los materiales básicos usados en la construcción –cal, hierro, acero, cemento, piedra, cerámica y vidrio– representan más del 90 % de las emisiones de GEI del sector industrial; por tanto, seleccionar materiales que incorporen la menor energía posible con base en un análisis de huella de carbono o de la cuna a la cuna, y usar materiales que provengan de la misma región en la cual se va a edificar contribuye a reducir la emisión de GEI y a fomentar el crecimiento de una industria limpia local.
Asimismo, es necesario cuidar la toxicidad de los materiales. El Living Building Challenge, o reto del edificio vivo, publica en su sistema de certificación una lista de 14 materiales y productos químicos que no deben usarse debido a sus altos niveles tóxicos. Entre ellos, se encuentran el PVC, los clorofluorocarbonos, el plomo y el asbesto, por nombrar sólo algunos de los que son usados con frecuencia en México. Se ha encontrado que debido a las emisiones de compuestos orgánicos volátiles originados por alfombras, telas, revestimientos, cortinas y productos de limpieza, entre otros, el aire interior de los edificios está contaminado, lo que genera problemas de salud en los usuarios. Si a esto se agrega un sistema deficiente de ventilación y de control de CO2, es posible comprender el creciente interés en el uso de materiales sustentables debidamente certificados.
Manejo de residuos
Es necesario cuidar los residuos de la demolición y de la construcción, los cuales ascienden a más de 13 mil toneladas al día en el país, de tal manera que su manejo correcto reduzca la emisión de polvos al aire y que los materiales se separen, reciclen y lleguen a lugares de disposición adecuados para su manejo final.
La “basura” generada en el proceso de obra debe, de igual modo, recolectarse en basureros separados entre residuos orgánicos, reciclables y no utilizables para su reciclaje y disposición. El proyecto de toda edificación debe incluir un programa de manejo de residuos que abarque desde los sistemas de separación y recolección dentro del edificio, hasta un manual de manejo de residuos y el enlace con las autoridades municipales para asegurar el reciclaje y la adecuada disposición final.
En México, se generan 95 mil toneladas diarias de residuos sólidos urbanos, de los cuales más del 50 % son orgánicos. Si se considera la pérdida de tierras fértiles debido a la deforestación, el monocultivo y el abuso de fertilizantes y pesticidas, es posible vislumbrar el enorme potencial que representa el composteo de los desechos orgánicos para generar tierra y fertilizantes naturales y orgánicos utilizables en la agricultura.
El 28 % de los residuos se consideran actualmente reciclables y se dividen en papel, cartón, vidrio, plástico y metal; sin embargo, debido a la falta de separación en el punto de origen y a un manejo inadecuado, es muy poco lo que se logra reciclar en México. Esto resulta en que más del 50 % de la basura acabe en tiraderos a cielo abierto. Desde el diseño es posible combatir el problema y fomentar el uso de productos reciclados y reciclables en nuestros proyectos.
La sustentabilidad no solamente es un asunto de eficiencia, ahorro y desempeño de las edificaciones; también debe contribuir al bienestar de las personas y de los distintos usuarios del medio edificado, sin importar su proveniencia, nivel social, económico o cultural, o sus capacidades.
Con el fin de alcanzar un mundo más justo y equitativo, nuestros proyectos deben asegurar la accesibilidad para cualquier persona con alguna discapacidad. Asimismo, deben contribuir a crear espacios y procesos que fomenten un sentido de comunidad, abrazando a todos los sectores de la sociedad, incorporándolos desde el proceso de diseño al desarrollo del proyecto y permitiendo el acceso a las áreas públicas una vez que se encuentre en operación. Al mismo tiempo, todo proyecto se inserta en una comunidad más amplia, que tiene derecho a disfrutar de agua, tierra y aire limpios, así como de la radiación solar y del paso del viento; por lo cual, es una obligación tomar en consideración los efectos del diseño en la comunidad y en la humanidad.
Toda edificación es un legado. Asegurarse de que el proyecto brinde calidad de vida y un bien público, así como valor e inspiración para las generaciones venideras, es una responsabilidad que desarrolladores de viviendas, proyectistas, arquitectos, ingenieros y demás profesionales involucrados deben asumir como propia.
Para ello, además de diseñar edificaciones con base en los principios anteriores, deben realizarse proyectos bellos. Las cosas bellas invitan a ser cuidadas, preservadas y conservadas en el tiempo. Si a esto se le agrega enseñar el edificio, mostrar sus beneficios, inspirar con el diseño, es posible invitar al cambio de la humanidad entera hacia una forma de vida que cuide el entorno natural y la vida en la Tierra.
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Caroline Vérut
Es licenciada en Economía por el ITAM. Cursó los diplomados de Arquitectura y Diseño Sostenible, y Comunidades Sostenibles. Desde 2008 es socia y directora Adjunta de Itaca Proyectos Sustentables. En agosto de 2012 se forma como vocera del Climate Reality Project directamente con el Sr. Al Gore. Cofundadora de la asociación ciudadana CUBE, así como de Conciencia y Acción Ambiental. Miembro fundador de Sustentabilidad para México (SuMe). Conferencista en materia de sustentabilidad en diversos foros nacionales e internacionales.
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1. II Inventario Nacional de GEI.
2. McDonough, William y Michael Braungartl, Cradle to Cradle. Remaking the way we make things, North Point Press, 2002.
3. International Living Future Institute: Living Building Challenge 2.1. Enlace: http://living-future.org/sites/default/files/LBC/LBC_Documents/LBC%202_1%2012-0501.pdf
4. Semarnat, Plan Nacional para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos.