Hace dos décadas comienza la historia de la certificación sustentable en el país. A pesar de existir varias en el mundo, México ha adoptado la LEED como referente principal. Esfuerzos actuales buscan crear reglas de juego propias.
Una de las industrias que más contribuye al cambio climático es la construcción, innegablemente relacionada con la operación y el mantenimiento de edificaciones Empresarial”.
Manuel Merelles.
Pionero de la edificación sustentable en México, el ingeniero Guillermo Casar narra cómo fueron los orígenes de la certificación en el país Foto: Manuel Merelles |
En México, las certificaciones para edificaciones sustentables son un boom. La Leadership in Energy & Environmental Design (LEED) destaca por su difusión y conocimientos a través de su organismo representativo: el US Green Building Council (USGBC).
Sin embargo, el ingeniero Guillermo Casar, pionero de la edificación sustentable y académico de la UNAM desde hace 25 años, no sólo cuantifica más certificaciones, sino que ubica el inicio de éstas hace 20 años, cuando el doctor Mario Molina Enríquez recibe el Premio Nobel de Química por sus trabajos conjuntos sobre la química de la atmósfera, especialmente sobre la formación y descomposición del ozono. A partir de esto, muchos países comenzaron a tomar conciencia del daño medioambiental que provocaba el deterioro de la capa ozono.
Con la finalidad de mitigar los efectos adversos descritos en los estudios del ingeniero Molina Enríquez y de muchos otros investigadores, países como Australia, Canadá e Inglaterra se unieron para crean un cuestionario conocido como Green Building Tool (GBTool), que busca dar el banderazo de salida a las posibles soluciones a dicha problemática; empezar a limitar efectos desfavorecedores de los seis principales gases de efecto invernadero para que tengan una menor incidencia en el medioambiente, entre los que se encuentran el dióxido de carbono, el metano, el óxido nitroso y los hidrofluorcarbonos. Estos últimos están ligados fuertemente a los refrigerantes utilizados en los equipos de aire acondicionado, comenta Casar.
Y prosigue. “En 2000, en la reunión de Maastricht, Holanda, y 2002, en Oslo, Noruega, se internacionaliza la GBTool y se crea el World Green Building Council (WorldGBC). Después de este suceso, el WorldGBC crea sucursales en diversas partes del mundo y despierta el interés en la sostenibilidad. Países como EUA, España y Chile se unen al GBC.
Con el eco que provocó en EUA, comenzó a gestarse la certificación que ahora conocemos como LEED, así como muchas otras en todo el mundo, que representan un buen resumen de la GBTool canadiense, como la DGNB alemana, la HQE francesa y la CASBEE japonesa.
En paralelo, en 2005 en Montreal, Canadá, se reúnen en la sede de la Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte (CCA) los tres países que conforman Norteamérica: EUA, Canadá y México, para generar un documento especializado que normalizara las características de las edificaciones en la región. La finalidad de este documento era mostrar lo que se estaba haciendo de forma correcta en Norteamérica. Canadá tomó sus industrias, EUA los edificios de oficinas y México la vivienda, presentada desde el enfoque sustentable.
Después de esto, en México, el gobierno del Distrito Federal empezó a exigir en las construcciones que estaban bajo su jurisdicción medidas para encaminar la industria hacia la sostenibilidad. Así, se genera el Programa de Certificación de Edificaciones Sustentables, que fue muy criticado, ya que toca de forma muy incipiente algunos temas LEED y, en opinión de algunos expertos, se queda corta; sin embargo, representa un paso hacia adelante en el camino hacia la normalización.
“Una de las industrias que más contribuye al cambio climático o al calentamiento del planeta, de forma directa o indirecta, es la construcción, innegablemente relacionada con la operación y el mantenimiento de las edificaciones”, señala el ingeniero Casar, quien ha estado en contacto con la edificación sustentable desde sus inicios en el país y ha formado parte del grupo asesor de la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) para México, Estados Unidos y Canadá.
Según comenta, el manejo de los residuos en ciertas industrias es una exigencia, y los estados han empezado a adoptar algunas experiencias del D.F. para aplicarlas en sus construcciones. Por otro lado, se presenta una creciente preocupación por darle formalidad a los conceptos relacionados con el tema.Por ejemplo, entre 2010 y 2013, el Gobierno, academias, gremios y marcas empiezan a conjuntarse para conformar un grupo de trabajo para instaurar una norma mexicana de edificación sustentable, lo que dio como resultado la NMX-AA-164-SCFI-2013, que actualmente está en vigencia.
La creación de esta norma fue coordinada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y publicada por la Secretaría de Economía. A esta fecha, se encuentra en etapa de implementación y, al tratarse de una NMX, sólo es obligatoria para el Gobierno Federal. No obstante, representa la columna vertebral para realizar un crecimiento en la normalización bajo este tema, advierte el especialista en edificación sustentable.
Que existan normas, primero NMX y luego NOM, y que se generen en México estándares propios que permitan el nacimiento de nuevas leyes, en opinión de los expertos, es mucho mejor y tiene más peso que cualquier certificación.
Para el ingeniero Casar, actualmente, en México las principales instancias que rigen la normativa son ISO y las leyes mexicanas; por lo cual, las certificaciones, como LEED, no tienen validez oficial, a excepción de la que le otorgan los propietarios; es decir, el valor agregado en el aspecto inmobiliario. “Los involucrados en el medio toman medidas de comprobada eficiencia y utilización de otros países como base, pero también México está aportando sus propios principios e iniciativas. La NMX de edificación sustentable no es una copia de ninguna internacional; toma partes útiles de las normas extranjeras, pero les da su toque regional y el enfoque principal es nacional, sobre todo en los puntos que afectan más el tema del cambio climático y del calentamiento planetario de manera particular a México”, abunda el ingeniero.
Esta iniciativa tiene como objetivo que entre tres o cinco años se pula y se convierta en NOM e inmediatamente se empiecen a gestar los famosos estándares.
Una institución que se encuentra fuertemente ligada a las certificaciones es el Instituto Mexicano del Edificio Inteligente (IMEI), el cual, a lo largo de los años, se ha fortalecido y cuenta con reconocimiento internacional, ya que actualmente funge como el capítulo México de la Building Owners and Managers Association (BOMA). Ésta es una asociación internacional formada hace más de 100 años, orientada hacia las actividades del desarrollo inmobiliario, cuya finalidad es informar a la comunidad acerca de las normas, estándares, patrones de consumo de energía, legislación, avances tecnológicos, estadísticas y otras tendencias de la industria. Algunos de los estándares que maneja el IMEI son el A, AA, AAA y el I, que se refiere a edificios inteligentes.
A pesar de los esfuerzos realizados hasta el momento por instituciones, empresas y gobierno, en opinión del ingeniero Casar, también galardonado con el Premio al Edificio Inteligente en 1994, México cuenta con un considerable retraso en temas de certificación de hasta 20 años en comparación con otros países del mundo.
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